Roses [KiHo/WonKi] [Monsta X]

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Al final, debido al motivo de los mensajes hacia mi número que me gustaría saber cómo demonios lo consiguieron, la operación Kim Yeojoo tuvo que adelantarse para hoy. Día viernes, justo ayer había sido la inútil reunión que terminó siendo tomada por mi ex compañero de secundaria, actual compañero de universidad y chico al que le voy ganando cierto aprecio y cariño: Shin Hoseok. Doy gracias a que mamá está en casa para ayudarme con la ropa. Cuando le comenté acerca de convertirme en esta cosa que entra al edificio llamando la atención de varios alumnos y alumnas, ella no hizo más que sonreír y aceptar encantada.

La falda negra de mi madre se balancea de un lado a otro a cada paso que doy. Miro a mi alrededor, cubriendo mis manos con las mangas de mi suéter bordó para protegerlas del frío e intento con todas mis fuerzas no acomodarme la media que llega hasta la mitad de mis muslos porque arruinaría todo ese glamour que la versión adulta de Yeojoo tiene. Algunos mechones de la peluca que vete a saber cómo demonios la consiguió mamá hoy en la mañana, caen por mis hombros. Busco a Hoseok, ignorando a la gente que me mira confundida, otros que murmuran cosas y algunos que siguen sin comprender que soy Yoo Kihyun. No los escucho, ellos no existen. Kim Yeojoo se ama a sí misma, se tiene confianza, es distraída y ajena a los comentarios de otras personas. Ella no te escucha porque en realidad se encuentra sumida en su propio mundo, buscando aislarse de todo lo que le haría daño allá afuera.

A lo lejos veo a Hoseok conversar con Jooheon y Changkyun con total ánimo. Yo sonrío fijando mi objetivo que está a pocos pasos de mí mientras me apresuro a acercarme a él. Me observa de reojo y no doy tiempo a que siquiera me vea bien para que sepa quién soy –aunque, honestamente, de verdad parezco otra persona- y lo volteo con mi mano en su hombro para atraerlo hacia a mí y estampar mis labios con los suyos. Todo en sólo un segundo que no le dio tiempo a reaccionar. Delante de toda esa gente que nos observa confundida, delante de mi ex novio que no comprende una mierda y delante de Jooheon cuyos ojos están bien abiertos y que parece que sus neuronas han explotado.

Lo beso porque sé que él correspondería, porque sé que no me golpearía, porque por el momento es la persona con la que más me identifico ahora. Siento que, de alguna manera, nosotros encajamos juntos. No importa el sentido, si es amistad o algo más. La verdad, en este instante, no me importa pensar en eso. Sólo me encargo de besarlo, mover un poco mis labios que poco a poco son correspondidos por los contrarios dándome a entender que se dio cuenta de que soy yo, Yoo Kihyun. Bastante difícil de negar, que podría hacerlo hasta el cansancio.

Me separo de mi compañero. Me mira atónito sin comprender hasta que ve bien mi rostro. Yo le sonrío y él me devuelve la sonrisa mirándome de pies a cabeza. Yo volteo a ver a los espectadores que están todos con sus ojos fijos en nosotros, confundidos, mudos, mientras que yo siento que logré una victoria.

Hago una reverencia tomando el borde de mi falda, con la cabeza en alto, una sonrisa y la vista en el público. No les digo nada, simplemente siento que ese aire de superioridad lo tengo yo por ahora. Mi pecho está lleno de orgullo, como si hubiese terminado de actuar el próximo éxito teatral que será llevado a la pantalla grande, como si hubiera superado cierto miedo. Doy la media vuelta para encontrarme de nuevo con esos tres chicos: uno que me mira con un extraño brillo en sus ojos y otros dos cuya mente parece que se fue de vacaciones a Venus.

—Disculpe mi atrevimiento, bella dama—exagera Jooheon con un aire teatral. —pero, con todo respeto, ¿por qué besó tan repentinamente a un hombre que no está interesado en tetas?

Changkyun lo mira con el ceño fruncido una vez sus cables lograron conectarse. La cara de Jooheon parece totalmente embobada y yo cruzo miradas con Hoseok.

—¿Eres idiota o te llamas Lee Jooheon?—pregunta el menor de todos nosotros robándose una confundida y ofendida mirada del aludido anteriormente. Chang me mira a mí, con un ligero destello de nostalgia, perdón y cariño.—Es Kihyun, tarado.