Roses [KiHo/WonKi] [Monsta X]

20

Aún recuerdo a esa pareja gay que vi de niño en un viaje familiar que hicimos, escondidos de todas las personas detrás de un árbol. Yo estaba allí, detrás de ellos, observándolos. Tenía siete años en ese momento, mis padres nunca me habían platicado sobre esos temas como ya lo habían hecho con mis compañeros de clase. Ellos hablaban de eso como si fuera algo malo, y como todo niño, usándolo de forma despectiva. Mientras tanto yo me preguntaba: ¿qué es ser gay? No entendía el problema de eso.

Esa pareja que yo había encontrado por casualidad, porque había ido a buscar el juguete de mi perro que él no quiso correr a recogerla, me dio a entender que no era gente enferma como lo creía. Que no tenían manchas en la piel parecidas a la lepra, o psicópatas que formaban parte de una secta y te secuestraban para unirte a ellos. No. Eran sólo dos chicos que se querían. Como papá quiere a mamá y viceversa. Nada más.

Me quedé mirándolos por un tiempo hasta que ellos notaron mi presencia. Uno de ellos me sonrió y saludó con cariño, y como sabía que eran dos extraños, tomé la pelota y me fui corriendo de allí de vuelta con mis padres.

Las palabras de mis compañeros de ese momento se cruzaron por mi cabeza el resto del día, junto con esos chicos que acababa de ver. Seguía sin comprender por qué ellos hablaban de una manera tan cruel. Quizás, si le preguntaba a mamá, esa mujer que consideraba la más sabia, me daría la respuesta correcta. Y lo que ella pensara, es lo que pensaría yo.

—Mamá, ¿está mal ser gay?—pregunté en voz baja. Estábamos en el auto, yo sentado en el asiento del medio para que ambos pudieran verme por el retrovisor, mientras mi hermano Heejae estaba en el lado izquierdo. Ella me miró desde el espejo y sonrió.

—¿Por qué, cariño?

—Mis amigos dicen que está mal, pero vi a dos chicos besarse y no vi nada malo, como ellos dicen.—respondí serio. Era como si eso me preocupara mucho, como si tuviera miedo acerca de su respuesta.

No la culpaba para nada. Supongo que aquel temor a su contestación a mi pregunta, se debe a que de niño me gustaba jugar con las muñecas. No tiene nada que ver con mi sexualidad, es sólo que hasta me juzgaban por ello. Me encantaba ir a casa de mi prima un año mayor que yo a jugar con sus muñecas, con ella y su hermano más grande por dos años, que está casado con una hermosa mujer actualmente. Y así como disfrutaba jugar con Barbies o la cocina, incluso hasta dejaba que me maquillara con sus pinturitas falsas de princesas Disney que tenían brillitos, me encantaba jugar a la pelota, con los autos o los soldaditos de juguete. A mí no me importaba eso, no hasta que mis amigos se reían de mí porque me gustaban las cosas para niñas. 

Es más, en alguna que otra ocasión no habían dejado que jugara con ellos y decían que vaya a jugar con las chicas. Me relacionaban mucho con ellas de una manera insultante y ofensiva -cuando no debería ser así, ¿por qué niña es un insulto?- y como yo era muy sensible, me sentía tan mal que lloraba ante su exclusión. Sólo servía para que las cosas empeoraran. Tal y como sucede ahora con la universidad.

—Eres muy pequeño para comprender esas cosas, Kihyunnie.—me respondió con esa voz dulce que tanto extraño oír personalmente, que no sea por llamada todos los días.—Pero cuando crezcas, seguro vas a tener amigos que le gusten los niños y amigas que le gusten las niñas, y vas a entender que no está mal.

Oír eso salir de los labios de mi madre, me hizo sentir mucho mejor. Más relajado porque ella no dijo lo mismo que mis compañeros.

Después de eso, varias veces mamá quiso tocar el tema, ya cuando estaba entrando a la pubertad. Me habló de sexualidad, sexo, género, entre otras cosas. Todo con sumo cuidado, recordándome una y otra vez que es normal dudar de si te gusta un chico o no, está bien experimentar, probar si te sientes curioso. Siempre hacer las cosas con consentimiento y a nunca guardarme nada, que mamá y papá siempre van a quererme si algún día decido casarme con un chico y no con una chica.