Roses [KiHo/WonKi] [Monsta X]

Epílogo.

3 años después.

No sé cómo definir esto, si como un enorme orgullo o un sueño eterno. Y es que verdaderamente todo es perfecto ahora, la manera en la que conseguí escalar hasta llegar donde estoy junto con Shin Hoseok, mi novio. La manera en la que juntos nos esforzamos en comprar un edificio en venta, remodelarlo y que ahora estamos esperando a que sea el horario de poder inaugurarlo esta noche. Suena tan irreal si me pongo a pensar de que finalmente está pasando, que finalmente cuento con todo y con más de lo que necesito a pesar de los constantes obstáculos que presenté en la universidad, a lo largo de mi vida. Al final todo resultó ser una dramática comedia para mí, donde si miro hacia atrás puedo reírme de lo idiota que fui, pero a la vez me dan ganas de abrazarme y darme palmaditas en la espalda.

Cuando acepté que no me gustaban las chicas estaba en un constante: ¿correcto o incorrecto? ¿Estoy en lo cierto o... estoy equivocado? Hoy por fin puedo darme una respuesta: ninguna de las opciones dadas. Para algunos estoy bien, para otros estoy mal. Finalmente comprendí que no es necesaria la opinión de otros para conseguir la felicidad, sino ser tu propio soporte, sólo importa lo que pienses tú de ti mismo.

Tengo la fortuna de tener a alguien como mi actual pareja a mi lado, que me enseñó que esconderse no es la mejor manera para evitar ciertas cosas. Que me ayudó, me empujó y me esperó tanto tiempo. Él hizo que reforzara aquello que mis padres me habían enseñado en su crianza: está bien ser diferente, vivir a tu manera sin lastimar a terceros o segundos. Con Hoseok conseguí comprenderlo.

Por fortuna, aunque nadie piense de la misma manera, son cosas que poco a poco se va cambiando. Los hijos ya no piensan igual a sus padres, reventando aquella burbuja que los aísla del mundo real para saber qué es realmente vivir. El mundo está lleno de colores que se mezclan unos con otros y los jóvenes poco a poco van descubriendo que no todo es blanco, negro, rojo, azul y amarillo. Existen naranjas, violetas, rosas... cada cuál más hermoso.

Y gracias a mis experiencias vividas, por muy mal que la haya pasado en su momento, aprendí, crecí. Mi abuela tenía razón cuando me dijo que todo lo bueno está por llegar. Quizás se tarde mucho, quizás poco. Pero siempre, no importa como o dónde, aparece un rayito de luz entre tanta oscuridad. Algunos lo ignoran, lo tapan bajo la excusa pesimista que allí no está, otros buscan la manera de conseguir que todo se ilumine. En mi caso, esto último fue lo que pasó. Ya no siento pánico, ya me da igual un comentario que en un pasado pudo hundirme en un mar de inseguridad.

Es por eso que ahora estoy donde estoy: juntando un poco de dinero dando clases de teatro para así poder pagar los gastos que generó todo el edificio que hoy será inaugurado con exactamente la misma obra que hicimos con nuestros compañeros en nuestra graduación, contando de su colaboración y dos actores que contratamos para ocupar el papel de Yeojoo y Wonhee. Roses fue el inicio de todo, ¿por qué no realizarle un homenaje?

Tanto Hoseok como yo estamos felices, orgullosos de nosotros mismos y del otro. Dueños de un lugar, uno que es actor y el otro que es dramaturgo. Totalmente ajenos a críticas que no sean con respecto a nuestros futuros trabajos. Demostramos con orgullo quienes somos, luchando aún por derechos que nos faltan por conseguir a la vez que nos damos cuenta de todo lo que nos queda por recorrer como pareja homosexual. ¿Tal vez considerar la idea de formar una familia? ¿Casarnos? No lo sé, la verdad no estamos pensando mucho en eso por el momento.

Me acobardaron mucho a lo largo de mi vida con comentarios, con experiencias de otras personas que se encontraban en mi misma situación que sin darme cuenta estaba parado en un lugar en el que no quería estar. Creía que era feliz escondiendo mis relaciones cuando no es así, estaba haciendo conmigo mismo lo que no quería que me hicieran. Ahora salgo de la mano con Hoseok a la calle, lo beso si lo siento necesario, paso de algunas miradas de desapruebo, sonrío. Soy otra persona a lo que era hace unos años, tanto que siento lástima por el Yoo Kihyun de 24 años hacia atrás.