Cuando entro al salón de clase, luego de haber subido las escaleras corriendo dado a que me levanté un poco más tarde de lo normal, todos están encerrados en sus libros pese a que recién apenas vamos siete minutos exactos, que verifico en mi celular, de haber comenzado con la clase. Con la respiración aún agitada, voy adentrándome a tomar asiento. El profesor quizás aún no llegue o a lo mejor fue a hacer algo, por lo que eso es un punto a mi favor. Miro a mi alrededor, puesto a que el silencio y la tranquilidad que hay no me trae nada de confianza en mis compañeros, de hecho, nada lo hace. Noto que Hoseok está ausente y finalmente me siento en mi lugar. Bajas risas y algunos murmuros comienzan a escucharse y mis ojos viajan directamente a la pizarra, ignorando a todos y cada uno de ellos.
Me quedo boquiabierto viendo el dibujo hecho con tiza blanca y rosa, una caricatura mía, gordo, con un tipo hecho con palitos follándome, básicamente. En la mano de mi dibujo, hay una botella de alcohol y un globo de texto que dice: no soy gay, haciendo referencia a lo que grité en mi defensa el otro día, donde dije que besé a un chico porque estaba ebrio el día de esa fiesta, usando la burla hacia mí con tan sólo un simple dibujo. Entonces sólo bastó un sólo segundo para que mis compañeros estallen entre risas una vez que todos notaron que vi su magnífica obra de arte que inspirará a nuestras futuras generaciones.
No sé cómo reaccionar, sólo me quedo estático en mi lugar, cuestionándome por qué demonios aún siguen haciendo estas estupideces. No sé si llorar, ignorarlos o si simplemente correr después de gritarles. La rabia comienza a correr por mi cuerpo, al igual que las lágrimas que amenazan con salir una vez siento bollitos de papel caer contra mí. Ahí llego a mi límite, y me pongo de pie logrando que todos se queden estáticos por mi reacción.
—¡¿Quién fue el hijo de puta que lo hizo?!—grito descargando toda esa ira acumulada, sintiendo a la perfección mi garganta arder de lo fuerte que elevé mi voz. Mi pecho sube y baja, mi cara está caliente y mis ojos aguados.
—¿Qué pasa, Yoo?—oigo la risa de Seungcheol, quien se pone de pie como cual héroe, orgulloso de haber salvado su pueblo.—Si te digo que fui yo, ¿vas a hacerme un oral o qué?
Y como estúpidos, todos comienzan a reír. Inclusive él.
—¡A ustedes les importa una mierda con quién demonios me acuesto!—sigo gritando.—¡Dejen de tocarnos los huevos, por favor!
No sólo hablo por mí, sino por todos aquellos que sufrieron bullying en esta universidad, que en varios casos fue porque los alumnos eran o son homosexuales. Me gustaría siquiera preparar un gran discurso en nuestra defensa, tanto de gays, como de lesbianas, como gente subida de peso a quienes le tiraban el almuerzo a propósito porque según ellos son unos cerdos, como a gente que venían a estudiar de otros países o a personas inteligentes que pasan aisladas de todos. Racismo, homofobia, clasismo, miles de otras cosas más hay en esta universidad. Quizás alguien no lo sea, quizás sí. Pero de todas formas van a estar en tu contra, posicionarse del otro bando porque saben que si se ponen de tu lado también saldrán perjudicados.
Muy pocos, como Hoseok, yo o Hyunwoo, no nos hemos puesto a joderles la vida a otras personas. Eso sí, no hacíamos nada. No por cobardía o por indiferencia al asunto, es algo grave, algo del cual nosotros debemos encargarnos de arreglar para que a las futuras vidas que ocupen nuestro lugar en el mundo no tengan que presenciar este infierno. Sino más bien, porque estábamos mentalizados de que todo iba a parar. Que iban a madurar y dejar vivir a los demás.
Lamentablemente, eso no está pasando. Ahora yo mismo me encuentro siendo uno más, la nueva burla entre mis compañeros. Y no soy capaz de buscar la forma de cómo parar todo esto, con palabras no es suficiente.
Soy adulto, tengo veinticuatro años de edad, veinticuatro años de los que ya soy más que consciente de lo que pasa a mi alrededor. Estudio teatro en una universidad donde por ser tan sólo un poco diferente, ya te tachan, por más de que aquí, por estereotipo, asiste gente culta. Gente que tiene mente abierta. Gente que ama el arte y sólo por eso deben aceptarte. Porque sí, la sociedad cree que solamente porque te guste pintar, bailar, la música o lo que mierda sea, eres una persona pacífica, que lo adora todo y sabe lo que está bien y lo que está mal. Algo totalmente erróneo, recordemos que a uno de los genocidas más grandes de la historia era amante del arte.
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Roses [KiHo/WonKi] [Monsta X]
FanfictionYoo Kihyun es un estudiante de Teatro en la Universidad de Artes de Seúl, del cual desde muy pequeño supo que ser homosexual está bien. Hasta que descubrió que él lo es y comienza a cuestionarse a sí mismo, sintiendo miedo de que la gente descubra s...