Debilidad

22.6K 1.5K 316
                                    

"Sí, estaba dormida. Ya no lo estoy."

"Lo siento. Hablamos mañana."

"No."

Quiero hablar con él ahora.

"¿Quieres salir fuera? Estoy a tres puertas."

"Vale, salgo en un minuto."

Me deshago de la mano de Calum que me cubre y me pongo un pantalón corto de algodón y una camiseta de Kurt Cobain que Cal tenía encima de la silla. Respiro hondo y salgo, diciéndome a mi misma que no pasa nada, que solo fue un momento y ya no volverá a pasar lo mismo. Puedo hablar con Luke porque es mi amigo. Aunque espero que al menos esta vez lleve camiseta. No se por qué he pensado eso.

Abro la puerta con cuidado y salgo.

Veo a Luke sentado en la moqueta azul del suelo, apoyado en la pared y mirando el móvil. No se da cuenta de que estoy ahí hasta que me siento a su lado. Y sí, lleva camiseta.

-Hola. -Me dice medio susurrando.

-Hola -contesto seca, intentando ser lo más borde posible -. ¿De qué querías hablar?

Suspira y bloquea el movil. Después su mirada se clava en la mía y yo intento evitarlo, pero es inútil. No lo miraba a los ojos desde el día conflictivo y ahora que he vuelto a hacerlo con esperanza de que algo haya cambiado en mis sentimientos, no lo ha hecho. Todo sigue igual. No puedo evitar que se me acelere el corazón cuando estoy con él.

-Quería saber si estabas enfadada conmigo o algo, apenas me hablas desde hace unas semanas y la verdad es que ahora mismo me gustaría tener a alguien.

Le contesto con una pregunta que es lo que primero se me viene a la mente.

-¿Todo bien con Angel?

-Sí, sí. Pero está como ausente y me contesta fatal cada vez que le hablo. Sé que es normal. No venía a hablar de ella.

-¿Entonces?

-Joder, Daniela. ¿Tú también vas a hablarme así? Estoy harto ya, no sé qué he hecho mal.

Me doy cuenta de que estoy actuando mal y no sé qué hacer.

-Perdón, Luke. Yo...-me sujeto el tabique de la nariz y frunzo el ceño- estoy cansada.

- Ya. Todos lo estamos.

De pronto es como si todas las lecciones que aprendí, todos los libros que leí, cada página que he escrito, se redujeran a una palabra: debilidad. Siento como si me temblasen las piernas, pero no me tiemblan. Como si tuviera sudores fríos, pero no estoy sudando. Y me acuerdo del mito del talón de Aquiles y de su moraleja: todo el mundo tiene un punto débil.

En cuanto a mi, aunque me duela, Calum es el amor de mi vida. Luke es mi debilidad.

-¿Me dices ahora la verdad? -continúa- Porque no creo que lleves cansada tres semanas. He intentado hablar contigo, he intentado que Dan me cuente si te pasaba algo, pero nada. No sé nada. ¿He hecho algo mal? Es lo único que quiero saber.

Aunque no lo esté diciendo con un tono de ira, se nota que está enfadado, frustrado.

-Luke, no has hecho nada malo. De verdad.

Vuelve a suspirar con la mirada fija en la pared, como si estuviera descifrando figuras en el gotelé. Noto como está apretando la mandíbula y jugando con la argolla de su labio. No sé que estará pasando por su cabeza, pero no es nada feliz.

-Luke -repito, y coloco mi mano encima de la suya en el suelo. No la aprieto, solo la rozo y noto el contraste de nuestra temperatura. Vuelve a mirarme y me doy cuenta de que si lo miras muy de cerca, tiene los ojos tan claros que su pupila no es negra, sino azul, azul oscuro. Traga saliva y no habla-, perdóname. No debí pagarla contigo, pero lo hice. No sé que tengo en la cabeza. ¿Podemos volver a ser amigos?

Tarda unos segundos en reaccionar. Me mira serio y sé que está nervioso, mas no sé por qué. Intento apartar la mano pero él me lo impide. Siento el corazón en la garganta cuando coge aire para hablar.

-Tú y yo nunca hemos sido amigos.

Las palabras hacen eco dentro de mi cabeza. Esa frase me ha parecido más una ecuación matemática en la que tengo que despejar la x; un acertijo del cual me sé la respuesta pero no quiero levantar la mano delante de toda la clase, por miedo a equivocarme.

Sus pupilas ahora son más grandes. No; están más cerca. Y por mi cabeza solo pasa Bécquer.

"Mientras clavo mi pupila en tu pupila azul."

Pasan dos latidos más y escucho girar un pomo de puerta. En una fracción de segundo, separo todo mi cuerpo del de Luke.

-¿Qué hacéis ahí sentados? Hola, Dani.

Angel se restriega los ojos y bosteza.

-Hola. -Le contesto, maldiciendo para mis adentros.

-No podíamos dormir, estamos charlando.

Sí, charlando...

-Le comentaba a Luke lo bien que habéis hecho la actuación de esta tarde.

-Gracias. ¿Lo has arreglado con Mike?

-Sí, he estado hablando con él esta tarde. Todo está arreglado.

-Bien, me alegro.

Está intentando ser simpática conmigo, pero sigue viéndose triste.

-Luke -continúa- ¿vienes o te quedas?

-Voy, voy.

Se levanta y yo imito su acto justo después.

-Hasta mañana, Daniela.

-Hasta mañana. -Le contesto y hago un gesto a Angel con la mano para despedirme de ella también.

Me tiro en la cama y me tapo los ojos con el brazo. No sé nada más hasta que despierto baca abajo. Noto una mano apartarme el pelo de la nuca y a unos labios besándome el cuello.

-Buenos días, dormilona.

Noto su aliento contagiarse a mi columna vertebral y me estremezco.

-¿Dormilona? Si tu supieras...

-Es la una de la tarde.

-Me da igual, quiero dormir.

-Veenga -Pasa las manos por mis costados y ya no me duele cuando roza el tatuaje-, es nuestro último día en Los Angeles.

-¿Por qué no me despiertas así todos los días?

-Porque normalmente me despiertas tú a mi.

Me doy la vuelta para poder mirarlo a la cara. Me lo esperaba con lagañas y despeinado, sin embargo, acaba de ducharse (otra vez, se duchó antes de dormir) y está guapísimo, pero sin camiseta.

-Quería ponerme esa camiseta de Cobain, pero no podía porque la llevabas tú.

-Claro -sonrío-, y no podías ponerte otra.

Niega con la cabeza, sonriente.

-No, tenía que ser esa.

No lo veía tan feliz desde lo de Ingrid, y su sonrisa llena mi corazón tanto que no soy lo suficientemente valiente para contarle lo que me pasó anoche, lo que podría haber pasado. Me siento mala persona al no hacerlo pero no puedo. Lo quiero, lo quiero conmigo y quiero gritárselo para que se entere, pero no tendría sentido.

-Quiero mi camiseta, Dandelion.

-Tendrás que quitármela, Hood.

----------------------------------------

Ya se que me vais a decir que Daniela es una hetera, por no blasfemar, pero intentad comprenderla.

Capi dedicado a @ChocolateeHood :):) no te contesté porque no tuve tiempo, pero si que dedico caps y este va para tí.

Lo que no recomiendo son novelas de wattpad, pero si libros. Y hoy otro que debéis leer: El teorema de Katherine, de nuestro querido Jhon Green. Es muy divertido.

Contestaré a todas las dudas o preguntas que me dejeis en comentarios.

Os quiero y espero que os esté gustando!

Lium.

Dandelion - Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora