Me separé de la chica y subí la escalerilla del avión como si se me fuera la vida en ello, altiva, decidida y engreída. Volteé en la puerta y demostrándole a Benjamin que podía ser aún más audaz y déspota que él, le grité indirectamente.
― ¡Déjalo, Alexa! ¡Déjalo que vaya a buscar un maldito vuelo regular al aeropuerto! ¡Tiene dos opciones! ¡Se sube al maldito avión y llega en unas horas a Londres! ¡O espera al primer vuelo de mañana con todas las escalas imaginables y llega la semana que entra! ¡Él decide! ¡Al terco hay que dejarlo ser!
Orgullosa del ímpetu que había mostrado, saludé a la tripulación y entré al avión. Me senté en uno de los sillones aun con la duda de si había sido lo suficientemente convincente con mis argumentos y si al final Benjamin decidiría subir.
Sabía que era terco, pero no podía imaginar que fuera lo suficientemente testarudo para retrasar su llegada a Londres en un momento de tanta importancia.
Cuando la espera estaba volviéndome loca, mis dedos daban golpecitos rítmicos sobre mis muslos y estaba a punto de convencerme de que Benjamin estaba realmente loco y había preferido ir al aeropuerto solo para no tener que lidiar conmigo, lo vi entrar hecho un huracán de furia y se sentó frente a mí, se puso el cinturón de seguridad alrededor de la cintura, subió su tobillo izquierdo hasta su rodilla derecha, cruzó sus brazos sobre el pecho y miró en cualquier dirección, evitando así cualquier tipo de contacto visual conmigo.
―Buenas tardes, señorita Clayborne. Buenas tardes, señor James. Mi nombre es Elizabeth Kent y seré su asistente de vuelo.
―Buenas tardes, Elizabeth. Puede servirnos algo de comer apenas despeguemos, el señor James y yo no hemos comido nada.
―Claro, señorita. Señor James, ¿puedo ofrecerle algo?
―Whisky seco ―respondió sin despegar la mirada de la ventanilla.
―Claro, con permiso.
La chica se retiró y una media hora más tarde, cuando ya nos encontrábamos en el aire -y con Benjamin aun no cruzábamos ni palabra, ni mirada-, regresó con dos platillos de puré de castañas y alcaparras, acompañados con carne en reducción de vino tinto y el vaso de whisky que él le había pedido.
Anunció la preparación y antes de irse para dedicarse a otros asuntos, nos indicó que cualquier cosa que necesitáramos solo debíamos llamarla, lo que agradecí, pero lo que realmente había capturado mi atención era la comida, porque hasta ese momento no había notado lo hambrienta que estaba.
Desde que Benjamin y yo habíamos terminado nuestra relación, mi dieta se había limitado a comer lo necesario para mantenerme con vida, porque ni siquiera había sentido hambre, pero al parecer, tenerlo cerca era absolutamente sanador.
Tomé los cubiertos y comencé a comer con tantas ganas, que me pareció increíble ver que Benjamin ni siquiera había mirado su plato. Pero lo que me pareció aún más increíble, es que por primera vez, desde que había subido al avión, estaba mirándome directa y solamente a mí.
Me sentí intimidada, pero también estaba hambrienta, así que seguí comiendo, lo que también me ayudó a mantener mi promesa de no volver a hablar -al menos temporalmente-, hasta que noté de reojo cuando puso el whisky en su boca, lo bebió completo de un solo trago y dejó el vaso sobre la mesa que estaba entre nosotros.
― ¿No vas a decirme nada?
Me sorprendió que me hablara después de tanto tiempo sin mencionar absolutamente nada, así que tragué con dificultad la comida que tenía en la boca para responder.

ESTÁS LEYENDO
Born to you [TERMINADA]
عاطفيةLa brillante economista Karin Aurore Clayborne, es la flamante heredera de la astronómica fortuna de sus padres, que fallecieron en lamentables circunstancias. Rodeada nada más que de su fiel servidumbre, al hacerse cargo de los negocios familiares...