Narrado por Silvia:
Allí estaba yo, sola frente aquella carta. Ni reconozco a penas la letra, aunque creo que sí, que es la suya. A mis 43 años, apenas reconocía a ciencia cierta la letra de mi propio padre. No tenía ni idea sobre qué hacer.
Mi primer impulso fue tirarla. El segundo abrirla, pues a él no le constaría si yo la había leído o no. El tercero fue llamar a mis hermanas. Pero ninguna de esas opciones me valía ahora mismo. Así que en lugar de actuar me senté en mi sofá y me dediqué a contemplar el sobre que descansaba en mi mesa de café. Mientras lo hacía en mi cabeza resonaban las últimas palabras que crucé con él, lo mal que lo pasé en la boda de mi hermana Meri, y el dinero que aún le debe a Anabel. Pensaba que al no tirar aquella carta traicionaba a mi madre, la cual había sufrido mucho por culpa de ese miserable, pero ¿Qué hacer?
La puerta suena, me saca de mi trance, miro por la mirilla, es él. Isaac perfectamente vestido estaba tras mi puerta. Había quedado con él, con la carta se me olvidó, me tenía que haber vestido...mierda. En este año nos habíamos estado "conociendo" más en profundidad. La niña le adoraba y yo también. La familia ya lo sabía, aunque nada habíamos dicho, pero entre los nuestros era un secreto a voces. No vivíamos juntos, y aún no teníamos las llaves de la casa del otro, pero rara era la noche que no dormíamos juntos, bueno, menos cuando yo trabajaba. Nos iba bien, éramos felices en nuestra relación tan...tan...no sé, pero era muy "tan".
- Hola.- Me mira cuando le abro, se acerca y me da un beso, uno bastante breve.- ¿Aún sin arreglar? Venga que te espero...o puedo darme otra ducha contigo, sí, creo que de mi casa aquí me ensucié. - Me sonríe. Pero ve que no le sigo el rollo.- ¿Se la llevó?
- Si.
- ¿Y esa cara? En dos días la tienes de vuelta. Venga, que tengo un plan para que no te regocijes en tu pena. He pensado en ir al estreno de...
- Isaac...creo que he recibido carta de mi padre.
- ¿Cómo?
- Me la trajo Andreu, la mandó a su casa.
- Era una pregunta retórica. Creí que...
- Yo también lo creí...mira, está ahí...No sé, me dio un poco de ansiedad, no sé si abrirla o rajarla y meterla en el culo de basura. ¿Qué hago?
- Emmm...no sé. ¿Quieres que me vaya? Podemos quedar en otro momento. O me puedo quedar contigo y no hacer nada.
- ¿Te quedas conmigo y la abro?
- Claro.- Se sienta en el sofá.- Vente. ¿Quieres ahora o después?
- Ahora...porque no se va a esfumar...él si debió esfumarse.
- Si quieres la tiramos...y hacemos como si nunca fuese venido.
- Creo que lo mejor es leer que pone.
- Vale.
Cojo la carta, rajo el sobre, comienzo a leer en voz alta, no sin dar un suspiro previo.
"Hola. Espero que vayas a leer estas letras. Aunque no me queda mucha esperanza de que lo hagas. Ya te escribí cuando supe que tenía una nieta, te mandé tu peluche, el que conservaba desde el día que me alejé de ti, y no obtuve respuesta pese a las noticias que te daba. También le escribí a tus hermanas e idéntica aptitud tuve de ellas.
Antes de que te arrepientas y dejes de leer, te pido que acabes la carta, no por mí, sino por ti. A mí poco me queda que hacer en este mundo, no me queda mucho tiempo. Me muero, sí. Sé que tampoco debe de ser un agravio para tu vida, pero no puedo morirme sin confesar algo.
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Segunda Parte: ¿En qué Estaba Pensando?
FanficContinuación de la historia: ¿En qué estaba pensando?. Nada es real, cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.