El arte de amar

capitulo especial.-Crossover

—¡¿Qué es lo que te pasa James?! —exclama molesta, la observo fijamente intentando mostrarme indiferente, pero no puedo, sus ojos desprenden tristeza, y eso no me gusta para nada.

—¿A mí? Nada, estoy tan normal como siempre —suelto sarcástico tumbandome en la silla giratoria.

—Te desapareces la tarde completa, no tomas las llamadas, ni siquiera un estúpido aviso de que estás bien. ¡Me tenías tan preocupada!, ¿y apareces al día siguiente desquitando tu mal humor con quien se cruce en tu camino? Lo siento pero eso no tiene lógica. —Sus ojos se cristalizan al decir esas palabras, pero en su rostro se deja ver un semblante tenso.

—¿Ah sí? ¿Tanto te preocupaste que te tuvo que consolar tu querido amigo Danield? —digo con ironía, veo que se queda en silencio unos segundos y posterior a ello sonríe, ¡¿Qué mierda?!.

—Ya veo... Estuviste con Scarlett. —Su tono de voz se torna divertido, haciendo que mi confusión aumente—. Me dijo que iría con el chisme a tu padre, pero no imaginé que terminaría contigo... Ahora entiendo porque no regresaste ayer. ¡Claro! —Su voz ahora parece triste, dolida, pero mi cabeza está a punto de estallar.

Aura Pov.

Después de seleccionar a donde ir con mi medalla, me encuentro en la entrada de un restaurante, para ser exacta en un restaurante de Denver. "Punch bowl" dice en la fachada del lugar, me adentro y veo que es un lugar muy lindo, con un estilo rústico y cálido, tomo lugar en una barra que se encuentra casi al final, no quiero sentarme sola en una mesa tan grande.

Un mesero llega extendiéndome el menú, lo que agradezco, pido algo que tiene buena pinta y enseguida se retira el ojiazul tomando mi pedido. —Qué bueno que ha venido señor Esteban —escucho una voz femenina saliendo de la mesa que tengo justo detrás, sin poder evitarlo escucho su conversación como una entrometida. ¡¿Por qué soy así?!

—Todo lo que se trate de mi hijo y esa interesada me importa demasiado. Ahora sí, cuéntame Scarlett, ¿qué es eso tan urgente? —Sin poder evitar giro disimuladamente al rostro de dónde proviene la voz, justo en ese momento me encuentro con un señor elegante, no tan mayor.

—Annette, creo que ella está engañando a James, él no se merece eso... Ayer que llegué al corporativo la vi junto a un compañero suyo, se llama Danield, estaban muy abrazados, y cuando me vió comenzó a insultarme y decirme tantas groserías, solamente por reprocharle lo que vi. —Escucho su voz lamentándose, me da tanta pena por ella, al parecer le preocupa ese chico.

—¿Estás segura? —cuestiona la misma voz masculina.

—Completamente, y no se me hace justo que le hagan eso al presidente del corporativo Anderson, James no lo merece, ¡Imagínese si eso sale en los diarios!

—¡Esa zorra me va a escuchar! —Es lo último que escucho antes de que el señor se levante haciendo un poco de escándalo, volteo a la puerta con disimulo y lo veo alejarse, saliendo del local como alma que lleva el diablo.

Me quedo un poco intrigada ante la situación, pobre chico, no debe ser lindo que te pinten los cuernos. —Estupido viejo, te tengo comiendo en la palma de mi mano. —Nuevamente la voz de la pelirroja se hace presente de una forma casi en susurro, sin voltear más me quedo intrigada tratando de escuchar cualquier cosa.

—En cuanto veas de lo que soy capaz querida Annette, no te quedarán ganas de seguir con James. ¡Mi James! Por ahora mi querido suegrito se encargará de ti, gracias a mi cruel mentira. —Me quedo boquiabierta al escuchar aquello, sé que no debo meterme en cosas ajenas, pero debo ayudar, es lo que siempre hago.

Termino de comer, pero recuerdo que no tengo dinero así que busco algo en mi mochila para ver si encuentro con que pagar, para mi buena suerte, me encuentro con un par de dólares. Desconozco en qué historia me dejaron dinero en la mochila, pero gracias a ello dejo pagada mi cuenta.
Ahora debo averiguar dónde queda ese corporativo, Anderson, alcancé a escucharlo en la plática.