El arte de amar

capítulo 43

-James... ¿Está todo bien? -Escucho a Ann preguntar al momento que sale Jacob. Seguramente me veo como la fregada.

-Sí, descuida pequeña -respondo sonriente, intentando ocultar mi mal humor, en fin, que ella no tiene la culpa de eso.

-Me alegro, ¿A qué venía tu hermano? -pregunta intrigada.

-A joder, como siempre. -Ann estalla en carcajadas al escucharme.

-Eres tan ocurrente -suelta Ann risueña mientras se acerca a mi lugar.

Me levanto con rapidez y tomo su cuerpo atrayendo su cintura hacia mí, la beso con ternura y sus labios me reciben placenteros, podría jurar que besar sus labios es la sensación más perfecta que pudiera sentir.

-¿Iremos a la fiesta de Lenna? -pregunta al separarnos. Es verdad, ya lo había olvidado.

-Claro que sí -confirmo de inmediato al momento que acaricio con suavidad su mejilla.

-Perfecto -responde en un gesto tierno y deposita un casto beso sobre mis labios.

Annette POV.
Después de ver a Jacob salir tan sonriente me quedo algo preocupada, el rostro de James parecía bastante tenso, aunque no se porqué. Me ha contado algunas cosas sobre los conflictos con su hermano, pero creo que deberían arreglar sus asuntos, al fin que llevan la misma sangre, y eso debe ser más fuerte que cualquier problema.

Hemos platicado sobre la fiesta de Lenna, así que debo ir buscando que ponerme ese día, falta muy poco, pero casi no tengo vestidos, será mejor que consiga uno pronto, seguramente Sam tenga alguno que me sirva.

El día se me pasa volando, el trabajo ha sido bastante y creo que por esa misma razón he mantenido mi mente ocupada en eso, James me ha invitado a comer junto con Emmy, y aunque al principio dudé, puesto que no sabía si alcanzaría a terminar los pendientes, insistió tanto que me terminó convenciendo. También he invitado a James a cenar, ya que quiere dormir conmigo, pero le he dejado claro que no soy una excelente cocinera, por lo que se ha echado a reír y a burlarse de mí.

-James, Ya, basta -digo rodando los ojos.

-¿Enserio cenaremos sándwich? -suelta burlón y lo miro fulminante.

-¿Qué desea su majestad? ¿Una lasagna? ¿Un pavo relleno? -bromeo con ironía y su rostro se torna serio.

-Ven, hagamos mejor una pasta.

Toma mi mano delicadamente y me lleva hacia la alacena de mi propia casa, comienza a buscar entre los cajones y puertas de madera, una vez que encuentra su objetivo saca la pasta, aceitunas negras, y algunas especias. También coge algunas cosas más del refrigerador.

-¿Que harás? -pregunto al ver que saca tomates, queso mozarella, entre otras cosas.

-Una pasta mediterránea -responde sonriente y lo observo confundida. Bien, amo el spaghetti, pero eso nunca lo he probado en mi jodida existencia.

-Será rapido, ven acá, te gustará. -Escucho su voz y no puedo dejar de observarlo detenidamente, comienza a preparar todo tan rápido y me quedo maravillada. ¿Hay algo que no sepa hacer este hombre?

Termina de preparar la cena, y mientras tanto yo solamente he estado observando el procedimiento de lo que hace, aunque para ser sincera, ya he olvidado como empezaba.

-Esto se ve delicioso -digo al momento que absorbo el aroma de ese delicioso plato.

-Espero que lo esté -suelta divertido y se me escapa una risa.

Nos sentamos a comer los tres en la barra de la cocina, apenas intento dar la primera probada cuando veo como Emmy comienza a comer rápidamente. -Emmy, come despacio. -Le indico sin sonar grosera.