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Escucharlo relatar la historia de esa manera, como si no estuviese hablando de mí, sino de alguien más, resultaba absolutamente desconcertante. 

¿Cómo alguien podía ser tan inhumano? ¿Cómo una venganza absurda podía llevar a destruir la vida de tantas personas inocentes? El hecho de que Dawson y Hunter pasarían el resto de sus vidas en prisión, era lo único que lograba darme algo de paz ante esa situación.

Benjamin continuó contando los detalles escabrosos de la historia, desde las fotos con las que Lowell me había chantajeado, pasando por la venta de la empresa y terminando en cómo había acabado trabajando con el FBI.

Juro que si no lo hubiese vivido y él mismo no me hubiese contado la historia un par de veces antes, no lo hubiese creído.

―Nos conocimos cuando niños ―dijo de pronto y yo volví a prestarle atención― Sé que no me creerán, pero la verdad es que mi relación con Karin comenzó hace veinticinco años atrás. Cuando ella nació.

No me restringí la sonrisa de oreja a oreja en respuesta a su dulce mirada y a una sonrisa casi tan grande como la mía.

― ¿Quiere decir que la señorita Clayborne es su primer amor? ―preguntó uno de los reporteros y por primera vez, una de sus preguntas me parecía interesante.

―El primero, el único y el último ―afirmó con una profunda convicción, sin dejar de mirarme a los ojos y todos los presentes suspiraron sonoramente― Siempre y cuando acepte casarse conmigo.

Abrí los ojos de par en par sin poder creer que me hubiese hecho la misma propuesta que yo le había hecho hace un par de semanas, pero esta vez, ante probablemente todo el país, en vivo y en directo.

Todos dirigieron su atención y sus cámaras hasta mí y sin saber que decir, una chica más entusiasmada de lo que esperaba, me azuzó.

― ¿Cuál es la respuesta, señorita Clayborne?

― ¿Cuál cree usted? ―contrataqué porque no podía estar preguntándomelo en serio. Todos los detalles de nuestra historia habían sido revelados y ella aun así ¿tenía dudas sobre cuál sería mi respuesta? ― ¿No se casaría usted con él?

―No lo dudaría ni por un momento ―Se atrevió a responder la nueva presidenta del fans club de Benjamin James.

―Le creo. Pero la suertuda soy yo ―Acompañé mi respuesta alzando los hombros y todos los presentes rieron.

Desde ese momento, el ambiente se distendió lo suficiente como para hacer unas cuantas bromas sobre cómo, cuándo y dónde nos casaríamos y se dio por finalizada la conferencia cuando corría el riesgo de pasar de ser una noticia de la sección policial a la de "chismes" en un estelar de farándula nacional.


※※※※※


― ¡Cariño! ―exclamó Caroline lanzándose a los brazos de su hijo apenas entramos en la mansión― ¿¡Cómo se te ocurre hacer semejante cosa!?

―Ya paso mamá, ya paso ―repitió tratando de calmarla mientras le acariciaba la coronilla―  ¿Cómo llegaste aquí?

―Le pedí a Lenny que fuera por ella ―informó Alexa a la brevedad.

―Gracias ―Le dije por eso y además por estar siempre a mi lado. Sin ella, definitivamente no lo hubiese logrado. Solo me guiñó el ojo como sinónimo de complicidad.

―Gracias por traerla, Alexa ―dijo Benjamin sin haber soltado a su madre.

―No fue nada. Créeme que es lo mínimo que podía hacer. Te debo una disculpa.

― ¿Una disculpa? ―Arqueó una ceja mientras Caroline al fin lo liberaba― ¿Y eso por qué?

―Por no confiar en ti ―Suspiró resignada― Karin dijo que tu no habías hecho nada de lo que decían. No le creí.

―Pues incluso a mí me sorprendió cuando me dijeron que Karin había llegado con un abogado para mi ―confesó rodeando mi cintura con uno de sus brazos― Así que no hay nada que perdonar. Ya pasó. Ya terminó.

―También te debo una disculpa, Karin ―dijo Bruna uniéndose a la conversación― No podía decir nada y...

―Ya ―La interrumpí― Fuiste cómplice de este tonto ―Le di un suave golpe en la panza a Benjamin― No fue tu culpa.

― ¡Bien! ―Suspiró mi novio aliviado― Ya que nos hemos perdonado... ¡Annie!

― ¿Si, señor? ―Salió casi corriendo de la cocina.

―Traiga a todo el mundo. Tenemos un compromiso que celebrar.

― ¿Quiere que preparé algo especial? ―Se puso alerta inmediatamente.

―Nada. Tú, Gerald y Lenny vienen con nosotros. Es una celebración familiar.

Mi ama de llaves me miró intrigada, como si con ello quisiera confirmar el hecho de que estuviese invitada. Yo solo sonreí y alcé mis hombros, diciéndole con ello que no iba a discutirle nada a mi futuro marido, mucho menos algo como eso. Ella, Gerald y Lenny eran indudablemente parte de mi familia.

―De acuerdo ―dijo finalmente, se quitó su delantal rápidamente y caminó tras nosotros.

― ¿Por qué mi personal te habla como si fueras el dueño de casa? ―ironicé fingiendo estar molesta por ello, pero sin poder ocultar mi risa.

―Porque soy encantador ―Me guiñó el ojo y caminamos, abrazados a la salida.

―Si, mi amor. Encantador ―Negué con la cabeza sin dar crédito a ese nada común arranque de humildad― ¡El Ferrari! ―exclamé apenas todos estuvimos en la puerta de la mansión.

―Es mi auto ―afirmó rememorando con ellos el momento en que se lo había regalado― ¿Cómo crees que pretendo llevarlos?

―Es cierto ―Di unos cuantos pasos para quedar junto a él y me volteé― Es tu auto.

No pude evitar mirarlos y olvidar lo que estaba por decir.

Ver a Alexa, Bruna, Annie, Lenny, Gerald, Caroline y especialmente a Benjamin riendo de buena gana en aquella entrada, fue una postal que pretendo nunca olvidar. 

Es cierto, mis padres ya no estaban, pero indudablemente me habían dejado la mejor familia, que después de ellos, hubiese podido desear.

Gracias a ellos no estaba sola y no lo estaría jamás.

― ¡Bueno, familia! ¡Es hora de cenar! ―exclamé y encontré en ellos la más absoluta felicidad. 

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora