Parte 192: Ojo del huracán

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Narrado por Ana:

- Pero no fue mi culpa, esas cosas no se hacen en mitad de la sala...de día.

- Mamá...no me toques la moral.

- ¿Es que tu padre y yo no te hemos enseñado nada? Los...niños...¿Es que no piensas en los niños? POR DIOS.

- No pienso en otra cosa que no sean los niños...pero que tendrá que ver eso con mi pareja...Mamá...punto. Y sí, me habéis enseñado a no mostrar afecto en público...a pensar que no os queréis porque jamás os vi decíroslo, y de demostrarlo, ya ni os cuento. ¿Dios? Sabes que no creo...pero si existe, que me libre de que los niños piensen que Jordi y yo no nos queremos. Mamá...para mí tampoco es un momento cómodo...no es agradable...Vete a casa...nos veremos en unos días...con la mente más...despejada.- Por no decir limpia.

- Si...mejor será olvidar...porque...Yo venía a traer el niño, se la pasó llorando desde que os fuisteis...os extraña.

- El próximo día...mis llaves de las casas de Barcelona, las quiero, no sabes tenerlas...

- Pero...

- "Ni manzana"...mira, eso sí lo he aprendido...y lo de "cuando seas madre, comerás huevo"...ya lo soy...y hago mi vida, como quiero.- Y no me has pillado comiéndoselos...de milagrito.

- Adiós.- Se gira y se va...mi madre...ahora mismo tiene la sensación de que no me conoce...lo sé. Pero es verdad, no me conoce, no realmente.

Mi hijo me mira, con su manía de chuparse el dedo.

- Puff...ahora verás tu padre...- Sin saber que decirle, voy a la habitación. Abro la puerta, está sentado en la cama, en vaqueros, sin camiseta, aún descalzo. Se cubre la cara con las manos.- Lo siento...No te preocupes, que no pasa nada...- No contesta, no me mira.- De verdad, no pasa nada.- ¿Qué cojones le digo? Me siento a su lado. El niño, quiere que él le coja, le echa los brazos, su padre no le mira, sigue con las manos en la cara.- ¿Te has muerto?

- ¿Broma? ¿En serio? No...no me he muerto...pero no será como para que no me dé un infarto. MI SUEGRA ME PILLÓ DÁNDOLE QUE TE PEGO...Mi suegra...que me fuese echo más gracia que me pillase mi madre...o el presidente...quien fuese, menos tu madre, con lo puritana que es. ¿ME PUEDES DECIR CON QUÉ CARA LA MIRO YO AHORA? Se me va a caer...

- Tranquilízate.

- ¿Qué me tranquilice? - Se pone de pie. Comienza a manotear, y a pasearse de un lado al otro de la habitación.- ¿Cómo? Me iba a correr...puedo calcular la cara que tendría yo...No se me va a volver a levantar en la vida...¿pillada?...no, pillada es otra cosa...esto es un marrón muy gordo. En una palabra: IMPOTENTE, me quedé impotente...porque en cuanto me excite, voy a ver la cara de tu madre...mirándome como si yo fuese un degenerado...- Muevo al niño, le hizo llorar con su tono.

- Mira lo que has hecho.

- ¿Yo? Su abuela...pobre mío, menos mal que no entiende, que si no le traumamos de por vida...¿Cuántas milésimas de segundo duró? Porque se me hizo eterno hasta que la puerta volvió a cerrarse. Me miró...con una cara...que para mí se queda. Con lo difícil que es darnos fuerte y flojo...es que es lo que me faltaba. Cuando no llora uno, el otro tiene pesadillas, sino trabajo, sino yo que estoy ahí, ahí, a ratos...sino es por cansancio, viajes, enfermedad de alguno, o que se nos metan en la cama...¿Cuándo puedo follar yo? Ehhh...¿Cuándo? NECESITAMOS INTIMIDAD...

- Lo sé.

- Y tiene el valor la mujer, de decir que esas cosas no se hacen así...que la culpa es nuestra por ponernos a darnos en el salón. ¿Perdona? Estoy en mi casa...y en mi casa se folla como mi mujer y yo queramos...y como los niños nos dejen. Va a venir ella, a MI CASA, A PONER NORMAS.

Segunda Parte: ¿En qué Estaba Pensando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora