Capítulo 28

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—Quiero tomas impresionantes, chicas. Quiero mucha naturalidad y elegancia al mismo tiempo. Muy clásico —dice Robbin.


Entramos a una habitación enorme. En una pared hay un pedazo de madera blanco, parece ser viejo, y el contraste con los vestidos negros de las chicas es perfecto. Mientras que yo... bueno yo tengo pantalones.
Nos acomodamos en frente de la madera y yo me hago a un lado.


—Denme un poquito de lo que quieran. Varias, pocas chicas, naturales, felices... —dice Robbin entre cada flash y yo, perdida, miro a las chicas que se mueven con ferocidad, incluida Grace —. Un momento, Lara, quiero que vengan —yo hago lo que él me dice —, quiero que te pares aquí, en el centro. Chicas, por favor, que ninguna quede detrás —hago lo que me dice y me quedo como estatua —. Siéntete libre de hacer lo que quieras. Saca tu lado malo, toda tu ira, quiero ver en tus ojos esa chispa. Sé que tú puedes. ¿Listas todas? Vamos con la segunda sesión —alzo un poco el mentón y miro directamente a la cámara, pongo una de mis manos en mi cintura —. Eso es me encanta. Divina —. Las palabras de Robbin me dan confianza por lo que me hago de lado, volteo mi cabeza en dirección a la cámara y la miro seria —. ¡A eso me refiero! Vamos chicas algunas que se unan a Lara —me pongo de frente hacia la cámara y doblo ligeramente la pierna. Dos chicas se acercan a mi lado y ponen sus codos en mis hombros. Parezco ser mucho más alta que ellas. Meto mis manos a los bolsillos del pantalón y, levantando el mentón, otra vez sonrío levemente. Esto está siendo divertido; muy divertido —. ¡Hermosa! Esas tomas son fantásticas. Creo que con esas son suficientes. Hermoso trabajo —dice y todo el equipo aplaude.

Busco a Grace entre todas las chicas y la veo hablando con una hermosa morena.
— ¿Viste eso? ¡Fue fantástico! —digo realmente emocionada.
—Adiós chicas. Estuviste fantástica —me dice la chica y se aleja. Yo, incrédula y emocionada, miro a Grace.
—Genial, Lara —dice y acto seguido sale de la habitación. Corro detrás de ella hacia el pasillo y la llamo, pero no se voltea.
— ¡Grace! — Entra en la habitación en donde muchas modelos se están cambiando de ropa, y yo busco mi bolso que dejé en el vestidor. Gracias a Dios sigue ahí. Examino la habitación, pero no veo a Grace por ningún lado. Cambio mi pantalón y se lo entrego al chico amable.


Es cuando me decido en salir que echo el último vistazo en la habitación de peinados y veo a Grace mirando su celular.

—Te he estado buscando —digo y ella me mira sin expresión alguna.
— ¿No que "yo no soy modelo", "yo no sirvo para esto"? —articula con sus manos.
—No entiendo, creo que querías que estuviera aquí —protesto.
—No me notaron, Lara; ni el fotógrafo ni mucho menos Robbin. Te robaste el escenario —dice exaltada.
—Yo no me robé nada. Estoy aquí porque me lo pediste —digo sincera.
—Sí, como sea. Las amigas no se roban lo de las otras —dice tomando su bolso disponiéndose a irse, pero yo agrego:
—¡Las amigas no se besan con chicos sin contárselo a su amiga! —grito. Grace frena en seco y se voltea sobre sus talones.
— ¿De qué hablas?
— ¡De Aaron! —grito.
—No, lo hice porque me amenazó; diciéndome que si yo te contaba, no me ayudaba con el trabajo. Además, ¿a ti que más te da? ¡Acabas de terminar con Eddie! ¿A qué juegas? ¿A quedarte con todo los chicos y con todos los castings?
— ¡Yo no estoy jugando a nada! ¡No quiero tu estúpido casting! —digo sorprendiéndome de mis palabras, sin embargo salgo a toda prisa de la habitación en donde algunas chicas se han quedado escuchando todo el espectáculo.

Camino por el pasillo tratando de calmarme. Escucho a Robbin llamarme. Lo busco. No está detrás de mí, y miro a mi derecha. Está en una oficina de grandes ventanales.
—Pasa, pasa y cierra la puerta —dice y yo lo hago.
—Fue fantástico —comentó sin mucha energía.
—Lo hiciste muy bien. Te veías fantástica.
—Gracias —digo un poco roja.
—No hay de qué. Vi todo tu potencial, Lara; y me gustaría que lo pensaras bien. Podrías llegar muy lejos.
—Fue genial, y lo agradezco mucho, pero no sé si en verdad sea lo mismo.
—Lo sé, y te entiendo, Lara. Por eso quiero invitarte a hacer parte de esto —dice él poniendo una hoja de papel impresa —. Es un retiro de modelos. Es en un mes. Se seleccionan algunas modelos. Algunas compiten por tener la oportunidad, ya que el retiro se lleva a cabo en París. Las mejores marcas estarán ahí. Hay talleres en donde les enseñan lo mejor de lo mejor. La duración es de dos semanas. Los gastos están cubiertos por la agencia de las modelos.

¡Guau! Eso suena realmente fantástico. No puedo imaginarme caminando en París como estudiante de diseño de modas. Este es uno de mis sueños, pero no sé qué tan buena idea sería dejar la escuela por dos semanas; además, es para modelos. Y yo no soy una.
—Estoy en la escuela. No creo poder dejarla...
—Escucha, es una gran oportunidad. Piénsalo, y anota mi número —saco mi móvil y Robbin me dicta su número.
—Está bien, yo solo... no prometo nada —digo sincera. Pueda que ni siquiera lo llame.
—Espero que llames —me pongo de pie y, después de despedirme, salgo de la oficina. Llamo al ascensor y bajo al primer piso, en donde salgo y veo el cielo; respiro la brisa y peino mi cabello lleno de spray fijador.

Camino sin un rumbo fijo por la escandalosa y hermosa Nueva York.
No puedo creer en como reaccionó Grace. No puedo creer que Aaron la besó. No puedo creer que peleé con mi madre por terminar con un buen chico. Y, sobre todo, no puedo creer lo bien que me sentí en las fotos, tan relajada, dándolo todo de mí.

Hilos de Amor (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora