33

4K 320 6
                                        


―Es cierto. No merezco un abrazo, pero tu si ―dijo acercándose hasta mí y enredándome entre sus brazos― La oficina es sencillamente perfecta. Alexa dijo que cada detalle había sido específicamente ordenado por ti.

―Dije que te tenía una sorpresa ―murmuré haciendo un mohín infantil.

―Estoy gratamente sorprendido. Gracias.

―No hay nada que agradecer ―Le resté importancia. Después de todo, deshacerme de los despachos de los antiguos socios había sido simplemente gratificante.

―Ah, sí. Hay mucho que agradecer.

― ¿No solo la oficina?

―No, no solo eso.

― ¿Entonces?

―Bueno, debo agradecer que me hagas feliz, que me permitas ser parte de tu vida. Que no quieras escondernos. Que controles mis impulsos cuando tengo ganas de partirle la cara un reportero ―Sonreímos― Que suplas mis inseguridades.

― ¿A qué te refieres?

―A que me sorprendió cuando decidiste que bajáramos del auto juntos. Eres una mujer independiente, decidida y fuerte... algunas veces, incluso más que yo. Mientras yo pensaba en cómo enfrentar la situación y como crear algún sistema innovador para ocultar mi deseo de tenerte cerca durante las horas de trabajo, para que nadie notara que me muero por ti, tú simplemente tomaste el camino más rápido y más sensato. Decir la verdad y ya.

―No tengo motivos para ocultarte. No estamos haciendo nada malo.

―No merezco tanto. ¿Lo sabes, verdad?

― ¿Sabes por qué mis padres se amaron tanto y estuvieron tanto tiempo juntos?

―No.

―Porque confiaban tanto el uno en el otro, que siempre tuvieron la posibilidad de ser débiles. Nadie puede ser una roca todo el tiempo. Esto no se trata de que yo sea la niña desvalida y tú debas correr a protegerme de cualquier cosa, se trata de que tú y yo sepamos que cuando las cosas se pongan mal o se salgan de control, siempre nos tendremos el uno al otro para solucionarlo ―Tome su cara con ambas manos― También puedo cuidarte cuando no tengas fuerzas. También puedo protegerte cuando algo te intimide, solo confía en mi tanto como yo confío en ti. No vas a decepcionarme ni a desilusionarme si de vez en cuando no eres o no puedes ser el super héroe de la historia, ¿me copias?

Me miró por unos instantes en silencio, embelesado al escucharme decir las frases más románticas que jamás, ni yo misma me había escuchado decir y que incluso llegaban a enorgullecerme, para finalmente dedicarme una de sus hermosas sonrisas.

―Recibido.

―Bien, agradezco que entiendas mi punto ―dije copiándole la frase con un tono sarcástico, enredando mis brazos en su cuello y dándole un cariñoso beso en sus labios, que poco a poco fue encendiendo la llama que mi apéndice rebelde había apagado hace más de una semana.

Benjamin se había negado sistemáticamente a tocarme un solo pelo mientras no mejorara por completo y aunque en el desayuno aun consideraba que debía mantener esos cuidados, los minutos, las horas y los días no pasaban en vano.

Ambos nos deseábamos como un par de adolescentes indisciplinados y en ese momento, lo que menos me importaba eran las instrucciones médicas, así que sin mediar cuidado y sin dejar de besarlo, saqué uno de mis brazos de su cuello para descaradamente acariciar su incipiente erección.

―Karin, espera ―Fue más una súplica que una orden.

―Shhh. Ya no más. Por favor ―rogué.

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora