Parte 17: Los retornos, nunca fueron fáciles

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Narrado Ana:

Me despierto cuando se sobresalta y agita todo su cuerpo quedando incorporado, tenía mi mano en su antebrazo, que susto, yo creo que ha levitado y todo del salto que metió. Le veo mirar a los lados desconcertado. Tarda un segundo en darse cuenta donde está, es entonces cuando me mira y me sonríe, vuelve a tumbarse, esta vez, mucho más cerca de mí, en un semiabrazo.

- Buenos días. - Le digo divertida al ver su reacción.

- Si. Ríete encima, pensé que me había dormido y que llegaba tarde a coger otro avión. Buenos días.- Besa mi clavícula y se queda allí. De repente alza una mano y mira su reloj. Vive pendiente de unos horarios y de correr para todas partes.

- Tienes que dejar de vivir así...vas a cascar pronto.

- Las nueve...ya...que tarde, joder.- Dice aún enterrado en mi cuello, me gusta tenerle tan cerquita.

- Bueno es domingo, no es tarde.- Hundo mis dedos en su pelo, me encanta hacer eso, aunque solo lo he hecho cuando estábamos intimando. Parece que le relaja, porque no se mueve...¿Se habrá vuelto a dormir?

- Me tengo que ir ya. Tengo comida con mis padres, aún no fui a verles...

- Le hago eso a mi madre, y le da algo.

- Soy al hijo que más ve, así que...da igual.

- No te llevas muy bien parece.

- Ya sabes...Además pensamos muy diferente. Y últimamente más, me va hablar de todo lo que no quiero escuchar, así que no es que tenga ganas de ir.- Hace una pausa, larga.- ¿Anoche me dormí? Me refiero, ¿sin decir nada?- Duda.- Parece que tengo resaca, me cuesta procesar. Necesito café.

- Estabas dormido cuando volví de la ducha. Y ya no hay más café, que te vas a morir. Hoy duerme en tu casa, tranquilo y acuéstate pronto.

- Joder...que buena imagen doy...y yo que quería hablar anoche...tenemos que hablar. Pero me tengo que ir a mi casa, a por el niño, que lo llevo a la comida, porque Pau no va...¿No me quieres ver esta noche?.- pone voz de pena.- Aunque bueno, mañana tengo la primera reunión a las 7:30...así que madrugo...y tú la tendrás la de las 11, que la tenemos todos...mañana moriré.- Dice resignado. Vuelve a hablar acelerado, mezclando conceptos.

- Hablar está sobre valorado. Descansa esta noche, hablamos cuando puedas recordar lo que me dices. Pero vaya, por mi parte, lo veo pronto para hablar nada. Yo estoy bien en el punto que estamos. Quiero verte, cuando nos apetezca, que durmamos juntos cuando nos apetezca y todo cuando apetezca.

- ¿Sabes dónde está mi móvil?- Levanta la cabeza y mira para las dos mesillas. ¿Me habrá escuchado?

- Supongo que, como tu ropa, tirada en mi salón.- Sonrío.

- Voy al baño.- Se levanta y sale un rato de mi habitación después vuelve a entrar, peinado, con la cara lavada y el móvil en la oreja. Yo salgo para adecentarme también, que anda que no es presumido, y luego la pija soy yo. Aunque he salido, le escucho hablar por el teléfono. Es lo que tiene vivir en 80 metros.

"Si, no se me olvido. Pues sobre las doce y media, una, depende. Si, te llamo y le bajas. Si ya lo sabes, para que preguntas, no te voy a dar detalles.- se ríe, hay diosito...por qué tanta confianza.- Que no, no seas ordinaria...venga ya loca, que estás como una cabra. En eso quedamos"

Cuando vuelvo a la habitación le veo mirando el móvil, supongo que alguna red social.

- Llamé a Paula, no dijiste que parase, paro un par de horas. Así hablamos.

Segunda Parte: ¿En qué Estaba Pensando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora