capítulo 70

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Apenas y ha amanecido hemos venido a una playa cercana, cuando digo cercana me refiero a una hora en automóvil aproximandamente, pero valió la pena cada minuto de espera.

Una vez que aparcamos el auto, buscamos algún lugar donde acomodar nuestras mantas y snacks. La arena es blanca y muy suave, demasiado fina que no molesta caminar sobre ella, el agua es tan clara y el oleaje se mantiene calmado, todo en conjunto hace un gran honor al nombre de esta playa "siesta key".

Pongo la manta sobre la arena y me tumbo sobre ella al instante, James me observa sonriente y hace lo mismo, acomodándose justo a un lado de mi. -No me saco de la cabeza lo perfecto que fue en la ducha -susurra sobre mi oído haciéndome sonrojar.

-¡James! -Lo regaño tratando de contener mi risa de nerviosismo, el parece darse cuenta y se echa a reír.

Yo lo que aún no podía sacar de mi cabeza son sus palabras "cásate conmigo" pero obviamente eso es algo que no le puedo decir.

-¡Mira hermanita! Ahí venden helados -grita Emmy emocionada, señalando a un vendedor.

-¿Quieres uno? -Le pregunto y ella asiente inmediatamente, ni siquiera lo piensa dos veces.

Vamos hacia el señor de los helados y detrás viene James y Rachel también, compramos uno para cada uno y por más que intento pagar lo mío y lo de Emmy James se niega una y otra vez, creo que es muy terco.

Me resulta tan cómodo este lugar, jugamos en la playa como niños pequeños y Emmy está encantada haciendo castillos de arena, mientras tanto, Rachel se broncea obteniendo las miradas de muchos chicos, no sé por qué no tiene novio, si es una chica tan linda y amable. Caminamos por la orilla de la playa y después entramos al agua que está muy relajante, fresca y tranquila, sin mucho oleaje. Le tiro agua en la cara a James provocando que se enfade y comience una guerra, corro a como puedo pero el es más rápido y me alcanza, sus brazos me toman por la cintura y me hunde en el agua junto con el, yo comienzos patalear y salgo nuevamente, con el cabello empapado.

-Sigues siendo un tramposo, eso no se hace. -Lo regaño pero él no deja de reírse.

-Tú comenzaste pequeña.

Hago un puchero y él me abraza divertido, sus ojos se mantienen tan fijos sobre mi que me hace sonrojar. -¿Qué? -pregunto intimidada.

-Te ves tan hermosa cuando los rayos del sol iluminan tu rostro.

Y esas palabras son suficientes para hacer que mi corazón entre en un paro, lo abrazo poniendo mi cabeza sobre su pecho, él rodea mi cintura y al juntarnos siento algo debajo del agua, ¡Madre mía! Aquí no James.

-James, dime qué eso de abajo no es lo que pienso.

Él me dedica una mirada arrepentida y esboza una sonrisa torcida -Lo siento, pero verte así, deberías ver lo jodidamente sexy que se te ve ese bikini, ¿Tenias que elegir ese color rojo?.

Su sonrisa coqueta me resulta muy provocativa. -Tu no te ves nada mal. -Paso mis dedos por su abdomen y beso su cuello rápidamente haciendo que reaccione de inmediato.

-Ann, no me estás poniendo esto nada fácil, no quiero hacerte mia aquí enfrente de todos -advierte haciéndome reír, me gusta provocarlo y ver que causo el mismo efecto en él.

Salimos del agua y nos recostamos de nuevo sobre la manta, Emmy se une a nosotros solo un momento, porque insiste en ir al agua. Rachel sale a dar un paseo mientras James y yo cuidamos que Emmy no se vaya muy lejos.

Así se nos pasa el día, disfrutando del ambiente, tomando fotografías, jugando en la arena y bañandonos en el agua. Rachel ha vuelto y James le pide cuidar a Emmy mientras damos un paseo en lancha, ella acepta sin problema alguno, deseándonos mucha suerte.

El arte de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora