Viernes, el programa acaba, voy al camerino de Jordi, dentro de unas horas salen para Valencia, con la primera función de Terrat Pack.
- ¿Has visto mi tabaco?- Es lo primero que dice al ver que entro. Fuma muchísimo, con lo que le costó reducirlo estos meses que estuvimos juntos, volvió a retomarlo del estrés.
- No, no lo vi.
- Yo tampoco. Bueno, tengo en mi casa...creo...espero.
- Venía a preguntarte que, si quieres dormir en mi casa, por...
- Prefiero estar...
- Si, sé. Bueno entonces mucha, mucha mierda para mañana. Lo harás muy bien, lo llevas muy ensayado.- Le abrazo, él se deja.
- Gracias...espero no quedarme en blanco.- Le intento besar, me da un pico. Yo quería un beso...con todas sus cosas.- Gracias por despedirme, te llamaré cuando llegamos.
- Vale. ¿Otro beso me das?
- Claro.- Le pone un poco más de emoción, pero...vaya birria.
Esa llamada de que "cuando lleguen llamaría", no, nunca llegó. Me acabó mandando un mensaje donde ponía que se le olvido y que lo tienen para arriba y para abajo, que está nervioso, y poco más.
Yo dedico mi fin de semana en limpiar y en hacer buen acopio de comida. Cargadita de bolsas llego, cuando el vecino de en frente abre la puerta.
- Ana.- Dice el señor, uno adorable de unos 75 años, que me tenía gran aprecio.
- Dígame usted.- Me vuelvo con mi mejor sonrisa.- ¿Se le volvió a perder el canal del futbol? ¿Se lo vuelvo a poner?
- No, no. Es que han traído un paquete para ti, el repartidor me dijo que era la segunda vez que venía y lo he recogido yo. Como me dices que si lo veo lo haga, pues.
- Muchas gracias, muy amable, es que sino tengo que ir yo a la oficina.- Me lo entrega- Gracias de verdad, me ahorró usted un viaje.
- De nada hija.
Entro con mi paquete. ¿Qué será? Pido cosas...y luego me pasa esto siempre. Al abrirlo veo que es un reloj...uno carísimo, yo había ojeado este reloj en un catálogo de Silvia, en una de las comidas en El Terrat, hará un mes. Tiene una nota. "Te vi ponerle ojitos. Espero que te guste."
¿Qué clase de broma es esta? No era un regalo como los anteriores, con una nota bonita, con un significado, con algo que me recordara a él, no, no era nada de eso, me había comprado un capricho. Mis caprichos me los puedo comprar yo, puede que a él le vaya mejor y gane más, pero yo quería algo que tuviese un motivo, emotivo...¿Me estaba comprando? ¿Con caprichos? ¿Estaba supliendo su ausencia y su lejanía con regalos caros? ¿Cómo compraba a su ex? Ella estaría con él los últimos años por pasta, yo no. Fernando...que razón tenías...
Narrado por Silvia:
Bajo a desayunar al hotel, de nuevo con la promo, las entrevistas y demás, solo nos queda una semana para irnos a Belgrado, no puedo estar más nerviosa.
Cojo un periódico mientras como, leo un poco los titulares y me concentro en las noticias que me interesan, de repente, mientras paso, ahí está, él...y los demás. Ay que guapos que son...y cuanto le echo de menos a él.
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