Capítulo 20

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Ebria

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Ebria.

¿Cuántas veces había estado aquí antes? ¿Por qué estaba aquí?

Papá había corrido a Mackenzie de la hacienda, en plena celebración en la bodega él había llegado y la había echado como si de un perro se tratara al ver que se besa a con Fabrizzio en sus narices.

Cuando me iba corriendo detrás de ellos para también largarme de aquí ella sólo formuló con sus labios: «Mamá» Tenía razón, debía quedarme aquí por mamá, únicamente por ella.

Igual y ¿A dónde iría? ¿Argentina? ¿Sola? ¿Devastada?

Ella sabía que eso pasaría, aunque podía ver en su mirada un ápice de esperanza que papá le dijera: -"Ustedes no son hermanos de sangre tampoco tienen lazos como tal, sigan a sus corazones y que les valga lo que las personas digan". Pero no. Él había sido la primera persona en juzgarlos y señalarlos.

Mientras bebía me preguntaba si esto era lo que quería. ¿Esta vida vacía, sola, triste y virginal?

En mis veintidós años nunca sentí ni un pequeño gramo de amor verdadero, con el pasar de los días, las acciones de él, los problemas, todo, con eso comenzaba a creer que quizás realmente lo que sentía por él no era amor, sino esa gran necesidad de cariño, de sentir un poco de emoción en mi vida.

Tomé la guitarra que Mackenzie se habia llevado anoche y había dejado en la sala. Tuve que traerla de nuevo a la habitación de mamá.

Sentada con ella toqué una canción que me llegaba al alma, se llamaba hurt de Johnny Cash. Escuché cómo Fabrizzio la cantaba mientras tomábamos vino. Desde ese momento quería yo cantarla.

Miré a mamá en la cama, postrada ahí y yo sintiendome impotente sin poder hacer nada. Con rabia toqué la guitarra.

Hoy me hago daño,
para ver si sigo sintiendo.
Me concentro en el dolor,
la única cosa que es real.
La aguja hace un agujero,
el viejo pinchazo de siempre.
Intento acabar con ello del todo,
pero me acuerdo de todo.

¿En qué me he convertido,
mi más dulce amigo?
Todas las personas que conozco,
al final se van.
Y podrías tenerlo todo,
mi imperio de basura.
Te decepcionaré,
te haré sufrir.

Llevo esta corona de espinas,
sobre mi trono de mentiroso.
Lleno de pensamientos rotos
que no puedo arreglar.
Bajo las manchas del tiempo,
los sentimientos desaparecen.
Tú eres otra persona,
yo todavía sigo estando aquí.

¿En qué me he convertido,
mi más dulce amigo?
Todas las personas que conozco,
al final se van.
Y podrías tenerlo todo,
mi imperio de basura.
Te decepcionaré,
te haré sufrir.

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