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―Cuando teníamos que salvar la empresa y a ella se le ocurrió mencionarte como una posibilidad, yo no te recordaba, así que puse tu nombre en el buscador para ver tus fotos y claro, en ese momento te recordé ―Terminó de quitarse la ropa y me abrazo cariñosamente esperando que terminara de contarle la graciosa historia― Miré la pantalla del ordenador como una boba y Alexa dijo que dejara de mirarte como si fueras una trufa de chocolate suizo ―Soltó una carcajada que también me hizo reír, se apartó un poco de mí y me miró arqueando una ceja.

― ¿¡Estás diciéndome que me compararon con un chocolate!?

―Encontré que era una buena forma de describirte, considerando que...

―Te encanta el chocolate ―interrumpió y volvió a abrazarme para besarme el hombro― Lo sé.

― ¿¡Cómo diablos lo sabes!?

―Soy un hombre de recursos. Ya te lo he dicho ―susurró liberándome de sus garras para tomarme de la mano y llevarme hasta la ducha, donde el agua tibia y el vapor nos envolvió rápidamente.

―A veces hablas como si un detective privado me siguiera a todas partes y te diera todo ese tipo de información.

―No necesito un detective privado. Puedo hacerlo yo mismo. De hecho, cuando las cosas me interesan de sobre manera, prefiero hacerlas yo mismo ―dijo quitándome el jabón de las manos para pasarlo por mi cuerpo.

―Te creo ―ironicé― Tengo trufas de chocolate suizo en la gaveta del escritorio.

―Ahora eres toda una adicta ―Se burló.

―No. Ya no me gustan.

― ¿No?

―No. Tendremos que cambiarte el apodo. Ni todas las trufas de chocolate suizo del planeta te hacen justicia.

―Reitero lo dicho ―Me ciñó a su cuerpo abrazándome mientras pasaba el jabón por mi espalda― Ahora eres toda una adicta.

―Es cierto ―Lo besé― Pero me niego a recibir rehabilitación.

―Tampoco pretendo que la recibas ―rió y me guiñó un ojo antes de continuar con nuestra agradable ducha.


※※※※※


"Esta distancia me está matando. Me gusta mi oficina, sobre todo en esos momentos de la tarde cuando mi socia prefiere ir a ovillarse en mi regazo en vez de hacerse cargo de la estabilidad de la economía mundial.

El vuelo sale en cinco minutos.

Te veo esta noche ;)"

Leí su mensaje probablemente unas cincuenta veces y en cada una de ellas no podía evitar sonreír y suspirar como una idiota.

Esa noche cumplíamos un mes de noviazgo y todo parecía ir perfecto.

Estaba totalmente recuperada del ataque fulminante de mi apéndice rebelde y el único testimonio que quedaba de él, era una pequeña cicatriz en la parte inferior derecha de mi estómago, que casi ni se veía.

Además, habíamos logrado superar la "semana de crisis" en la que la prensa se volvió loca después del anuncio sorpresivo de nuestra relación y aunque Benjamin llevaba una semana en Viena, resolviendo algunos asuntos de trabajo, nos habíamos dedicado a mantener el contacto permanente de todas las formas posibles. Incluso se había tomado la molestia de haberme enviado un hermoso ramos de rosas rojas de tallo largo esa mañana, para felicitarnos por nuestro primer mes aniversario e informarme que iríamos a celebrarlo esa misma noche, pero que primero debíamos pasar, al menos a hacer acto de presencia, a la cena anual de jóvenes empresarios, lo que no me producía gran alegría porque hubiese preferido irme directo a casa a disfrutar de los placeres carnales con mi novio, pero finalmente me había convencido de recuperar la cordura y al menos ir a saludar.

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora