Born to you [TERMINADA]

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Le sonreí otra vez, me quité el cinturón de seguridad y tomando mi bolso, caminé tras ella a lo largo del avión y luego en las escalinatas, donde George nos extendió la mano para ayudarnos a bajar.

―Un magnifico vuelo, George. ¡Ni siquiera lo sentí! ―No pude evitar reírme porque de verdad ni siquiera tuve noción del viaje.

―Muchas gracias, señorita Clayborne. Siempre es un placer ―Me sonrió e inclinó levemente su cabeza.

― ¡Bienvenida a casa! ―La voz de Alexa llamó mi atención y apenas la vi sobre la loza, no pude hacer otra cosa que lanzarme a sus brazos― ¡Al fin estás aquí!

― ¡Dios! ¡No sabes cuánto te extrañé! ―exclamé en un suspiro mientras la estrechaba aún más― ¡Me hizo tanta falta mi asistente súper competente!

― ¡No te burles! ―reclamó entre risas.

― ¡No me burlo! ¡Juro que es cierto! ―No había nada más real para mí en ese momento.

Cada vez que me topaba con la maldita burocracia, Alexa venía a mi mente porque era justamente ella quien lidiaba con esas cosas por mí y por eso, luego de vivir la tortura en carne propia, estaba segura de que definitivamente merecía un más que considerable aumento.

― ¡Me alegro que me hayas extrañado! ―dijo divertida, separándonos al fin― ¡Así no me despedirás!

― ¡No lo haría! ¡Ni por todo el oro del mundo! ―Ambas reímos― Ven, déjame presentarte ―Nos volteamos y nos encontramos con mi suegra― Alexa, ella es Caroline Peyton, la madre de Benjamin ―La dos se estrecharon la mano― Caroline, ella es Alexa Tupper, mi asistente personal y la mujer de la que depende mi vida.

―Es un gusto conocerla, señora Peyton.

―Igualmente, Alexa.

¡Al fin estaba de regreso en casa! No podía estar más contenta y cuando comenzaba a sentirme cómoda otra vez, de pronto un automóvil que se me hacía muy familiar, entró en la loza y aparcó justo delante de donde lo había hecho Alexa.

"Benjamin está aquí" Pensé al reconocer su magnífico automóvil y no pude evitar sonreír como una boba enamorada mientras esperaba que mi príncipe azul bajara de su noble corcel.

Toda mi ilusión se desvaneció cuando quien bajó del asiento trasero, fue Bruna, quien luciendo un riguroso traje negro de dos piezas, caminó hasta nosotras, haciendo crepitar sus enormes tacones en la loza del aeródromo.

― ¡Bruna! ―exclamó Caroline, quien evidentemente la conocía y se alegraba de verla.

―Buenas tarde, señora Peyton. He venido por usted ―dijo sin más y ni siquiera me dedicó una mirada.

―Caroline se va conmigo ―Me apresuré a decir― Benjamin y yo acordamos que su madre se quedaría en mi casa.

―Cambio de planes ―espetó sin mirarme otra vez― El apartamento de su hijo está en perfectas condiciones para recibirla, señora Peyton ―En cambio a ella, si la miraba directo a los ojos.

―Pero... Karin tiene razón. Habíamos quedado en que...

―Por favor, señora ―Le interrumpió― No insista y venga conmigo.

― ¿Qué está pasando, Bruna? ―Me atreví a preguntar porque su actitud conmigo estaba lejos de ser la de siempre.

― ¿Nos vamos? ―preguntó a mi suegra, quien confundida, asintió con la cabeza y tomó su maleta.

― ¡Contéstame, Bruna! ―exigí mucho más contundente esta vez, lo que provocó que por fin me mirara.

―No tengo permitido darle información, señorita Clayborne.