Dieciocho

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Escucho sonar una canción en la mesilla de noche y me despierto. Mi primer impulso es pensar que es la alarma y que tengo que despertarme para estudiar. Pero no tengo que estudiar, ya ha terminado todo, así que alguien me llama. Calum. Descuelgo y suelto un gruñido diciendo algo parecido a "hola".

-Conque mi pene sigue funcionando bien cuando tengo 128 años, interesante.

Sonrío confusa. Quiero decir, ayer estaba enfadado e indignado, y hoy ya está bromeando. Supongo que se ha tomado mi carta del futuro como un "perdón".

-Nadie ha dicho que mi futuro marido inmortal seas tú, Hood.
-"El pobre apenas puede sostener ya la guitarra, tiene tatuajes por todo el cuerpo." Que por cierto solo tengo cinco, por ahora. Y lo más importante "No te preocupes, sigue siendo un salaz". Ese es mi título, bonita.
-No sabía que leyeras mi blog.
-No cambies de tema. ¿Soy o no tu marido del futuro?
-Claro que eres tú.-Me reincorporo un poco y estiro los brazos. Pasan un par de minutos en silencio. -Perdón por portarme así ayer.
-No, no te preocupes, llegará el día en el que yo esté cabreado, la pague contigo y tú te tengas que aguantar, así es la vida. Deberías perdonarme tú.
-Pero si yo soy igual, no te preocupes. Además, eres un terrible actor. Yo sabía que no querías que me fuese.
-No es eso, Daniela.
-Sí lo es, Cal.
-No. No. Yo...
-Tu querías que fuera feliz y que hiciese lo que me diera la gana sin tener que depender de ti. Pero contigo. ¿O no?
-Odio cuando hablas por mi.
-Yo también quiero estar contigo, Calum.
-Lo sé.
-Tengo que contarte una cosa. Seria.
-Oh, dios mío. ¿Qué he hecho?

Me río silenciosamente para que no me escuche.

-Te he mentido todo este tiempo, Calum. Puede que me odies después de escuchar esto.
-Daniela, por favor...
-No me gusta el café. Solo acepté que me invitaras a un café el día que nos conocimos porque me parecías muy mono.
-No vuelvas a hablarme en la vida.

Escucho como estalla a carcajadas detrás del teléfono.

-¿Por qué no te pediste otra cosa? -Me pregunta entre risas.
-Quería beber café, no te rías.
-Eres increíble. ¿Sales conmigo luego?
-No. Sigo depresiva.
-Venga, tengo que buscarle un regalo a Luke, su cumple es en tres días.
-Qué poco tiempo nos llevamos.
-Tú naciste el 10 y él el 16 del mismo mes y del mismo año.
-Soy mayor que él.
-Sí, él siempre es el pequeño.
-¿Qué piensas comprarle?
-No sé, algo que le anime, está como ido últimamente.
-Bien. A las cinco donde siempre.
-¿Puede venir Ash? Me está mandando un mensaje desesperado.
-Claro. Nos vemos allí.

Sinceramente, no me apetecía ir ni ver a nadie, pero quería hacer el esfuerzo. Así, que a la hora punta, estaba allí. He llegado la primera, como siempre. Hace calor, me he recogido el pelo en una cola de caballo y llevo gafas de sol. Y aunque mi camiseta sea sin mangas, no debería haber escogido el color negro para hoy. Mis shorts vaqueros desgastados están muy desgastados y tampoco debería llevar converse, unas sandalias estarían mejor. Veo como se acercan Ash y Holly cogidos de la mano. No sabía que ella vendría, pero me alegro. Tiene el pelo largo y rubio, mucha cara de inglesa, pero es muy guapa. Me acompleja un poco estar a su lado. Lleva un vestido corto de color verde agua y sandalias. Ash va como suele ir Ash, con jeans oscuros y lleva una bandana en el pelo.

-¡Hola, Dani!-Me dice Ash sonriente con esos hoyuelos que se le forman en la mejilla cuando enseña los dientes.
- Hey, Ash. ¿Qué tal?
-Me encantan tus gafas. -Dice Holly cuando me saluda.

Es simpática y tiene una sonrisa brillante. Me acuerdo de la primera vez que la vi, en esa fiesta en la que besé a Calum por primera vez. Creí que estaba ligando con él. Qué ingenua.

-Gracias. -Le contesto con una amplia sonrisa, cuando veo venir a Calum, que como siempre, llega el último.
-¡Perdón por el retraso! -Dice a lo lejos.
-Tú en tu línea.-Le digo. Y se me acerca para darme un beso. Saluda a los otros dos y seguimos andando, adentrándonos en las calles de tiendas.

