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Jungkook había decidido que bajar a hablar con sus amigos era lo mejor. Él no podía quedarse encerrado en su habitación esperando que las cosas mejoren, y tampoco quería hacerlo.

Una vez que estuvo abajo, se sentó junto a ellos y comenzaron a hablar de lo que sea, como hacían siempre, hasta que sonó el timbre.

—¿No vas a abrir? —Preguntó Namjoon al ver que el dueño de la casa no se movía de su asiento.

—No tengo ganas. —Respondió antes de acomodarse en el sillón, tirando su cabeza hacia atrás.

—Podrían ser tus padres —Agregó Hoseok—, tal vez olvidaron sus llaves.

—No son ellos, hace rato me avisaron que van a casa de mis abuelos unos días. Y ustedes ya están aquí, así que no es nadie importante.

Namjoon rodó los ojos al escucharlo y se levantó, dirigiéndose hacia la puerta.

—No perdemos nada con abrir... —Se calló al abrir la puerta y ver a dos rubios allí parados.— Mierda. —Dijo antes de cerrarles la puerta en la cara.

—¿Qué haces? —Preguntó Yoongi cuando Namjoon cerró la puerta y volvió con ellos.

—¿Yo? Ah, uhm... Era una niña vendiendo galletas, ya sabes como son...

Jungkook frunció el ceño y se levantó para abrirla, pero Namjoon habló antes de que pueda alcanzarla.

—Es Taehyung.

El menor de los cuatro frenó al escuchar eso, y suspiró antes de seguir caminando, dispuesto a abrir la puerta. Sintió su corazón pararse al tocar el picaporte, pero la abrió decidido.

Confirmó que su corazón se había frenado cuando se encontró con los ojos que él más amaba mirándolo fijo, y unos labios moviéndose para soltar un pequeño "Hola."

Rude. [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora