Capítulo 2

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Eddie en galería.

Imaginé que el chico sería mayor, puesto que en el chat no tenía ninguna foto. Supongo que tendrá veinticuatro o veinticinco años. Viste una camisa azul con los puños doblados, dejando así al descubierto un tatuaje en el antebrazo. Parece ser un reloj. Es alto, tiene el cabello negro, un poco corto, y ojos azules. De repente siento que lo he estado mirando un poco más de lo que debería y decidí hablarle.

—Sí, yo soy Lara. Y ella es mi madre. Hace muy poco nos hemos bajado del avión —digo, y Eddie estrecha la mano de mi madre.

—Encantada de conocerte —dice entonces ella.

—No les quitaré mucho tiempo. Les muestro el apartamento y luego solo debes firmar unos papeles —dice mientras caminamos hacia el elevador.

—Por mí está bien —digo, acomodando todo el equipaje dentro del pequeño espacio.

—Uh, ¡Chanel¡ —dice Eddie mirando mis maletas. Lo miro extrañada; él sonríe y dice:

— Este semestre me gradúo de diseño de modas — explica.

—¿Diseño de modas? Justo la carrera que yo empezaré, ¡genial!

—Lara entra Mañana a estudiar diseño de modas también —dice mi madre.

—¡Qué coincidencia! —dice Eddie, y el elevador se abre en el último piso.

El apartamento es un poco más grande de lo que imaginé al ver las fotos. A la derecha está el comedor y un sofá; una tele pantalla plana reposa en la pared; las paredes son blancas y una gran ventana da vista a toda la ciudad, puesto que es el apartamento más alto de la torre. Caminamos hacia la cocina que tiene una mesa de granito, bastante elegante.

—Debo comprar platos Mamá, comida y esas cosas —digo. Se me ponen los pelos de punta al pensar que tengo un apartamento, en el cual viviré sola. Es un sueño hecho realidad, pero sé que extrañaré la vida en la que estuve por dieciocho años.

Eddie nos enseña el apartamento, que consta de un pequeño pasillo, dos habitaciones y dos baños. La habitación principal es grande y sencilla. Una cama doble con cabecero blanco y dos mesitas de noche y un closet decoran el lugar. La otra habitación es más pequeña. Tiene un escritorio blanco de madera con cajones en un lateral que llegan hasta el piso. Todo el apartamento es blanco con pisos de madera.

—Es perfecto —digo, y a continuación firmo todos los papeles.

—Bueno, las dejo. Pueden llamarme si necesitan algo. De todas maneras mi apartamento es el 202.

— ¿Vives en este edificio? —pregunto.

—Así es — dice Eddie. Y después de entregarme las llaves, quedamos solas en el apartamento.

La tarde con mi madre se pasa rapidísimo. Vamos a nuestra tienda de confianza y compramos todo lo necesario: platos, instrumentos de cocina; también cobijas, cojines, y cosas que me apetece tener.

—Ese chico es encantador —dice mi madre comiéndose la hamburguesa de McDonald's.

— ¿Quién? ¿Eddie? — pregunto.

—Ajá. Sería bueno que le hablaras. Así podrían ser amigos o algo.

—Supongo —digo.

—Debes dejar de ser tan tímida. Serás nueva en la universidad. Las cosas no serán como en casa, con tus amigos de infancia. Debes empezar a ser un poco más social. Debes ser tú misma, Lara —dice mi madre.

—Sí, yo sé que las cosas no serán como antes. Lo intentaré, lo prometo —digo más para mí que para mamá.

—Bueno, vayámonos, debes dormir bien para mañana.

—Ya no soy una bebé. Lo sabes, ¿cierto?

—Me voy en un día. Lo serás hasta entonces —dice y reímos juntas.

Después de organizar las compras, y decorar la habitación con cosas que he comprado, acabamos cansadas. La cama es bastante grande para las dos. Paula, me escribe. Y después de intercambiar algunos mensajes, me duermo profundamente.

Hilos de Amor (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora