Narrado por Ana
Despierto, sobre saltada. No reconozco la habitación en la que estoy, la cual está iluminada por las primeras luces del alba. Es su habitación. Sé lo que ha pasado, pero no me había parado a mirar a mi alrededor hasta ahora. Estuve demasiado ocupada. ¿Por qué no está aquí conmigo? ¿Se habrá arrepentido de que esté aquí?
Sigo mirando a mi alrededor, la habitación era grande, pero estaba tan despejada, que parecía mucho más grande. Había dos armarios empotrados, por lo que no cuenta como muebles, la cama, dos mesillas de noche, y una silla en la que hay un portátil y una camiseta. Me levanto, y la cojo. Me la pongo. Me cubre lo justo. Doy una vuelta sobre mis talones y hago una panorámica de la habitación. Normal que mi casa le pareciera demasiado decorada. Todo es blanco incluso los muebles. Los detalles, como el nórdico o las cortinas, son negros. Todo es liso, muy sobrio, muy básico. Encima de la cama hay un cuadro apaisado, bastante grande. Solo se ve el mar y algo de arena, por supuesto que en blanco y negro, que...monocromático. ¿Dónde habrá ido? ¿Se habrá repentino de traerme a su cama?
La puerta, está abierta, salgo a un pasillo. Donde hay dos puertas más al frente y una a mi izquierda, esa está abierta. Me asomo, le veo sentado en una silla giratoria en el escritorio bajo una gran ventana. Está mirando por ella. Tiene los pies encima del escritorio. No me ve, está de espaldas. Le da otra calada al cigarro.
- No deberías fumar.- Se sobre salta, no se gira.- Ver amanecer, fumando, le quita lo poético. Apaga el cigarro que estaba por la mitad y se gira.- ¿Podrías volver a la cama conmigo?
- Si.
- Me hago mucho pis.- Digo poniendo cara de circunstancias.
- La puerta de en frente.- Me señala para que mire a mi espalda.
Entro al baño, la misma dinámica, la sobriedad por bandera. Pero al menos aquí a parte del blanco y negro también hay azul. Un azul potente y oscuro. Huele a limón. Debería buscar mis bragas, pienso mientras tiro de la cadena...sí, eso estaría bien. Me quiero duchar. Él se ha debido de duchar hace muy poco porque el cristal de la mampara de la ducha está empapado. No hay bañera, solo un plato ducho bastante grande. Descartado un baño romántico con espuma.
- Tienes toallas el mueble alargado. Registra lo que quieras.- dice desde el pasillo.
- ¿Podrías traerme mi ropa?
- Si.
Abro uno de los muebles. Hay dos. Uno alargado y otro debajo del lavabo. Curioseo ya que me dijo que puedo investigar y me puede la intriga. Me sorprendo al ver hay muchísimo hueco dentro de los muebles. En mi casa no cabe ni un alfiler, normal que se extrañe. Saco una toalla, todas son blancas. Me despierta la curiosidad que hay un cajón cerrado con llave dentro del mueble alargado. ¿En un baño? ¿Le vayan a robar el papel higiénico?
- ¿Puedo entrar?- Dice repicando en la puerta.
- Si.- Entra con otro cigarro en la boca y toda mi ropa en sus manos y otras prendas que no reconozco.
- Querías ir a la cama, supongo que no querrás ponerte un vaquero. Este pantalón es de Paula, está limpio. Y esta camiseta es mía, las de ella no te van a entrar. Pero si quieres puedes ponerte tu ropa.
- ¿Me estás llamando gorda?- Me señala el pecho, es verdad, su hermana tiene muchísima menos talla. Le quito el cigarro de la boca. - No fumes.- Me hace un gesto para que se lo devuelva.
- Deja que me acabe este...- Me pone cara de necesidad, y uno más o uno menos, no le va a matar, así que se lo entrego.
- Lávate los dientes después.
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Segunda Parte: ¿En qué Estaba Pensando?
FanfictionContinuación de la historia: ¿En qué estaba pensando?. Nada es real, cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.