Parte 93: Una aparición y una desaparición.

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Narrado por Silvia:

- ¿Preparada para ver el vestido más bonito del mundo?- Digo cuando se sube a mi coche.

- Ehh...mmm...si.- ¿Perdona? ¿Y esa falta de interés?

- ¿Qué te pasa?

- Nada.

- ¿Has discutido con Jordi?

- No, no...- Se pone el cinturón.

- ¿Has estado toda la noche jugando a los médicos?- Me río.- Y no has dormido, ¿Y por eso tienes esa cara de empanada?

- No...es que tengo la regla.

- ¿Me vienes mala? Pues te espera un día muy duro.

- No, voy de pastillas para el dolor hasta el culo. Aguanto sin problemas

- Pues, parece que viste un fantasma.

- Es que...creo que lo vi...No sé...ha pasado algo raro. Pero da igual. Luego lo hablo.

- Espero que con tu psicólogo también. ¿Qué le vas a decir al fantasma?- Me río.- Él te va a contestar "buh", jaja.

- Cambiemos de tema. ¿Cómo que no tienes los zapatos? Que faltan días...¿Tú eres tonta? ¿Cómo lo dejaste tanto?

- Es que, me compré unos, pero...no me convencen. No me convencen para nada. Quiero plan b. Los tengo en el maletero, me los pruebo con el vestido a ver qué opinas. A mí me gustaban, pero mi madre dice que no, así que me sembró la duda y ahora ya no me gustan tampoco. A ver si vemos otros.

- Vale. Guay.

- Tengo unas ganas de ver a mi hermana, el vestido no lo vio nadie, solo mi madre. Es muy "así" para estas cosas, todo lo que no lo soy yo.

- Es bonito querer deslumbrar, es su día, déjala que haga y deshaga lo que quiera. Así se os cae la baba a todos y no solo al novio.

Llegamos a la tienda, nos meten en una habitación enorme, mi vestido me lo hacen a medida, la modista corre unas cortinas enormes y me aísla para que me cambie a gusto. Que me tengo que cambiar hasta el sujetador, porque tiene que ser uno especial, para que no se vea la tira de la espalda. Incomodísimo, pero monísimo, no se puede tener todo en la vida. Como decía mi abuela, "Para presumir, hay que sufrir". Yo prefería ir cómoda, sinceramente, pero ...un día es un día.

- ¿Qué te parece? ¿Lo ves apropiado? Para la boda elegantísima que se han montado.

- Estas...preciosa. Me encanta el color, y ...todo. Te sienta super bien ese azul.- La modista ajusta algo al único tirante del vestido, el otro tiene el hombro libre.

- Espero no pasar mucha calorr, mira que casarse en agosto...

- Pero si tú te quieres casar en agosto...

- Pero...por el curro. No es que pueda elegir, además no "obligaré" a nadie a ir vestida en plan Sissi la emperatriz. Y el maquillaje, eso es otra...se me va a correr.

- Yo pienso ir monísima a tu boda, aunque vayas tú vayas en vaqueros.

- Eso tiene solución, no te invito.

- ¿Y un pequeño cinturón de pedrería?

- Otra como mi hermana Monica. Abre mi bolso, hay una caja, abre.- Hace lo que le digo, saca el primer regalo que me hizo Andreu, en Irlanda. Lo use poco porque...es carísimo y demasiado elegante, pero para esta ocasión es ideal.

- Ostia...- Le brillan los ojos a cual urraca.- ¿Esto es un zafiro? ¿Oro blanco? Dime que esto pequeñito no es un diamante...

- A que mola. Me lo regaló él...hace mil años ya.

Segunda Parte: ¿En qué Estaba Pensando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora