La voz de un chico sonando a través de un megáfono llama mi atención. Al cruzar por un parque noto una carpa blanca, un grupo de activistas se encuentran en un puesto lleno de carteles con respecto al veganismo y calentamiento global, dos mujeres y un hombre reparten folletos que terminan hechos una bola dentro de sus bolsillos sin molestarse en leerlos, mientras cinco personas más hablan con gente que está interesada en el tema, quizás dándoles algunos consejos o contándoles más sobre la causa. Sólo es uno quien los llama, hablando sobre ese aparato blanquecino, que se dedica a hablar para todos y protestar por lo que se está destruyendo.
—Estamos matando al planeta Tierra, nos estamos matando a nosotros mismos—dice como si hubiera memorizado un discurso, y eso parece puesto a que veo en una de sus manos algunas hojas. Yo lo miro con atención a medida que nos vamos acercando, oyendo sus palabras—. Lo advirtieron hace 40, 30, 10 años, jamás hicieron caso y ahora lo está pagando la generación que quiere mejorar el mundo. La ambición y la ignorancia del ser humano, de generaciones pasadas, nos está llevando al derretimiento de los polos, temperaturas peligrosamente altas y bajas en distintas partes del mundo y la extinción de numerosas especies de animales.
Alcanzo a leer alguno de los carteles, cartulinas de colores que tienen escrito con marcador negro causas, consecuencias y prevenciones del calentamiento global. Imágenes que adornan para graficar, papel pegado en más papel. Las personas ignoran, como si nada pasara, como si ellos no estuvieran allí protestando por algo tan importante.
Mi cuerpo suelta a Hoseok, quien me mira confundido mientras me acerco hacia una chica que está repartiendo volantes para darme uno. Leo el título: ¿por qué hacerte vegano?
Frente a mis ojos tengo los carteles que quería leer. Una amplia explicación sobre lo influyente que es la industria cárnica en dicho problema ambiental: el gasto de agua en el ganado y los cultivos especial para ellos, y el dinero que se desperdicia, sin mencionar la crueldad que hay detrás. Por cada vaca, se dice que podría comer cinco veganos. Además de que también cuenta que comer carne no es tan bueno como parece dado a las hormonas y que originalmente, el humano era herbívoro, redactando el motivo de esto como que el intestino tan largo que tenemos es propiedad de estos animales. Y no sólo eso, sino también que parte de las proteínas y todo aquello que se les inyecta van a lugares que nosotros no consumimos, por lo tanto no aprovechamos. Eso y sin mencionar algunas de las enfermedades que contraen y que son retiradas de la carne que nosotros digerimos, antes de ser vendida.
Al final, este movimiento no va solamente por el maltrato animal.
Pero no es sólo un ataque hacia los que comemos carne para convencernos de reducir el consumo o directamente abandonarlo, también para la misma industria agrícola. El uso de agroquímicos también está acabando con todo, que sólo sirve para echarle leña al fuego. La diferencia es que la única manera de acabar con una cosa es dejar de pagar por ella, mientras que con la otra se necesita sólo un poco de pisotones en el trasero hasta que decidan parar.
Hoseok se para a mi lado. Siento sus ojos sobre mí, que tal vez me observan con algo de confusión. El chico del megáfono continúa hablando, aunque no soy capaz de oír lo que dice, estoy centrado en los carteles, cuando uno de sus compañeros con una camiseta de Greenpeace se acercan a nosotros dos con un cuaderno y algunos folletos en su mano.
—Buenas tardes—nos dice—. Mi nombre es Mingi, voluntario de Greenpeace. Como ustedes saben, este grupo pide donaciones para la proporción de trajes de supervivencia a los activistas, mantener la tripulación del barco Rainbow Warrior y sobre todo la protección de ecosistemas y la biodiversidad. Si quieren colaborar, pueden darnos el dinero a nosotros o dejarlo en la caja que hay sobre aquella mesa—señala hacia dentro de la carpa adornada por carteles, donde hay una mesa con una caja para guardar el dinero que la gente quiere donar.
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Roses [KiHo/WonKi] [Monsta X]
FanfictionYoo Kihyun es un estudiante de Teatro en la Universidad de Artes de Seúl, del cual desde muy pequeño supo que ser homosexual está bien. Hasta que descubrió que él lo es y comienza a cuestionarse a sí mismo, sintiendo miedo de que la gente descubra s...