capítulo 14

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El día de ayer fue muy extraño, después de lo que pasó en la oficina no volvimos a hablar de eso, ni a besarnos. Cuando terminamos de comer regresamos al corporativo y tuvimos algo de trabajo a decir verdad, fue una tarde un poco cargada pero me sentí muy feliz, creo que pronto hablaré con James sobre nosotros, no quiero seguir con la duda de si esto avanzará más o no.

Hoy por fin me toca ensayar así que dejo las cosas listas para cuando nos toque ir, recorieron todos los ensayos a las cinco y media así que me parece perfecto porque saliendo del trabajo nos podemos ir.

Emmy ha terminado de desayunar y aprovecho para peinarla, le hago una cola alta adornada por una trenza tejida al frente que la hace ver tan tierna.

—Hermanita —dice Emmy con voz preocupada, me agacho para quedar a su estatura y la escucho.

—¿Qué sucede princesa? —pregunto desconcertada.

—Mañana harán un evento donde quieren que llevemos a nuestros padres, pero será en la mañana y tú  trabajas. —Su voz suena tan triste que me rompe el corazón, una lágrima desliza por su mejilla y no puedo evitar sentirme nostálgica. La abrazo con fuerza y sus pequeñas manitas se aferran a mí.

—No te preocupes por eso, yo iré contigo corazón. —Intento que mi voz parezca fuerte, aunque no lo logro a la perfección, siento que me quiebro al ver a mi hermana afligida, no soporto saber que se encuentra mal.

—Gracias —responde mientras me  abraza nuevamente—. Podría ir James también.

Niego con la cabeza ante su petición, ni siquiera lo pienso. —Eso no es posible, pero yo estaré ahí contigo, te lo prometo. —Le aseguro haciendo que sus ojos brillen de emoción. Su semblante de tristeza desaparece, y en su lugar llega una hermosa sonrisa en su rostro, limpio sus lágrimas para  despedirme y le doy un fuerte abrazo acompañado de un casto beso. Lizzie ha llegado por ella y la ayudo a subir al transporte.

Cómo extraño a mis padres, daría lo que fuera por volver a estar con ellos, pero eso ahora es imposible, no volverán y eso me destruye por dentro.

Llego al corporativo después de cruzar el tráfico tan atorado, ésta vez no he tenido mucha suerte con eso. Aparco el auto y camino hasta la entrada, una vez ahí me adentro a la recepción y saludo a mis compañeros que me responden el saludo amablemente. Prosigo mi camino adentrándome a la oficina, pero como la mayoría del tiempo James no se encuentra, así que me dispongo a acomodar algunos archivos que están sobre mi escritorio, recordando que hoy es la junta con los señores Bennett. Veo la agenda para buscar la hora exacta, y la encuentro marcada para las dos de la tarde. ¡Mierda!, tendré sólamente una hora para comer.

Escucho la puerta abrirse y seguramente es James, lo confirmo cuando me acerco a su escritorio para ver si hay nuevos pendientes. —Buen día. —Me saluda cordialmente y devuelvo el saludo.

—Hoy es la junta con los señores Bennett a las dos de la tarde —informo y James busca algo en su escritorio.

—Toma, estos documentos los anexas en las carpetas que hiciste ayer. —Me extiende un sobre tamaño oficio y lo tomo para irme después a mi área de trabajo.

Me pongo a ordenar lo que me pidió mientras busco las carpetas, una vez que las encuentro, acomodo los documentos en el orden indicado. Pero casi al terminar suena mi móvil, solo espero que no me regañen por contestar.

—Hola Sam. —Saludo al tomar la llamada, continuando con mi trabajo.

—Hola, baby —suelta con un deje de diversión que me hace reír.

—¿Hay novedades? —pregunto al terminar de ordenar las carpetas.

—Algo así —responde dudosa y frunzo el ceño, aunque se perfectamente que no me está viendo.

El arte de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora