Capítulo 04

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-¡Eyyy mi clon! -chillé lanzándome encima de mi pelirroja gruñona

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-¡Eyyy mi clon! -chillé lanzándome encima de mi pelirroja gruñona. -¡Te extrañé tanto, Cruela!

Escuché su risa suave y melodiosa, ¿Cómo lo hacía? Yo parecía una bruja malvada cuando reía.

-¡Caramelito de miel! -la miré mal, ella hacía referencia a que según ella era extremadamente dulce. -Yo también te extrañé mucho, Maléfica.

Nos separamos riendo por nuestros apodos.

-Mérida.

-Bella.

Ambas entrecerramos los ojos. Y luego explotamos en carcajadas, extrañé tanto a mi brujita.

-¿Y tú vas a un entierro o qué? -me burlé haciendo referencia a que vestía de negro, un vaquero ajustado, una camiseta manga larga cuello de tortuga, un cardigan de patrones bastante extraños, unos zapatos de diseñador y unos lentes de sol negros a la moda.

-Primero muerta que sencilla. -repitió ella su mantra, ah, a mi si me gustaba andar muerta y sencilla. Unos pantalones de mezclilla, una camiseta manga tres cuartos beige y unos deportivos blancos. -Tendré que actualizarte en el mundo de la moda, caramelito de miel. -rió ella. Yo le saqué la lengua.

-Cruela, no hay nada mejor que un guardarropa cómodo y sencillo. ¿Se te olvida que vamos a una hacienda? Yuju, ¿Mosquitos, calor, aire libre?

-Como sea, caramelito. Siempre debes estar bien presentable. He dicho. Andando, ¿Irás en tu coche o en mi camioneta? -preguntó ella mientras salíamos del aeropuerto y nos dirigíamos al estacionamiento.

-Iré en mi coche, tengo que estar mañana mega temprano en la empresa, no puedo mandar por el a las cinco de la mañana. -expliqué, ella asintió.

-Igual llevaré tus maletas en mi camioneta, ¿Vale? -asentí

Esperando por Danko me di una vuelta mirando el aeropuerto, recuerdos abordaban mi mente, él último día que lo vi, que supe de él. ¿Era mucho pedir una maquinita en el tiempo? Ya saben, para borrar sentimientos y recuerdos.

Fui en busca Demi perrito antes de que la melancolía me embargara, miré a Danko saltar hacia mi soltándose del señor que lo tenía. Reí, mi gigante bola de pelos. Danko era un hermoso lobo siberiano de pelaje negro y blanco, y unos ojos tan azules como los míos. Era una cosita hermosa.

-¡Mi bebé! ¿Cómo está lo más bonito de mami? Ah, ah, ¿Quién es lo más bonito de mami? -empecé a hablarle mimadamente mientras acariciaba su cabecita, él la ladeó para que le acariciara la oreja izquierda como tanto le gustaba mientras movía la cola. Reí cuando me fijé en Mackenzie mirándome con una ceja levantada y cruzada de brazos.

-¿Eres consciente de cómo te están mirando las personas, no? -dijo ella, rodé los ojos. Cruela había cambiado tanto.

-¿Qué hay de ti cuando te ponías así con los caballos de la hacienda? ¿Te importaba como te miraban los trabajadores? -le recordé. Pude ver en su mirada pasar un rastro de melancolía pero tan rápido pasó así se fue.

El VendavalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora