PELEA EN LA PISCINA

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Amber.

Después de que llegara un mensaje de Thomas con la dirección de la casa de Donna, no duramos más de diez minutos en encontrar la casa.

Debo admitir que más que una casa era un tipo de mini mansión cerca a la playa que muestran en las típicas películas de Los Ángeles, solo que esta se veía perturbada por parejas arrecostadas en la fachada intentado quitarse la ropa y la música hacia que las ventanas estuvieran a punto de estallar por volumen tal alto del estéreo.

Si no estuviera tan decidida a encontrar a Kendall me iría en este preciso momento, este ambiente nunca me ha atraído.

Cole apaga la motocicleta baja y me ayuda hacerlo también, me desabrocha el casco y lo pone en la manija contraria en la que está el suyo. No note en qué momento se lo quito, estaba muy pendiente del lugar al que iba a entrar...

- Preparada.- Toma mi cintura y empezamos a caminar hasta la entrada.

- Claro que sí.

- No se diga más.

Y cinco segundos después abré la gran puerta que nos da ingreso a una gran planta baja. Lo primero que se ve es una gran escalera típica de casas lujosas que al lado derecho tiene una cocina espaciosa en la cual hay un par jugando chupa y afloja y con vasos rojos en sus manos. Al otro lado lo que creo que es la sala de estar está cerrada por dos puestas de madera y vidrio opaco que no permite ver nada. Supongo que Donna respeta ciertos límites de su hogar.

En el resto del primer piso no hay nada más a la vista. Y es curioso que a pesar de que toda la fiesta es en la piscina sea tan fuerte la música que traspase más de 20 metros del área interior de su casa.

Seguimos caminando en silencio hasta llegar a la puerta que dirige a la piscina. Cole me mira y entrelaza nuestras manos y abré la puerta de vidrio.

Me da una mirada y me sonríe de una manera suave no es una broma ni una insinuación, solo manifiesta que está ahí, conmigo.

Entramos al patio donde está toda la gente y encontramos dos DJ a cada esquina de la piscina. Un gran riesgo para el sonido pero al parecer la imagen es lo que cuenta aquí.

- En serio?-Pregunto.

Cole suelta una carcajada y me pone al frente suyo abrazándome por la cintura. - No te gustan los Djs en riesgo de electrocutar una piscina?.

- Debería estar idiota para que me gustara.

Me da un beso en el hombro y
mientras damos unos cuantos pasos más y veo a Kendall. Cole nota mi tención y me da la vuelta.

Está en una hamaca con un tipo que creo que es... Thomas. ¿Qué carajo?

- Te acompaño?- Me pregunta.

Thomas sabe que voy hacia allá, me ve por encima del hombro de Kendall pero solo trata de ignorarlo mientras Cole se concentra en mis ojos. Diciéndome que tengo su apoyo. Sé que si le digo que sí, me protegerá como a un león como hace ya prácticamente tres semanas que lo conozco, el tiempo vuela. Pero esto lo necesito hacer sola y sé que a pesar de no estar al pie de mí intervendra cuando se ponga difícil.

- Iré sola, además creo que esta distraída por tu amigo.

- Bueno...sí. Thomas es un tanto tarado pero intervendrá si pasa algo. - Aprieta la mirada de sospecha y antes de que me detenga me dirijo a la hamaca situada en una esquina diagonal a la piscina.

Antes de llegar Kendall para la sesión de besos en el cuello con Thomas quien tiene una mano en el culo de Kendall y lo aprieta. Ella se burla pero su risa desaparece y se reemplaza por una mirada de superioridad y se levanta de las piernas de su compañero de besuqueo.

CUANDO MENOS TE LO ESPERÉS   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora