Locuras II

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Será psicológico, pero la habitación me huele a anestesia. Creo que es porque estoy en una camilla y eso me recuerda a los hospitales. Estoy tumbada con la camisa subida lo justo para que no se me vea el sujetador. Calum se sienta en la silla que está a mi lado y mira las fotos de tatuajes que hay en las paredes. Escucho como la chica que va a hacerme el tatuaje (Calum ha dicho que se llama Nora) maniobra con cosas de metal. Tiene un brazo completamente tatuado hasta el hombro y varios piercings en la cara, uno colgando del centro de la nariz.

-¿Preparada? -Me dice esta. Yo me apoyo sobre mi costado derecho en la camilla y le agarro la mano a Calum.

-Sí.

Respiro hondo y me quedo mirando las arruguitas de las esquinas de los ojos de Calum cuando sonríe. Las manos frías de Nora rozan mi piel con una especie de papel.

-Mira- dice ella enseñándome un espejo desde arriba-, así es como quedará al final.

Miro hacia el pequeño cristal y veo el diente de León soltándole semillas al aire. Está justo donde lo quería: entre la cintura y la axila.

-Está genial -le contesto-. Termina cuanto antes, por favor -Bromeo.

-Allá vamos.

Una máquina con un ruido parecido al de las de los dentistas empieza a funcionar. Segundos después noto la aguja clavárseme en la piel infinitas veces por segundo. Aprieto mucho los ojos y la mano de Calum.

-Si es que eres una masoquista, cariño. Es el primero y te lo haces en uno de los sitios que más duele.

Sí, es cierto. Siento fuego entre las costillas ahora mismo.

-Tampoco duele tanto.

-Mentirosa.

-Sinónimo de mentira.

-¿Vamos a jugar ahora?

Asiento sin dejar de apretarle la mano ni olvidarme del dolor que estoy sintiendo.

-No se me ocurre ningún sinónimo de mentira, Daniela.

-Embuste -Salta Nora sin apartar la vista de su trabajo.

-Muy bien-digo-. Pero yo no estaba pensando en esa.

-¿Entonces?

-Calumnia. ¿Lo pillas? Calum-nia.

Calum pone los ojos en blanco.

-Eso ha sido muy malo, Daniela.

--<3--

Miro frente al espejo de pie como ha quedado. Me encanta, y no me gusta que lo tenga tanta gente como lo tiene, pero para mi simboliza algo especial.

-¿Te gusta? -Le pregunto contenta a Calum.

-Me encanta. Es muy tú.

Le pago a Nora y nos despedimos. Después salimos y vamos en camino de la moto. Este callejón es más oscuro que todos los que hemos visto antes. Veo cruzar la carretera a un gato gris.

-Echo de menos a Felino. -Le digo a Cal, agarrándolo de la cintura mientras paseamos.

-¿Por qué todo el mundo echa de menos antes a sus mascotas que a su familia.

Sonrío y me encojo de hombros.

-Estaba deseando irme -decido cambiar de tema radicalmente-. ¿Quien más sabe lo de las motos, Cal?

-Mi hermana y Dan.

-Dan y tú, ¿os lo contáis todo? No sé, veo que sois como mejores amigos que el resto.

Dandelion - Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora