Parte 53: Enfrentamiento.

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Narrado por Jordi:

Miércoles, 1 de la tarde, enfilo las escaleras, he visto su moto aparcada mientras fumaba. Aprieto la mandíbula. Llamo a la puerta de su camerino. Abre la puerta, no me espera, la veo con intención de cerrármela en las narices. Pongo la mano en la puerta.

- Tú.- Levanto mi dedo acusador.- No vuelvas a hacerlo. Puedes tratarme como te de la gana fuera, pero aquí no. ¿Crees que para mí fue agradable llamarte? Te di todas las facilidades, solo tenías que escribirme un e-mail. No volveré a repetírtelo. Tengo obligaciones y me mareaste a propósito, el trabajo no es un juego, ni una manera de castigarme. - Digo sin dejar de señalarla con el dedo.

- Vete.

- Compórtate como un adulto.

- Vete.

No soy capaz de girarme e irme. No puedo, quiero besarla...

- Te he dicho que te vayas.- Avanzo, doy un paso al frente, me lanzo a besarla, pero cuando estoy a tres dedos de su boca, paro. Aprieto fuerte los ojos y lo puños y reuno el valor para cumplir sus deseos. Me voy.

***Días después***

Mi casa se convirtió en una pensión desde hace casi dos meses, cuando no está aquí Fernando, estaba mi hermana, no me dejaban ni a sol ni a sombra. Así ya estamos a mitad de diciembre, la Navidad se acerca, pero yo no tengo ganas de nada. No hablo con ella desde octubre. Noviembre fue un mes horrible. Yo tengo mis días...Rosa no se había manifestado, mi abogado habló con ella, le dijo que la denuncia seguía para adelante, a lo que ella contestó que cuando saliese la vista, que nos echaríamos para atrás. También dejó caer que el próximo viernes podría la demanda. Hoy era viernes pero no había programa por la emisión de un informativo especial, queda una semana, estaba todo decidido, iríamos a juicio y pelearíamos mi inocencia.

- ¿Dónde vas?- Pregunto a Paula que va demasiado arreglada. Se soltó el pelo, lo tiene ya larguísimo...

- A salir un ratillo, unas cañas y vuelvo.- Sales cada vez que vienes, que me parece bien, pero... ¿Algo que no sepa?- Me mira, va muy guapa, demasiado para unas cañas.

- No, claro que no. Bueno. En un par de horas, vengo. Baja a Jorge al parque, lo deje poniéndose los zapatos para que lo saques. Te obligará ha hacerlo así que cámbiate que llevas todo el día echo un pordiosero, péinate.

- No me apetece salir, deja que vaguee en el sofá.

- Venga, que siempre te quejas de que le ves poco...y revisa los zapatos, que esas zapatillas, siempre se las pone al contrario, solo esas, no sé por qué.- Se coloca la chaqueta y sale de casa...que pereza ir al parque ahora, además hace frío.

- ¿Vamos?.- Dice el pequeño con las zapatillas de velcro bien puestas.

- ¿Y si te dejo comer chocolate sin que mamá lo sepa?

- En el parque.- Se ríe, que pillo es.

- No, eso no funciona así, te cambio el parque por chocolate.

- Parque, mamá me dijo...- Está bien...parque. Cedo, quizás sea la última vez que le lleve en bastante tiempo.

Me visto y acabamos yendo al parque, después de que se tire mil veces por el dichoso tobogán y negociar que no se puede tirar de cabeza, recuerdo que hoy juega el Barça, me apetece verlo, por chillarle al árbitro, y pensar en otra cosa, además ya está cayendo la tarde y hará más frío.

- Vamos a ver a Fernando.

- ¡Siii!- Que efusividad, creí que me diría que no.- Me hace el avión muy alto.- Creía que no se veían desde hace varios meses...

Segunda Parte: ¿En qué Estaba Pensando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora