El tema de la rosa que encontré en mi salón es algo sumamente insignificante. No sé de quién es, por qué la dejó ahí o a quién va dirigida. El punto es que está en mi mesa, y seguro se trata de alguna broma de Hyunwoo, por eso me pidió que viniera para que cuando abra la puerta me encuentre con la hermosa sorpresa de que él no está aquí. Ya pasó una vez, en la que dejó una supuesta carta anónima donde confesaba su falso amor por mí, pidiendo vernos en algún lugar donde se pueda mostrar. Terminó siendo él, riéndose por su mala broma de la cuál ya sospechaba de que era falsa aquella carta, y me invitó a unas buenas hamburguesas en el Burger King. Así que, ¿por qué no bromear una segunda vez?
Fue raro cuando lo hizo, pues él no es del tipo que jode a los demás. Es más serio, como si fuera capaz de ser el líder en una manada de lobos puesto a que es bastante autoritario, pone a sus amigos antes que él y es alguien justo, añadiendo que siempre pone límites ante todo, tanto en las personas como en los hechos que ocurren. Sabe cómo manejar determinadas situaciones y ser paciente al momento de arreglar conflictos. Nada de hacer malas bromas que son de adolescente en plena edad del pavo donde ríen y lloran por todo. Pero bueno, hasta el hombre más serio en la Tierra tiene derecho a molestarle tan solo un poquito a su amigo no tan cercano.
No le doy importancia a la flor que encontré, porque podría ser cualquier cosa lo que haya ocurrido con ella. Quizás alguien le dio una flor a su pareja y esta accidentalmente la olvidó justo en el lugar donde me siento yo, o se han querido confesar y lo terminaron rechazando. La giro de un lado a otro, observando sus pétalos. Pasaron ya cortos segundos desde que la vi, en que me quedo en el mismo lugar: al lado de mi asiento. Sigo esperando a Hyunwoo, entreteniéndome con esa flor como único punto en qué centrarme, como si fuera lo más divertido en el mundo. Como un gato con su ovillo de lana.
La puerta del salón se abre, lo que ocasiona que automáticamente deje la flor sobre la tabla de madera de la cual siempre está impecable gracias que le paso un trapo todos los días antes de sentarme, para encontrarme con mi amigo que me tendría que haber esperado aquí, con un bote de ramen instantáneo recién abierto entre sus manos. Él me mira, con sus pequeños ojos bien abiertos y extrañado.
-¿Y esa rosa?-pregunta extrañado viendo la planta que recién dejé sobre el lugar donde me siento a estudiar.-¿Vas a confesarte a alguien?
Arqueo mis cejas.
-Sí, la verdad estoy perdidamente enamorado de mí mismo.-respondo con sarcasmo.-¿No la dejaste tú?
Debo estar bastante loco por una persona como para poder mandar a la mierda mi orgullo y decirle todo lo que siento. Loco y desesperado. Por más que sea de la forma más anónima y secreta posible, en la que no deje ningún rastro sobre mí, no podría hacerlo. Primero tiene que venir la otra persona a decirme que me quiere en su vida para que pueda admitirle que yo siento exactamente lo mismo. He de decir que esa parte tan orgullosa y cerrada de mí, que deja marchar a alguien solamente porque de la nada me vuelvo mudo para contar mis sentimientos, no me gusta en lo más mínimo. Puedo perder grandes personas debido a eso. Amigos, familiares, e incluso mi ex novio me dejó porque no le demostraba suficiente cariño en la relación pese a que lo amaba con locura.
Eso es otra cosa: a veces me vuelvo tan tímido que ni con mi propia pareja soy capaz de mostrarme mínimamente transparente.
-¿Por qué gastaría yo dinero en una rosa para alguien?-dice frunciendo el ceño.
-Bueno, no lo sé.-respondo a mi defensiva.-Quizás estás tan enamorado que quisiste ser romántico.
Hyunwoo es una persona que odia los pequeños detalles. Dice que no vale la pena gastar dinero en una persona que quizás más tarde tire todo aquello que le diste a la basura, dándole totalmente igual si te tomaste el tiempo necesario en buscar aquel regalo. Ya sea un hermoso ramo de rosas decorado con finas cintas que cuelgan de sus ramas, formando un moño, un gigantesco peluche suave y esponjoso, para abrazar en las noches de lluvia y soledad -como él suele decir-, o cualquier cadenita preciosa y sencilla que puede oxidarse a tan solo un día de baño. No vale la pena, al fin y al cabo, lo material tiene valor sentimental hasta que todo lo bello que se vivió con alguien termina. Entonces todo ese dinero que gastaste va a acabar haciéndose ceniza por el fuego que tu ex pareja prendió debido al enojo que siente gracias a que lo dejaste porque la relación ya no daba para seguir hasta el justos por siempre. Y lo sentimental también, claro. Ese peluche, esa rosa o lo que sea, al comprarlo tú le pusiste valor sentimental gracias a que al momento de elegirlo, estabas pensando en esa persona.
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Roses [KiHo/WonKi] [Monsta X]
FanfictionYoo Kihyun es un estudiante de Teatro en la Universidad de Artes de Seúl, del cual desde muy pequeño supo que ser homosexual está bien. Hasta que descubrió que él lo es y comienza a cuestionarse a sí mismo, sintiendo miedo de que la gente descubra s...