Born to you [TERMINADA]

31

Ambos nos reímos de la situación porque Alexa exasperada era un panorama muy gracioso, pero pronto volví al punto de inicio de la conversación.

Alzando mi mano izquierda y haciéndole un gesto con el dedo índice, le ordené silenciosamente que se acercara, lo que obedeció a la brevedad.

―Te extrañé.

―Y yo a ti ―Benjamin tomó mi cara con ambas manos y me dio un beso ávido de posesión― Soñé contigo ―confesé

― ¿De verdad? ―Arqueó una ceja.

―Sip.

― ¿Qué soñaste?

―Ven aquí, siéntate a mi lado y te lo contaré.

Intrigado me obedeció rápidamente y además se recostó a mi lado para permitir que apoyara mi cabeza en su pecho.

Rodeé su cintura con mi brazo y mientras le contaba los sublimes y perfectos detalles de mi sueño, le acariciaba el estómago bajo la camiseta sintiendo sus marcados y pétreos abdominales y él acariciaba con la yema de sus dedos mi cabello.

―Deberías seguir soñando conmigo más seguido.

―Sí, es cierto, pero la anestesia me hace soñar cosas extrañas. Espero que sin sus efectos, los sueños sean más entretenidos.

― De acuerdo. Tú los sueñas y yo los hago realidad ―ronroneó y la idea no dejó de gustarme.

―Ah, bueno, si es así, empezaré a soñar con un viaje a la luna.

―Yo sé una forma de llevarte a las estrellas ―Solté una carcajada.

―Me consta ―afirmé de coqueta― Pero ahora estoy algo discapacitada.

―Lástima. Desde que me bajé del avión, no podía pensar en otra cosa que en follarte ―Esa confesión me dio escalofrío― Pero bueno, me comportaré como un buen novio y cambiaremos ese panorama tan atractivo por el de ser tu enfermero a tiempo completo.

― ¿Novio? ―Levanté la cabeza lo estrictamente necesario para mirarlo y dedicarle mi semblante de incredulidad― ¿Dijiste novio?

― ¿Qué? ¿Te sorprende? ― ¿Cómo tenía esa capacidad de hablar de temas tan importantes en ese tono de absoluta despreocupación? Que lo hiciera, era casi tan enervante como seductor― Tuve que decirle a tu médico que era tu novio para que me dejara entrar y el confió en mi ciegamente, así que no puedo ir y decirle que le mentí.

― ¿Y cómo pretendes solucionar eso?

―Ah, sí, cierto. Lo olvidaba ―Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta, sacó una caja larga, delgada, celeste y aterciopelada -que supe inmediatamente que era de mi joyería favorita- y me la entregó― Pretendía arrodillarme en la sala de juntas antes de que tu apéndice me arruinara el momento.

―Tiffany & Co. ―balbuceé sin dejar de mirar la caja.

―Tu favorita.

― ¿¡Cómo lo sabes!? ―Aun no lograba entender cómo era que sabía cosas de mí, que ni siquiera le había mencionado.

―Un hombre como yo tiene sus recursos. Pero esto, lo compré en la sucursal de Londres. Lo que significa que ni al otro lado del océano pude dejar de pensar en ti ― ¿Era posible que fuera aún más dulce? Creo que no.

―Eres un romántico empedernido ―respondí con el mayor de los sarcasmos posibles mientras abría la caja y me encontraba con un hermoso brazalete de platino con un delicado símbolo de infinito formado con diamantes y un anillo del mismo diseño y materiales.