Después del susto que me di en la mañana, decidí subir a la habitación y darme una ducha. Mi día no había comenzado tan bien, y debo decir que tampoco lo siguió. ¿Por qué? Muy simple... Me vi como una idiota cuando James descubrió que hubo strippers en la despedida de soltera de Natalia, y aún así le hice un estúpido drama por que una chica bailó cerca de él. ¡En fin! A mí también me bailaron, aunque no pude evitar morirme de celos.
-Te prometo que no pasó nada, cariño -dice James mientras nos dirigimos al hotel.
-Pero estabas ebrio. -Le recuerdo con preocupación. ¿Y si pasó algo de lo que no se acuerde?
-Tampoco lo estaba tanto, bebimos un poco, después regrese a casa de Hardin, quién estaba aún peor que yo, pero recuerdo cada instante, no tienes nada de que preocuparte. -Me asegura esbozando una sonrisa e intento relajarme.
-Espero que así sea James -susurro sin esperar que en verdad lo escuche.
-Y los strippers... ¿Estaban bien? -pregunta curioso, haciéndome reír.
-¿Estás celoso? -cuestiono divertida.
-¿Tú lo estabas no? -replica dejándome sin palabras, tiene razón.
-Estaban bien, pero no hay punto de comparación contigo -suelto después de un tiempo en silencio-. ¿Y la chica? -pregunto intrigada, observando su rostro con cautela.
-Una mujer más, como todas. Ninguna como tú, pequeña -responde acariando mi mejilla con dulzura y sus ojos me observan deseosos, haciéndome sonrojar.
Por fin llegamos al hotel y nos despedimos de Rafael, quién vendrá por nosotros en la tarde.
-¿A qué hora vendrá Sam con Emmy? -pregunta James al adentrarnos a la gran infraestructura.
-En una hora -digo siguiéndolo.
Después de adentrarnos nos hemos quedado recostados en la cama por una hora, esperando a que Rafael recoja a Sam y a Emmy en el aeropuerto.
-¿Qué tal vas con tus ensayos? -pregunta observándome con serenidad.
-Digamos que bien, pero debo admitir que la competencia está muy difícil -confieso resignada. No es que dudara de mis capacidades y de mi potencial, pero sabía perfectamente que mis compañeros iban a la par, y cualquier error, podría costarme muy caro.
-Sé que lo lograrás -intenta animarme al momento que acaricia mi mejilla con suavidad. ¡Qué fácil que todo fuera tan sencillo!
-¿Y si no? ¿Y si no entro? -suelto con tristeza. Una parte de mí quiere dejar de pensar esas estupideces, pero la otra sabe perfectamente que sigue siendo una posibilidad.
-Lo intentas nuevamente. Pero estoy seguro que no será necesario pequeña -responde con una sonrisa que me tranquiliza y me relaja de inmediato. Él tenía ese poder sobre mí, ese poder de hacerme sonreír o hacerme enojar tan fácilmente.
Escucho la puerta tocar y al abrirla aparece Emmy balanceándose sobre mí con rapidez. La recibo gustosa, respondiendo a su gesto de la misma manera. Enseguida saludo también a Sam quién parece muy emocionada, la invito a adentrarse y así lo hace.
Caminamos hasta una pequeña sala que se encuentra en el recibidor y James aparece justo en ese momento. -¡James! -chilla Emmy emocionada y se balancea sobre él con entusiasmo.
-Hola pequeña -Saluda él despeinado un poco su cabello con diversion.
-Mi hermanita me pondrá un vestido de princesa -comenta Emmy entusiasmada y el brillo que hay en sus ojos es cada vez mayor.
ESTÁS LEYENDO
El arte de amar
RomanceAnnette Collins es una chica que nace con el arte en su sangre, su mayor deseo siempre ha sido lograr ser una bailarina de ballet profesional y reconocida por el mundo, todo se complica cuando por azares del destino, se queda sola con su hermana men...