Futuro

34.4K 1.7K 131
                                    

-¿Quieres que le pida a tu madre algo de comer?
-No.

Estoy tumbada boca abajo en mi colchón, con la cara tirante de las lágrimas. Calum está conmigo porque es al único que dejo entrar. No quiero hablar con nadie.

-¿Seguro? Tu madre está preocupada.
-No quiero comer, Calum.
-¿Agua?
-No.
-Daniela...
-No.

Está sentado en la orilla de la cama mirándome. No sé cuanto tiempo llevamos así pero ya es de noche y los chicos se fueron hace más de dos horas. Debe ser la hora de cenar. Me coloca un mechón de pelo detrás de la oreja.

-¿Qué hago? ¿Me quedo contigo o me voy?
-Lo que quieras.
-En serio, dímelo porque no sé qué es lo mejor.
-Lo que te de la gana, Calum, me da igual.
-Eh, Daniela, yo no tengo la culpa de nada.
-Bueno, en parte sí, la tienes.
-¿Perdona? ¡Venga ya!
-¿Vas a decirme que no te alegras de que haya suspendido? Estabas deseándolo.
-Vale, si vas a hablarme así, me voy.
-Ahí tienes la puerta.

Nada más se levanta, me ahoga la culpa y salto tras él.

-¡No!¡Perdón! Calum, quédate. Por favor.-lo abrazo para que no se me escape. -perdón, no quiero pagarlo contigo.

Está muy serio y aprieta la mandíbula. Tiene los ojos tristes y la mirada perdida. No debería haberle hablado así.

-Perdón. -Me dice. Y causa confusión en mi.
-¿Por qué?
-Porque la verdad es que sí me alegro de que hayas suspendido. Sí me alegro de que te quedes aquí. Perdón si soy mala persona por desearlo, pero es lo que quiero desde que me dijiste que te ibas.

No me mira a los ojos mientras habla y sigue con la mandíbula dura, la vena del cuello hinchada y el ceño fruncido. Una vez más vuelve a dejarme sin habla. Y eso que tengo muchísimas cosas que decirle.

-Me voy a mi casa, Daniela. -Traga saliva, incómodo. -Hablamos mañana. Intenta dormir.

Da un portazo y ya no está. Tengo que obligarme a respirar porque no sé qué ha pasado. ¿Está enfadado? ¿He hablado demasiado mal? Pobre, solo quería hacerme sentir mejor. Me siento a los pies de la cama con la cabeza gacha y me agarro con fuerza las raíces del pelo. No puedo creerme que tanto esfuerzo no haya servido para nada. No entiendo por qué ha salido mal, en qué he fallado. Lo único que quiero es dormir y no despertarme a menos que tenga una vida nueva. Sin embargo no creo que el sueño sea hoy algo con lo que pueda contar. Siento como el corazón se me acelera y la ansiedad se apodera de mi. Necesito hacer algo.

Si fuese de otra manera, saltaría de la ventana, me iría a un 24 horas a comprarme una botella de la primera mierda que encontrase, aprovechando que ya soy mayor de edad, me iría por ahí y me emborracharía hasta perder el conocimiento. Sin embargo, no soy así. Y no lo seré jamás.

Enciendo el portátil y me meto en mi blog. Anoche estaba decidida a escribir algo romántico y feliz. Algo parecido a lo que sentí la noche de mi cumpleaños. Ahora, lo único que tengo en la cabeza es oscuro y triste. Frío. Cojo el CD que me regaló Calum con mi canción y la reproduzco mientras leo comentarios de mis lectores. Media sonrisilla se me escapa de vez en cuando gracias a sus palabras. Uno de los comentarios me llama la atención. Es una frase de un libro que me leí hace mucho tiempo: el viejo y el mar. Dice así:

"Quizá yo no debiera ser pescador, pero para eso he nacido."

Y me doy cuenta de que hay algo para mi. De que tengo una vida, de que sé hacer muchas cosas. Tengo a mi alrededor gente que me quiere y me apoya. El mundo está repleto de oportunidades y no me puedo rendir, soy una luchadora.

Voy a ser grande, mundo, voy a ser grande. Por mis ovarios. Me seco un par de lágrimas de mis párpados inferiores y decido pasar otra noche escribiendo, como las que a mí me gustan.

"Querida yo de 18 años:

Te moriste hace como una eternidad. Tus hijos te echan de menos, tus nietos, no tanto. Hoy se ha celebrado el centésimo aniversario de tu libro más famoso y, como sabrás, se ha lanzado la undécima edición de tu último trabajo antes de que la palmaras. La gente conoce el seudónimo de Dandelion y la verdad es que ni siquiera saben de qué hablan. Ahora, en el futuro, la gente lee de una manera diferente. Se ponen unas gafas con las que puedes leer estés donde estés, incluso trabajando. Las palabras se meten solas en tu cerebro, y eso anima a la gente, aunque parece que todos están algo idos. Todo el mundo va siempre de gris, excepto tu marido, que como ya sabes, con 128 años y después de comerse aquella fruta de la inmortalidad, sigue siendo igual de especial que cuando tenía dieciocho. Ese sí que está ido de la cabeza, tiene el cuerpo lleno de tatuajes, aun cuando tiene la piel flácida de viejo. El pobre apenas puede sostener ya la guitarra pero cada vez que los jóvenes se le acercan para pedirle un autógrafo, les da una palmada en la espalda y les dice: nunca seremos tan jóvenes como somos ahora, chicos. Perdón, Dandelion yaciente, pero he de confesarte que estoy enamorada de ese viejo idiota, cabezón e inmortal, quizá sea un mal fetiche. Sigue igual de bromista y bohemio que hace cien años pero no es el mismo desde que te fuiste. Sin embargo, está contento porque has hecho todo lo que querías en la vida. No te preocupes, está viejo y demacrado pero sigue siendo un salaz (y su pene funciona aún, no me preguntes por qué lo sé). Tu hijo mayor escribe mejor que tú, sinceramente, aunque tiene toda la cara de su padre. La niña es igual que él, exactamente igual.

En fin, no te preocupes por tu error de hace ciento diez años, todo tuvo solución. Pero, amiga, procura no volver a cagarla, no vaya a ser que estropees la estupenda vida que has tenido.

Un saludo, Dandelion del futuro.

Pd: no te digo el número que gana la lotería solo por fastidiar. "



------volví--------
, bonitas! He vuelto. Este cap es raro, lo sé. Sin embargo me gusta porque me pasa lo mismo tantas noches que quería escribir esa carta. Ya vuelve todo a la normalidad y subiré de nuevo cada dos días.

--aviso, voy a fangirlear...--
Los he conocido, los he visto a cincuenta centímetros de mi, le he chocado los cinco a Calum y no quepo en mi. No quepo en mi. No voy a entrar en detalles porque no es el lugar pero tenía que decirlo, porque soy la escritora de pacotilla más feliz del mundo. Muchas gracias a Mary, se lo debo todo a ella. :*
Contesto a cualquier cosa en comentarios. Gracias por esperarme y dandelon volverá a ser normal esta semana.
Os quiero.

Dandelion - Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora