[Tercera temporada de Ecos de amor]
Como el viento.
Lenta pero inexorablemente se va borrando recuerdos de sus vidas, poco a poco se hicieron neblina. El vendaval de las horas arrasó desde el tiempo cruel a la lucha contra sus demonios, despojó sus...
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Estaba tan agotada.
Entre números, cuentas, cálculos, personas, trabajadores, dinero, vino, Luis, todo estaba acabando con mi energía.
Eran las cuatro de la mañana y por fin habíamos descubierto que realmente ese dinero iba a la cuenta de una de mis tías maternas, Andrea D'angelo.
Ella había manejado las empresas de la familia cuando estaba mamá al mando, y la muy ingeniosa había asegurado su futuro sin tener que trabajar. Ahora entendíamos porque habían desaparecido del mapa.
Miré al desgraciado de Luis. ¿Por qué me torturaba así? Después de estar toda la noche en vela sacando cuentas él se levantó del sillón y se quitó la camisa. Estaba sonrojada, mis mejillas ardían a más no poder y sentía como mis inquietas manos realmente picaban por tocarlo.
Su torso... Era un sueño húmedo femenino, definitivamente. Desde el brazo que tenía tatuado hasta la mitad de su espalda estaba llena de tinta, pude distinguir un león, o al menos su cara, del otro lado de su cuerpo el que no estaba tatuado solo había un rasguño de ¿Tigre? ¿Gato? ¿León? No sabía, solo eran cuatro líneas tatuadas.
—¿Qué significan tus tatuajes? —la pregunta escapó de mis labios sin darme cuenta.
Él se giró, pues me estaba dando la espalda, me fijé que en frente no estaba tatuado. Me dió una sonrisa engreída que deseé comerme a base de besos.
¿Madison que demonios dices? Tiene prometida, (la cual fácilmente puede hacerse pasar por su abuela...) Bah, me fui de base.
—¿Realmente quieres saberlo? —preguntó, me levanté y caminé hacia él, me situe delante suyo. Asentí.
Luis tomó mi mano y tiró de mi hacia la cama, me senté y él se sentó dándome la espalda, desde aquí podía verlos mejor, de cerca.
Mi mano inquieta se deslizó por la caligrafía de su hombro, se tensó bajo el toque de mis manos sin embargo no dijo nada y me permitió tocarlo.
—Sólo se vive una vez, sólo hay una vida, sólo un tiempo, aprovéchalo. —murmuró diciendo lo que yo leí en mi mente que estaba tatuado en su piel.
—¿A que hace referencia ese tatuaje? —pregunté acariciándolo con mi mano, delineando las letras con mi dedo. Ya estaba menos tenso.
—Se debe a que pienso mucho las cosas, ya sabes, me detengo a pensar que consecuencias puede traer, si afecta a alguien, si lastima a alguien. Desde ese momento decidí ser egoísta y pensar más en mi y menos en los demás. —ahora fui yo quien se tensó.
Ahora delineé el tigre encerrado en una cueva de ojos lastimados: —Representa mis miedos, mis temores, es ese tigre que es fuerte y valiente pero no lo sabe hasta que se obliga a la fuerza. Los caminos representan los líos que tuve que enfrentarme para ser lo que soy hoy en día, las adversidades, los obstáculos. El cielo abierto diciendo que después de cada tormenta sale el sol, que no hay prueba insuperable. El tatuaje del brazo dice lo mismo, solo que aquí está esa mujer... La sirena, yo no soy más que un marinero enfrentándose a la tempestad de la noche que no hace más que seguirla como un lunático. —pude trazar cada trozo de tinta y carne, me dolió saber que se sentía así, era tan triste.