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Salgo del baño ya cambiado, con una camiseta negra y un jean claro rasgado y una bolsa con la ropa sucia en mano. Toda las prendas limpias que tengo puesta es unos talles más grande de lo que uso, el pantalón que se me cae y debo acomodármelo a cada rato, hasta que me canso y decido que ya tenerlo agarrado es mejor. Antes de cambiarme de ropa, me aseguré de lavarme un poco mi piel con el agua de la canilla del baño, sin importarme de que Hoseok está allí ya que en secundaria nos cambiábamos juntos en educación física, para sacarme aunque sea un poco aquella húmeda sensación y el horrible olor que dejó el agua en mi cuerpo. Cuando cierro la puerta, me encuentro con Hoseok apoyado contra la pared de brazos cruzados, esperándome. Al verme, enseguida se incorpora, quedando frente a mí.

—Se me cae el pantalón.—es lo primero que digo.

El pelirrojo suspira y lleva sus manos hacia la ebilla de su cinturón, levantando la parte inferior del buzo que tiene encima que lo cubre. Comienza a desabrocharlo, es ahí cuando enseguida me alarmo, mal pensando su acción.

—¡¿Q-qué haces, imbécil?! —tartamudeo, con el calor invadiendo mis mejillas. Hoseok me mira neutro, como si estuviera preguntándome con la mirada si estoy hablando en serio o si de verdad pensé mal.

—¿Sacarme el cinturón para dártelo?—pregunta con una notable ironía en su voz.

Es aquí donde me doy cuenta de que soy el ser más degenerado que existe. Mentiría si dijera que creí que no tenía otras intenciones por un momento.

Mi compañero termina de quitarse el cinturón, deslizándolo hasta que ya no está prendido a ninguna parte de su exageradamente ajustado pantalón. Luego, se acerca a mí para pasarlo al rededor de mi cintura y lo abrocha. No sé por qué, pero la aproximidad de Hoseok a mi cuerpo comienza a ponerme nervioso, mientras que él parece totalmente ajeno a esto, mostrándose sereno y serio. Hasta que termina y se aleja.

—¿No lo necesitas?—le pregunto. Cosa que dudo mucho, parece que él usa pantalones más chicos apropósito para que se marquen más sus piernas, al igual que sus camisas, que marcan cada músculo de su torso. Literal que sus pantalones son tan ajustados, que siento que cierta parte del cuerpo de allí abajo debe estar tan plana como mis compañeras debido a las apretadas prendas que lo deben asfixiar.

—Lo uso de accesorio.—dice. Entonces me sonríe de una forma un poco pícara.—Creo que se ve sexy.

¿Alguien me explica cómo mierda un cinturón puede hacerte ver sexy?

Veo cómo Hoseok lleva sus manos al cuello de su buzo y se lo quita, desacomodando un poco la camisa que tiene debajo hasta de su pantalón solamente de la parte de abajo. Da vuelta las partes que tiene al revés, que es solo una manga y me lo tiende.

—Hace frío y tú estás mojado.—comenta al ver mi rostro confundido. Lo tomo sin decir una sola palabra, más que hacer un pequeño asentimiento de cabeza.

Oh, genial. El cliché.

Me pongo la última prenda que Hoseok me dio. Tan solo comenzamos a mantener verdaderas conversaciones ayer y ya siento que le debo mucho. Me llevó a casa sin importarle que iba a manchar su auto -cosa que muchos te matarían por eso-, me dio sus apuntes debido a que sabe que no presté atención en clase -esto es un gran detalle, mucho más cuando estás en la universidad-, y ahora me prestó de su ropa que trajo porque ya daba por hecho de que iba a ignorarlo y algo así iba a ocurrir. A todo esto, Hyunwoo en ningún momento dio señales de vida, no lo cruzamos en el camino y ni siquiera apareció desesperado por la puerta del baño diciendo que oyó por boca de otros lo que hicieron. El hecho de que Hoseok a ayudarme haya aparecido justo cuando más necesitaba a alguien que me saque de aquella humillación, también se sumaba a las razones por las cuales siento que le debo algo. Y algo muy grande.

Roses [KiHo/WonKi] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora