La mañana siguiente fue difícil. No había pegado un ojo cuidando en Ashton toda la noche, y levantarme se me estaba haciendo más que un desafío. Me arrastré a mi diminuto cuarto de baño, me di una corta ducha y tomé la ropa que iba a ponerme hoy. Estuve lista en quince minutos, lo que me daba tiempo de ir en autobús.
Observé a Ash dormir en la cama. Mi corazón realmente se rompió la noche anterior, pero no podía abandonarlo, no ahora cuando lo había visto realmente. Alguien completamente roto y vulnerable.
Le deje una nota diciéndole que se podía quedar todo lo que quisiera, y que se cuidara.
En cuanto salí fuera, me quede de piedra al ver el lujoso deportivo de Niall fuera de mi casa. En cuanto di un paso, la puerta se abrió y camino hasta mi lado. Me sonrió y quito sus Ray—Ban.
— Hola Maia.
— ¿Hola? — dije alzando una ceja. Ni idea que hacía el chico aquí.
— Vengo por ti.
— ¿Esta eso establecido en tu trabajo de asesor?
— No realmente, pero teniendo en cuenta que no tienes como ir…
— Uso el autobús, gracias. — comencé a caminar lejos de él. No quería que se hiciera ideas equivocadas conmigo. La primera vez que lo vi, supe que él jamás se fijaría en mí, obviamente. Pero toda esta insistencia, me daba a pensar todo lo contrario, y no tenía tiempo para eso.
— Vaya, ¿estás molesta?
— No, es solo que no quiero que te tomes molestias innecesarias.
— Pasar tiempo contigo nunca sería una molestia, al contrario.
— Mira Niall — me detuve y lo mire fijamente — Podrías ser sincero y decirme ¿Por qué tanto interés en mí?
— Solo quería hacer algo agradable por ti — dijo pareciendo herido y la voz más baja y menos alegre que lo normal.
Me sentí realmente mal. Jamás suelo hablarle mal a nadie. Suspiré y mire sus ojos azules.
— Mira, lo siento, no tuve una buena noche, y este no será mi mejor día tampoco, no es tu culpa, lo siento de verdad. Es solo que nadie hace cosas por mí, no estoy acostumbrada a solo aceptar y decir gracias.
— ¿Eso es un sí? — dijo con una tímida sonrisa.
— Es un sí, te lo agradecería bastante.
— Vamos entonces.
Sujeto la puerta hasta que estuve dentro, y luego la cerró como todo un caballero. Me acomodé en el asiento, mientras esperaba que el subiera.
— Y bueno, ¿qué clases tienes hoy? — preguntó mientras encendía el auto.
— Solo Literatura, Quimica e Historia.
— Wow, un día pesado. ¿En qué clase de Historia estas?
— En la del Sr. Howard.
— ¿De verdad?
— De verdad.
— Yo también.
— Genial, no conozco a nadie ahí.
— Podríamos sentarnos juntos.
— Estaría bien.
— ¿Y a quién conoces hasta ahora?
— Si me los nombras, podría decirte. No soy realmente buena con los nombres.
— Uhm, empezaré con mis amigos ¿Louis Tomlinson?