Pasemos por donde pasemos me siento observada, y es normal, dado que estoy saliendo a la calle con ellos. Sin embargo a ninguno parece importarle mucho. Entramos en una tienda de música y Ash se queda mirando las baquetas.

-Tienes como nueve millones de pares, Ashton. -Le dice su novia, tirándole del brazo.
-Pero me gustan.
-¡Luke! ¿Recuerdas? Regalo de Luke.

Me río desde donde están los teclados, admirando la escena. No sé qué tendrán estos instrumentos para que me gusten tanto. Quiero tocar el que tengo en casa, que será porque es mío, pero me parece el más bonito de todos. Toco un "do" con mi dedo índice y escucho las vibraciones.

-¿Os gusta esta para Luke? -Escucho decir a Calum desde la otra parte de la tienda.

Es una guitarra negra. Me acerco. No es una guitarra común, es híbrida. Acústica y eléctrica a la vez. La verdad es que no sé muy bien como va el tema de las guitarras pero los chicos parecen emocionados así que será buena.

Se la compran. También un par de púas grabadas con el número 18 y un par de camisetas de grupos antiguos. Yo participo en el regalo, por supuesto. Ya lo mencioné antes, tengo con Luke algo, no sé. Como si lo conociera desde hace mucho tiempo, aunque en realidad ni siquiera hemos hablado mucho. Ya hemos terminado de comprar y no sabemos que hacer.

-¿Vamos al acantilado? -Pregunta Calum a nadie en concreto.
-Me gusta el acantilado. - Contesto.

En unos minutos ya estamos bajando del coche y yendo a la playa con los zapatos en la mano. Está atardeciendo y los colores dejan de parecer pertenecientes a una gran ciudad como es la nuestra. El vestido de Holly se mueve fuertemente por la brisa y parece incómoda. Ash se burla de ella.

-Mi hermano y yo siempre veníamos aquí a tocar cuando aún no conocíamos a las chicas. -Dice Holly.
-¡Dan!-Exclama Calum.- El más pequeño no es Luke, es Dan. Antes te he dicho que era Luke. -Me mira.
-¿Dan es más pequeño?
-Un año menos que tú, él cumple diecisiete en diciembre.
-¿Porqué los más pequeños parecen los mayores? -Exclamo inquisitivamente.
-Gracias... -Murmura Ash, y Holly se ríe de él.
-Para ser el más viejo pareces un bebé, admítelo. -Le dice, y se besan. Es raro salir con una pareja. Me pregunto si la gente nos verá a Calum y a mi así desde fuera.

Pasa un rato y el sol ya está en lo más bajo. Holly y Ash van como unos cinco pasos por delante de nosotros. Las dos parejas vamos con la misma postura. Pisando la arena caliente descalzos, notando la arena que uno salpica encima del otro sin queres, cogidos de la mano y charlando en voz no muy alta. La esfera negra de los ojos de Calum se tiñe un poco de amarillo dorado con esta luz.

-Cómo hemos avanzado, ¿eh? -Me dice, aunque no pillo qué me quiere decir.
-¿A qué te refieres?
-La última vez que estuvimos aquí no me habías besado todavía. Estábamos hablando de cómo podría reconciliarme con Angel y después tú me desvelaste lo de Dandelion. Apenas sabíamos nada el uno del otro.
-Nos quedan muchas cosas por saber el uno del otro, Hood. -Sonríe, porque sigo llamándolo Hood- Solo han pasado cuatro meses.
-Sí. Y ya no puedo vivir sin ti.
-Exagerado... -Me río levemente sonrojada. Me acerco más a él, agarrándolo de la cintura y me da un beso en el pelo.

Suelta un largo suspiro.

-En fin... ¿Has pensado qué vas a hacer ahora?
-Sí. Apenas he dormido pensando en eso.
-¿Y bien?
-Vivir. Salir, leer, tocar el piano... -Me encojo de hombros- trabajar en mi blog. Todo eso hasta que pueda estudiar algo. He sido idiota y no me he inscrito en nada más además de la prueba de Canberra así que...
-¿Tienes un año sabático?
-Eso parece.
-Qué envidia.
-¡No te quejarás!

Se ríe y se para en seco para abrazarme y besarme. Cuando nos separamos veo que Ash y Holly se están besando también, somos como un espejo, prácticamente.

-No tengo ninguna queja, señorita Graham.

----Feliz cumple de Luke a todas----
Os adoro.
Lium.

Dandelion - Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora