capítulo 26

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Me despierto aún somnolienta, a pesar de que el trabajo no ha sido en exceso me siento cansada, creo que Emmy está igual porque aún no se ha levantado, es sábado y ya son las diez de la mañana. ¿Qué estaba pensando anoche que me quedé viendo películas hasta tarde? Me pongo de pie como puedo y después de bostezar continuas veces me adentro al baño y comienzo a desvestirme para darme un buen regaderazo.

Me he dado un buen baño y me siento más despierta como para lograr cocinar algo sin incendiar la casa, sé que suelo ser muy exagerada, pero cuando tengo sueño podría dormirme hasta batiendo huevos. He preparado unos baguette con pollo, admito que no se cocinar a la perfección, pero desde que Amelia dejó de trabajar con nosotros he tenido que aprender un poco.

-¡Me gusta pasar tiempo con Sam! -exclama Emmy con su dulce voz tan tierna. Le he dicho que en la tarde la llevaré a casa de Sam, y que se puede quedar a dormir allá, ha sido ella quien me ha propuesto cuidar a Emmy, y aunque me negué un par de veces porque no quiero cargarle la mano con todo este asunto me ha insistido tanto que he terminado aceptando.

La mañana se ha pasado bastante rápido, después del desayuno Emmy y yo hemos estado jugando en el jardín con unas pistolas de agua, recuerdo que solíamos hacer eso todo el tiempo con mis padres, por alguna razón siento como si no se hubieran ido del todo, como si sus presencias aún nos acompañarán y cuidaran de nosotras, se que algún día recordaré todo esto sin dolor, pero mientras me resigno con lo que hay.

Después del almuerzo Emmy quiso jugar en la tierra del jardín, me negué repetidas veces pero su afán de conseguirlo fue mucho más audaz, y bueno, ahora estoy con la ropa repleta de lodo, parezco un cerdito recién salido de su chiquero. No me queda otra opción más que bañarme nuevamente, además que estoy acalorada, parezco un chocolate con mala envoltura.

-¡Hermanita! ¿Puedo llevar juguetes? -Esucho a Emmy quién pregunta intrigada asomándose desde las escaleras.

-¡Claro! -respondo mientras termino de guardar su ropa en la mochila que le preparé.

-¿Podré dormir tarde? -pregunta por último y la veo incrédula. Cuando estamos aquí es la primera en dormirse, más cuando vemos películas o algo por el estilo.

-No demasiado tarde -sugiero con voz firme, Nunca necesito prohibirle cosas a Emmy, ella sabe perfectamente que hay un orden establecido.

La hora de la fiesta se aproxima así que comienzo a alistarme, Laura me ha recomendado a una amiga de ella que es estilista, y vendrá a maquillarme en cualquier momento, de hecho ya debería estar por llegar. Me recuesto sobre la cama a esperar que la muchacha llegue, pongo algo de música y relajo mis neuronas. Este día James me presentará como su novia, aún no me lo puedo creer, y eso me hace sentir nerviosa, aunque no quiera es inevitable, una parte de mí sabe que habrá más de una persona que no esté de acuerdo.

La joven ha llegado y después de hacerme un par de preguntas comienza con su labor, siento tantas cosas aplicadas sobre mi rostro que solo espero no terminar pareciendo un payaso.

-¡Has quedado espectacular! -exclama con una sonrisa triunfante.

-¿En verdad? -pregunto incrédula. No es que dude de su capacidad o algo así, pero tampoco creo que pueda hacer magia.

-Mira por ti misma -responde con una gran sonrisa al momento que coloca un espejo justo enfrente de mi.

No hace magia pero vaya que hace maravilla. El maquillaje y peinado me han encantado, no quedé como payaso, mapache, u oso panda, así que sonrío ampliamente al ver mi reflejo sobre esa pieza de madera.

-Me ha encantado -suelto emocionada. Quiero sorprender a James y espero poder lograrlo.

-Me alegra que así sea -responde amablemente mientras comienza a acomodar su material nuevamente dentro de sus maletines.

El arte de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora