Llamados.

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Harry no deseaba estar parado frente a Maia, mucho menos para hacer de mensajero de Niall. Pero tras la molesta insistencia de su amigo, y el soborno de un par de cervezas había accedido.

No apoyaba la persecución que Niall estaba haciendo a esta chica, pero él no podía hacer más que aconsejarlo. Si lo escuchaba bien, si no, era su vida. ¿Qué más daba?

Maia lo miró alzando una ceja durante un segundo, pero luego le sonrió. Se sintió culpable de todas las veces que le había dicho a Niall que ella no valía la pena, y que como ella había muchas. Quizás no era verdad, pero no quería ver a su amigo herido. Ni con un hueso roto por Irwin. 

— Dios Harry, me asustaste un poco —  dijo la morena mirándolo inquisitivamente ya que él no decía palabra. 

— Niall te envía esto — dejó caer la nota sobre la mesa mientras desordenaba nervioso sus rizos. Completamente serio, y haciéndola sentir un poco incomoda. Pero no le gustaba lo que estaba haciendo. No quería que Niall hablara con ella.

— Uh, gracias — a pesar de todo ella le sonríe, y no puede más que corresponderle durante una fracción de segundo, tras eso se sentó con Liam y no la volvió a mirar en toda la clase.

Mientras Harry se alejaba, Maia leyó el papel.  

'Tengo que verte, necesitamos hablar' 

Ni idea de lo que tenía que decir Niall, pero lo escucharía. Viniendo de Niall no podía ser nada malo. Él le había prometido ayudarla, y era exactamente lo que estaba haciendo.

La clase empezó minutos después, y pasó como un borrón, con la voz monótona del profesor de Historia, haciéndoles difícil concentrarse a sus alumnos. En cuanto la clase terminó, todos salieron disparados, aliviados que las aburridas clases tuvieran fin.

•••

Ashton estaba sentado contra la muralla del patio trasero con Alex sentada en su regazo. La rubia fumaba su cigarrillo mientras lo besaba en los labios cortamente compartiendo el humo de las caladas.

Si alguien los descubría, estaban castigados, expulsados, y probablemente quemados en la hoguera, pero Ashton ciertamente eso no le importaba.

Incluso se sentía bien para él, porqué cada vez que se le venía la imagen de Maia y Niall juntos a la mente, sellaba sus labios con la dispuesta chica que estaba en sus rodillas.

A pesar de que era un intento en vano.

Por más que lo hiciera, lo único que tenía en mente era Maia y estaba seguro que se volvería loco si no lograba hablar con ella por lo menos una vez más.

Lo odiaba, y aún así él deseaba correr tras ella.

Y eso era irónico, porque siempre había huido de las personas que lo herían o no lo querían. Su madre, por ejemplo, no lo aguantaba hace tiempo, por lo que simplemente guardaba las distancias, y les evitaba el mal rato a ambos.

Ella por aguantarlo, él por desear que lo rodeara en sus brazos y le dijera que lo seguía queriendo como su hijo a pesar de todo.

—  ¿Estás bien Ashton? —  la chica rubia preguntó mientras enredaba su mano en su pelo castaño, estába demasiado callado y no la había besado.

— Hora de irnos. 

Ashton se levantó, y la ayudo a ella. No deseando sus besos, o su toque, pero no se ve capaz de apartarla cuando ella lo toma por la camiseta y explora su boca. Apoya sus manos en su cintura, y se deja hacer.

— Tengo algo que hacer — murmura Ashton mientras trata de separarse. 

— ¿Algo mejor que esto? — pregunta la chica mordiendo su labio inferior. 

A tu lado // Ashton Irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora