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Reconozco que perder de esa manera la empresa que fue producto del esfuerzo del hombre que me había dado la vida, era abrumadoramente doloroso. Había tratado de evitarlo de todas las formas posibles, incluso acudiendo a Benjamin para ello, sabiendo que si eso ocurría, sería un golpe devastador para mí. Hoy, frente a las nuevas circunstancias, si, estaba triste, pero no se acercaba ni en lo más mínimo al desconsuelo que me provocaba haber perdido algo infinitamente más importante que eso.

Había sido traicionada por quien menos esperaba. Apuñalada por la espalda por alguien que creí y confiaba en que jamás hubiese podido hacerme daño y eso hacía mella no solo en mi confianza, sino en mi misma. ¿Qué había hecho mal? ¿Acaso merecía algo como eso? Y si lo merecía, ¿qué tan malo había hecho para que así fuera?

Lo peor de todo era que el lado racional de mi cuerpo me obligaba a odiar a Benjamin como nunca había odiado a alguien más. Incluso a los "amigos" de mi padre, que resultaron no serlo. Pero confesando pecar de idiota, el amor no se acaba como quien toma una empresa y la transfiere a otra persona y yo lo amaba profundamente. Aun después de todo lo que acababa de ocurrir, lo amaba.

―Llévame a casa.

Fue todo lo que le dije a Alexa apenas me subí al auto y lidiando con su mirada llena de lástima por el retrovisor, guardé silencio durante todo el trayecto, que se volvió una montaña rusa de pensamientos.

Ridículo me pareció el instante en el que la idea de que todo lo que estaba ocurriendo debía tener alguna lógica explicación. ¿Cómo podía seguir dándole el beneficio de la duda, después de todo lo que hizo y todo lo que dijo? ¡Tenía que estar completamente loca!

Mucho más razonable fue el pensamiento de que tenía que hacerme la idea. Benjamin ya no era parte de mi vida, una vida que acababa de destruir y no podía hacer otra cosa que sacármelo de la cabeza y del corazón lo más pronto posible. Esa debía ser mi primera prioridad.

―Llamaré al abogado para que analicemos las posibilidades ―dijo Alexa sacándome de mis pensamientos apenas aparcó en la entrada de casa― Recuperaremos la empresa a como de lugar.

―No llames a nadie ―susurré abatida― No voy a recuperar nada.

― ¿¡Estás loca!? ―exclamó volteándose y sin creer lo que estaba diciendo― ¡Es tu empresa! ¡Es la empresa de tu familia!

― ¿Y de qué me sirve, Alexa? ―Frunció el ceño sin entender― Tengo el dinero suficiente para comprar tres o cuatro veces esa empresa. ¿Pero de que me serviría? Hoy perdí mucho más que eso, Alexa. Mucho más ―Cuando dio un suspiro y bajó la mirada, supe que entendía perfectamente a lo que me refería― Aun cuando recuperara la empresa, todo eso estaría rodeado de momentos y recuerdos que ya no quiero en mi vida. No hay juicio o abogado que me devuelva lo que Benjamin se llevó. No lo hay.

Fue lo último que dije antes de bajar del auto y entrar a casa con la única intención de encerrarme en mi habitación y llorar todo lo que no me había permitido llorar con anterioridad. Es más, fue prácticamente lo único que hice los siguientes tres días.

Comía y bebía, otra vez, lo estrictamente necesario para sobrevivir y recorría los rincones de la casa, en pijama y zapatillas de levantar, rememorando cada uno de los momentos que con Benjamin habíamos vivido allí. Todo se sentía tan monótono. Todo se veía tan gris.

Lo único que me sacaba momentáneamente del apabullante sentimiento de destrucción total pos apocalíptica, era dormir.

Tres días llevaba teniendo el mismo sueño, aquel en el que mi padre y madre me estrechaban entre sus brazos y aunque en él ya no era una niña, en ese momento si me sentía pequeña, frágil y vulnerable, pero al mismo tiempo sumamente acogida y protegida.

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora