Parte 54: El email.

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Narrado por Silvia:

- ¿Teníamos que ir este domingo a casa de tu madre?.- Andreu conduce.

- Se lo prometí.

- Adoro a tu madre, pero...me va a preguntar, y no sé qué decir. No quiero remover más eso, ya lo hemos hablado entre nosotros, todo lo demás, me agobia la verdad.

- Di la verdad, además no te va a pregunta, tiene tacto. Me parezco a mi padre en lo burro.

- No me hablas mucho de él...me hablas lo justo.- Me acuerdo del mío.

- Me acostumbre a hablar poco de él cuando murió, mi madre lloraba cada vez que le nombrábamos. Pero si que te hablo de él...me acuerdo mucho. El ojito derecho era mi hermana. Era un padre, de los de antes. Nos quería a rabiar...puff... Hablaba mucho.

- ¿Qué te dijo mi padre?- Saco el tema. Andreu cambia su rostro.

- Que quería hablar contigo. Se tuvo que presentar, ni lo conocí. Le dije que no estabas en casa. Me pidió tu número, no se lo di...se lo dije a Ana, porque creí que debías saberlo.

- ¿Cómo lo viste?

- Pues...no sé, pero...su manera de hablarme, no me gusto.

- ¿Qué paso?- Se que se está callando cosas.

- No le gustó que le negase tu número, se puso...nervioso. Digamos que entendí que lleves sin hablar con él tanto tiempo. No hablamos mucho tampoco, fue breve, incómodo y desagradable.

- No se lo dije a mi madre...ella no me dije nada, y llamé a Mónica. Estuvimos hablando casi una hora, de mil tonterías, solo con el único propósito de que me dijera algo. Con ella, aunque poco, es con la única que ha tenido más contacto. No me dijo nada, creo que a ella no la buscó.

- ¿Por qué tu hermana si le habla?

- Ella, no estaba el día que mi madre le pidió el divorcio, estaba en una excursión con el instituto, estaba en el último curso. Ella tenía 16. Yo 14. Meri también estaba en casa, tendría 9 o 10.

- ¿Qué paso ese día?

- Estamos llegando, y no quiero hablar de eso. No quiero hablar con mi padre, eso es todo lo que quería hablar, gracias por no darle mi número, espero que no vuelva a casa.

- Me estás asustando...pasas mucho rato sola en casa y vivimos aislados...

- Tenemos la casa, que ni el banco, está blindada, más alarmas ya no podemos tener.

- Necesito saberlo.

- Tengo que ver a tu madre, no puedo hablar de esto ahora. Ya te he dicho siempre, que se portó mal con nosotras, que más quieres que diga...sino eres muy tonto, lo entenderás.

Subimos a la casa de Teresa, al abrir la puerta, dios, que rico huele. Comemos paella. Nos abre la puerta, me abraza, no dice nada, solo me abraza.

T- Silvia, que guapa te pusiste, ¿habéis quedado después?

S- A casa de la suegra hay que venir bien presentable. No, no hemos quedado, venimos a pasar la tarde.

A- Mél, abajo.- Le dice, pues ya entró y se subió al sofá.- Buenas mamá.

T- Lee esa carta, que vino y la leí, pero no me acabo de enterar.- Andreu se sienta y se pone manos a la obra.

S- ¿Te ayudo con esa paella?

T- No, si ya está casi...me encanta cocinar para más gente. Para una sola, es aburrido.- Veníamos a menudo comer, normalmente, nos turnábamos con Maite. Así todas las semanas tenía cosas en las que pensar. No estaba sola, es amiguísima de la vecina de enfrente y estaban siempre juntas, pues esa señora está separada y no tiene hijos.

Segunda Parte: ¿En qué Estaba Pensando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora