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― ¡Dios, Karin!

En un arrebato volvió a lanzarse contra mis labios desesperadamente, me aferré a sus bíceps mientras sus manos se deslizaban sobre mi blusa de seda hasta mis pezones y los masajeaba, lo que producía un roce con el encaje de mi brasier, que era simplemente arrollador y que me obligó a encorvar el cuello y soltar un gemido.

Cerré los ojos y solo pude sentir cuando el estímulo de sus manos fue intercambiado por suaves mordidas en mis pezones mientras con sus manos tomaba el bordillo de mi ceñida falda de tubo, la enrollaba para dejarla sobre mis caderas y luego de un solo y fuerte movimiento mis bragas se hicieron pedazos.

― ¡Oye! ¿Cómo se supone que voy a volver al trabajo sin ellas?

―Así ―dijo acariciando mi sexo con una de sus manos mientras que con la otra me tomaba por la espalda― Justo como me gusta.

―Benjamin... ―siseé.

―Shhh ―dijo sobre mis labios y luego deslizó su lengua sobre ellos― Calla ―Con la mano que tenía libre, abrió su cinturón, el botón del pantalón y finalmente bajó la bragueta para liberar su gran pene― Voy a castigarte, nena. Voy a follarte duro y rápido. ¿Eso quieres?

―Sí. Fóllame, por favor ―imploré jadeante.

Digamos que follar en una escalera de emergencia nunca había sido una fantasía sexual que tuviese en mente, pero con él, cualquier lugar era bueno para ese tipo de actividades.

―Bien. Tus brazos a mi cuello y tus piernas a mis caderas ―obedecí. Pasó sus manos bajo mis piernas dejando la parte posterior de mis rodillas sobre la parte interior de sus codos, para posar finalmente sus manos en mis nalgas― Bien. Ahora con tus manos sostente de la baranda de la escalera. La que está sobre tu cabeza ―Lo miré algo confundida mientras le obedecía― Tranquila, solo quiero que te sostengas.

Y ahí estaba, suspendida en el aire, soportando algo de mi peso solo con mis brazos, porque el resto lo soportaba él con las suyas, cuando suavemente comenzó a introducir su miembro dentro de mí.

La sensación de estar suspendida, a medio vestir, además de la evidente posibilidad de que pudieran descubrirnos y estar siendo empalada suave y cadenciosamente, tenía todos mis sentidos completamente alterados. Me sentía lasciva, carnal, libidinosa y lujuriosa y cada uno de esos sentimientos iba in crescendo con cada embestida, sin vergüenza ni compasión, que recibía de Benjamin.

La fricción de su cuerpo contra el mío era simplemente arrebatadora y me era difícil -casi imposible- contener mis gritos y gemidos, lo que solo conseguía al recordar que estábamos en medio de las escaleras de emergencia y que en cualquier momento podíamos ser descubiertos.

―Eres mía Karin. Mía ―gruñó mirándome a los ojos.

― ¿Tienes alguna duda al respecto?

Me dedicó una fogosa media sonrisa, apoyó su frente en la parte superior de mi pecho y luego de penetrarme un par de veces más, me hizo llegar al clímax mientras se corría con fuerza en mi interior y yo ahogaba un grito de placer.

Solté mis brazos de la baranda de la escalera, los enredé en su cuello, salió de mi interior y suavemente me deslizo por su cuerpo para volver a poner mis pies en el suelo.

Antes de bajar mi falda, quitó la tela que había quedado de mis bragas de su bolsillo y limpió nuestros fluidos que comenzaban a descender por mis piernas.

―Tienes estrictamente prohibido volver a esta oficina con un jarrón de cristal y enfurecida ―ordenó cuando finalmente mi falda estaba nuevamente en su lugar y me dio un azote en el culo que me hizo dar un leve chillido entre risas, para después poner sus pantalones en su lugar― Además, no sé qué vaya a pensar el personal de seguridad cuando vea el video de las escaleras.

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora