Di un suspiro al sentirme muchísimo más aliviada con mi confesión y me dispuse a volver a entrar para explicarle a la señora Peyton el exabrupto de haberla dejado sola de esa manera en la sala.
Caminé con tranquilidad por el lado de Benjamin, aun cuando la posibilidad de que no me perdonara era mi peor temor y cuando estuve a punto de poner un pie en la casa, sentí cuando me tomó del brazo, con un ágil movimiento me volteó, me ciñó a su cuerpo, me aferré a sus bíceps y me dio el beso más apasionado y romántico que había podido imaginar.
Ahí, bajo la luz de la luna y en un sereno silencio en una casa de Londres, todos mis pecados y mis errores fueron perdonados con un beso que significó mucho más que cualquier anillo de diamantes. Significó volver a la vida en un instante, significó despertar de la horrible pesadilla que significaba la sola posibilidad de perder lo único bueno que había perdurado durante toda mi vida.
―La próxima vez que un sociópata esquizofrénico se atreva a amenazarte con cualquier cosa, tienes estrictamente prohibido jugar a ser una súper heroína ―exigió después de separarse de mi, con la punta de su nariz apoyada contra la mía― O peleamos juntos o no peleas. ¿Me copias?
―Le copio ―susurré― Pero tengo una duda.
― ¿Cuál?
― ¿Por qué le pediste a Bruna que cancelara la venta de tu parte de la empresa? Aún no sabías la verdad.
―Ah, eso ―Envolvió mi cintura con sus brazos mucho más tranquilo, lo que me otorgaba la misma tranquilidad― Me encantaría decirte que fue una decisión meramente comercial y corporativa... pero no miento.
― ¿Entonces?
―Te amo, Karin Aurore Clayborne y cuando subiste a tu ostentoso avión, absolutamente convencida de no dejarme venir solo, supe que todo lo que habías dicho era mentira. Que me estabas permitiendo ser débil justo en el momento en que más lo necesitaba y que eso podía significar solo una cosa.
― ¿Qué cosa?
―Que me amabas tanto como yo a ti.
Dudé entre comérmelo a besos y morir de amor, pero finalmente opté por mantener nuestro juego constante y permanente de insinuaciones, que me hacía sentir más viva que nunca.
―Que perspicaz, señor James.
―Soy un hombre con recursos, señorita Clayborne. Además, no iba a dejar mi oficina favorita para que la ocupara otro y terminaras ovillada en su regazo cuando quisieras mandar a la mierda la estabilidad de la economía mundial.
―Y además posesivo ―Fruncí el ceño y los labios― Muy típico de Kenny la verdad ―Ambos nos reímos― ¿Por qué nunca me lo dijiste?
― ¿Qué cosa?
―Que tú y Kenny son la misma persona ―Suspiró aliviado.
―Para ser honesto, la última vez que viste a Kenny era un adolescente estúpido que no toleró el berrinche de una niña de diez años. No sabía si querrías verme otra vez. Creí haberlo confirmado cuando te llevé los chocolates el día de tu cumpleaños y no quisiste atender a nadie.
―De verdad estaba estudiando.
―Ahora lo sé ―Enchuecó los labios un instante― En ese momento creí que era la excusa para quitarte al niñato insoportable de encima. Por eso creí que era mejor que Kenny desapareciera.
―No tienes idea lo feliz que fui cuando vi quién me había mandado esos chocolates ―confesé recordando nuevamente ese preciso momento.
―Debiste decírmelo.
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Born to you [TERMINADA]
Roman d'amourLa brillante economista Karin Aurore Clayborne, es la flamante heredera de la astronómica fortuna de sus padres, que fallecieron en lamentables circunstancias. Rodeada nada más que de su fiel servidumbre, al hacerse cargo de los negocios familiares...