4

4.3K 375 24
                                        


Me recompuse rápidamente de los recuerdos de mi padre, me acerqué a la puerta de la sala de juntas, puse mi mano sobre la manija, respiré profundamente un par de veces preparándome para la guerra, abrí la puerta y con mi más estilizado, elegante y sensual caminar, entré saludando cordialmente a todos los presentes, quienes se pusieron de pie rápidamente -como indicaba el protocolo-, para que yo finalmente llegara a encabezar la mesa, sentándome en una gran silla de cuero, posando mi pierna derecha sobre la izquierda y alzando la mirada llena de actitud, como toda una presidenta corporativa.

―Buenos días nuevamente, caballeros ―Sabía que no todos eran tan caballeros, pero quité ese pensamiento de mi mente rápidamente antes de que me hiciera reír― Es un placer verlos ―mentí― Han citado a esta reunión extraordinaria con suma urgencia, así que ustedes dirán.

Hubo un minuto de silencio en el que todos esos hombres de la edad de mi padre, se miraron uno a otros como si no supieran cuál de ellos pensaba dar inicio a la junta y eso me hizo confirmar que lo que Alexa me había advertido antes de entrar, era real. Lo que iban a decir era malo, muy malo. Tan malo que ninguno de ellos quería decirlo, hasta que finalmente uno de ellos tosió falsamente como aclarándose la voz y lo soltó.

―Querida, las cosas no han ido bien.

Ese era Baltazar Abrahams y al menos habían escogido bien.

La relación de amistad de Baltazar con mi padre era muy cercana y por eso lo conocía desde que era una niña, así que habían escogido al más cercano de todos ellos para darme las malas noticias, pero no estaba dispuesta a que fueran condescendientes conmigo. Era la presidenta de Clayborne & Partner y debían tratarme como tal, no como la hija de Bernard Clayborne, que se encontraba absolutamente vulnerable por la "reciente" muerte de su padre.

―Disculpa, Baltazar, me gustaría que fuéramos directo al grano. Lo que van a decir no es nada bueno, ya que al parecer ninguno de ustedes quiere hablar, pero te pido por favor que evites los halagos. Tú eras muy amigo de mi padre y comprendo el cariño que le tienes a mi familia, pero esto se trata de negocios.

―Lo siento.

―No, no te disculpes ―Le resté importancia y me dirigí hacia otro de los hombres― Billy, explícame la situación lo más rápido posible, porque tengo algunas transacciones importantes que revisar.

Billy Wygth en cambio, conocía a mi padre desde la universidad, eran amigos, pero ese tipo de amigos que siempre competían por todo. Sabía que el sería directo, mordaz e incluso despiadado y era justo lo que necesitaba. Nada de cursilerías baratas. Realidad inyectada rápido y a la vena.

―Bueno, Karin. Es simple, no estamos de acuerdo con que tú seas la presidenta del Holding.

Ok, tal vez había exagerado con eso de la realidad inyectada a la vena. Tal vez hubiese preferido que Baltazar me lo dijera. Se me hizo un nudo en el estómago, pero no estaba dispuesta a ceder tan pronto. Era una guerra de esas que mi padre tanto hablaba.

― ¿Y cuál sería la razón? ―Arqueé una ceja.

―Que eres mujer ―No había rastro de duda en la retrógrada respuesta.

― ¡Billy! ―exclamó Baltazar ante lo mordaz de su "colega".

― ¿Qué? ¿Acaso no es eso, Baltazar?

Malditos bastardos hijos de puta.

Sabía perfectamente que odiaban el hecho de que la cabeza de una empresa tan importante fuera yo, una "simple mujer" que probablemente tenía más aptitudes, condiciones y conocimientos para dirigir una empresa que ellos, pero el hecho de no tener un pene y dos pelotas colgando de mi pelvis, para ellos me convertía un ser inferior.

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora