Maratón sorpresa! Gracias a todas las que leen y dejan sus votitos♥
― Ven aquí ― dijo tomando mi mano y guiándome al sofá. Lo seguí porque no tenía energía para resistirme a él. Me senté a su lado, dejando un par de centímetros entre ambos, pero sus brazos me rodearon, y termine con mi rostro apoyado en su hombro.
― No quiero hablar ― susurré, mientras quitaba las lágrimas de mis ojos.
― No es necesario que lo hagas, podemos quedarnos aquí en silencio todo lo que desees. Se lo que es cargar un secreto Maia, no voy a presionarte para que me digas los tuyos, cuando yo jamás diré los míos.
― ¿Tienes secretos?
― Todos cargamos con cruces y secretos Maia. Si algo me ha enseñado la vida, es eso.
― ¿Puedes quedarte esta noche?
― Puedo quedarme todo el tiempo que necesites.
― Gracias ― murmuré.
― No tienes que agradecerlo.
Narra Ashton:
Observé a Maia quedarse dormida bajo las mantas. Recordé lo mucho que la había necesitado la noche anterior, era increíble como los papeles se cambiaban. Es increíble como la vida puede herir tanto a personas que no lo merecen.
Quise abrazarla, y darle mi calor. Pero prefería la distancia. En dormir veo algo demasiado intimo, algo más allá incluso de hacer el amor. No puedo permitir que las cosas vayan lejos, no después de ver lo rota y frágil que es. Se que si la beso, la abrazo, o le demuestro lo que estoy sintiendo, voy a perderla porque tarde o temprano huiré, o la heriré, y no me veo capaz de cargar con algo así en la conciencia.
Cojo una manta del raído y destartalado closet, y me recuesto en el sofá. Cierro los ojos y lo único que puedo ser consciente es de lo cerca que ella esta, y lo fácil que sería abrazarme a ella, y no dejarla ir más de mis brazos.
Estoy a punto de hacerlo, cuando oigo pequeños pasos acercarse. Su silueta contrasta con la débil luz de su lámpara. Esta solo en una camiseta gris, unos pequeños shorts, y lleva su pelo negro suelto hasta la cintura. Me mira con esos ojos oscuros que tan poco conozco, pero que me cautivan hasta niveles inimaginables.
Asiento a su pregunta no formulada. Se cola bajo la manta, y nos la arreglamos para acomodarnos en el estrecho espacio. Nuestras piernas desnudas se entrelazan, y me contengo de no aspirar el olor de su pelo, se que si lo hago puedo perder todo el poco autocontrol que me queda. La abrazo contra mi pecho porque se que es lo que necesita, su pequeño rostro se apoya en mi pecho, y es todo. La tranquilidad se apodera de mí y mis labios empiezan a susurrar una canción que creí olvidada.
Narra Maia:
Salte del sofá en cuanto oí el despertador. Era temprano pero necesitaba terminar la tarea que ayer no había hecho. Ashton no estaba, pero sobre la mesita del café había una nota.
'Fui por ropa a casa, nos vemos pronto'
Trate de ignorar las mariposas que aparecían cada vez que pensaba en él. Para evitar que mis pensamientos fueran solo suyos, me di una ducha, y me vestí rápido. Después, me concentré en mi tarea y la terminé antes de lo esperada.
Cuando tenía todas las cosas guardadas en la mochila, salí corriendo para no perderme el autobús. Cuando di un par de pasos en la acera, oí unos gritos. Me giré sobre mis talones para ver quién los provocaba.
Solo vi la semioscuridad que había en Londres a estas horas. Seguí caminando rápido, pero puedo jurar que pasos me seguían. No quise voltear esta vez.