-¡Dani!¡Dani! Abre la puerta son más de las siete.
Me desperté de un bote y Calum estaba con los ojos como platos girando la cabeza de un lado para otro, y gesticulando algo que no sabía lo que era.
-¡Dani!
Mi madre se estaba dejando los nudillos en la trampilla.
-¡Voy! Mamá, ya bajo, me he quedado dormida.Con exagerados gestos le digo a Calum que salte por la ventana y, este, con su camiseta en una mano y los zapatos en la otra, se monta encima de la almohada y abre el ojo de buey. Pero cuando tiene medio cuerpo fuera, vuelve a meterse.
-¡no puedo! ¡No puedo! Esta muy alto. -Susurra con exagerada mímica para que lo entienda.
Miro a los lados desdesperada. Y mi brazo señala antes de que mi cabeza procese la información.
-¡Al armario!¡Al armario!Calum sacude la cabeza y se señala la frente como diciendo: ¿estás loca?
Haciendo caso omiso a lo que él dice, lo empujo hasta dentro del armario y corro a abrir la trampilla. Hago como si no pasara nada y pongo mi mejor cara mañanera.
-¡Buenos días, mamá! Perdón, perdón, me he quedado dormida.
-¿Por qué no abrías? Creía que te había pasado algo.
-Me he quedado muy dormida. Anoche no podía dormir.
-¿Y por qué vas en chandal?
-No podía dormir... Porque tenía frío.
-En fin... -El corazón me late a mil por hora. Perece que no se ha dado cuenta- ¿puedo cogerte tu camisa blanca? Esa que compartimos las dos.
-¡No! -Ay, Dios mío- No está aquí. Está... La eché a lavar.
-Pero si te la traje yo misma aquí ayer.
-No, no, aquí no está. La eché a lavar de nuevo porque tenía una mancha que no se le había quitado.
-Espera...Mi madre con el ceño fruncido mira mi cuarto por encima de mi hombro. Sube el escalón de la trampilla y me aparta de su camino para entrar. Estoy sudando, apuesto lo que sea a que estoy pálida grisácea y lo único que escucho en las orejas es: bum-bum, bum-bum...
Mientras mi madre avanza por mi habitación, me pregunto por un segundo cómo estará Calum. No quiero que mi madre lo conozca así. No quiero. Ella sigue avanzando. Llega justo delante del armario y casi me da un infarto, pero avanza de nuevo.-¡Te lo dije! - Se agacha y coge algo que está justo encima del montón de libros. - Sabía que la había traído, está aquí. Hija, qué rara estás hoy, qué mal te sienta no dormir bien. Y venga, vístete que vas a llegar tarde.
Baja de nuevo la trampilla sonriente, por haber conseguido la camisa que quería ponerse. Cuando veo que se aleja, cierro el pestillo y le abro la puerta a Calum, que está vestido y con los zapatos puestos. Pero se ha puesto la camiseta al revés. Nos miramos preocupados a los ojos un segundo y, de un momento para otro, estallamos en risas. Esto ha sido, sin duda alguna, una aventura de alto riesgo. Pero, al fin y al cabo, ha sido divertido.
-Tienes que irte. -Le susurro mientras le subo la camiseta.
-¿Cómo voy a irme si me estás desnudando?
-Tienes la camiseta al revés, idiota.Me acerca más hacia él, tirando de mi cintura, dentro del armario. Me besa y baja las manos por mi espalda.
-No he podido darte los buenos días. -me dice, sonriente.
-Creo que deberíamos preocuparnos en cómo sales de aquí. Las aventuras no han acabado aun.
-Me gusta el riesgo.
-Sí, claro, por eso no puedes saltar por la ventana.
-Lo volveré a intentar.Mientras sale del armario, se cambia la camiseta hábilmente y vuelve a mirar por la ventana. Está rojo y el miedo se le lee en los ojos. Me río de él y busco una camiseta para ponerme.
-¿has leído divergente?-Pregunto
-He visto la película-Contesta sacudiendo la cabeza.
-Digamos que no has nacido para osadía.Con él delante sin miedo a que me vea, porque está embobado mirando por la ventana, me cambio de camiseta y me pongo una limpia, me bajo los pantalones para ponerme unos shorts vaqueros. Cuando me inclino a cogerlos, noto los ojos de Calum pegados en mi.
-¿Estás mirándome el culo, Hood?
-¿Y qué quieres que haga? Estás en bragas.
-Qué basto eres. -él se encoge de hombros y sigue mirándome, acercándose un poco más mientras me termino de vestir.-No quiero ir a clase. -Digo con cara de pena.
-Escápate conmigo.He leído esa frase tantas veces en los libros, que no me sorprende escucharla. Pero ahora, que va dirigida a mi, suena diferente. Suena bien. Muy bien.
-Tentador. Pero no puedo.
-Te conocí haciendo pellas, no creo que te pase nada por escaparte un día más.
-De verdad que no puedo,Calum. Tengo que entregar la redacción de 5000 palabras de historia. Y además llaman a mi madre cuando no voy. - Deposité un beso en sus labios y suspiré.
-Algún día, quizá no parezcamos reclusos.Asento, pero solo estoy pensando en cómo salir de aquí.
-Sígueme muy, muy callado. Justo detrás. Tenemos que salir de aquí.
-Algún día- Repite en plan dramático y suspira. Yo le tiro de la muñeca.Bajamos la trampilla despacio, divisando que no haya nadie. Bajo las escaleras dos escalones por delante de él y voy lo más deprisa que puedo. Cuando llego abajo, miro a todos lados y me dirijo a la puerta de atrás para que salga por ahí.
Despejado.
-Corre, sal por aquí. -le digo.
-Nos vemos después de clase.-Agarra la puerta y me da un fugaz beso. -Te quiero.Después sale corriendo como una bala, para que nadie lo vea. Cierro la puerta y me apoyo en el respaldo sonriendo como una idiota. "Te quiero". Sin embargo, no soy la única que está sonriendo. Levanto la cabeza.
-Se te acumulan los secretos, hermanita.
Suspiro. Los ojos grandes y verdes de mi hermana se están divirtiendo a mi costa. Gracias a Dios que es inofensiva.
-¿Cuántas semanas?-Digo sin tono de voz.
-Dos- Contesta ella alegremente.
-¿Qué asignatura?
-Matemáticas.
-Te odio, Nikki.
-Admítelo, cualquiera ya se hubiera chivado, soy la mejor hermana del mundo.
-Sí, si que lo eres. -Repito mirando al otro lado para que no se entere y me lo restriegue en la cara toda la vida. Pero es verdad, si hubiese sido otra, no sé lo que sería de mi.Supongo que se ha enterado, por la clase de sonrisa que lleva puesta, pero decide no decir nada al respecto, hasta que llegamos al salón.
-Dani...
-¿Sí?
-Que sean tres.
![](https://img.wattpad.com/cover/14816914-288-k396171.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dandelion - Calum Hood
FanfictionPasaba el rato soplando dientes de león hasta que Calum llegó a mi vida.