La falsa Sofía

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Fue entonces cuando los labios de ambos jóvenes se unieron por primera vez.
Conforme avanzó el beso, Hugo comenzó a sentirse extraño, una desconfianza se clavó en su ser, así que sin pensarlo, alejó a la falsa Sofía de él.

~Sofia... Sé que eres una persona a la que le gusta correr riesgos, pero jamás imaginé esto. Te noto distinta, no pareces ser tú y eso me mantiene intrigado.

Clio bajo la mirada y comenzó a moverse con inquietud. Hugo ya había notado la diferencia entre ambas, de todas formas sabía que está no era una buena idea. Quizás él estaba enamorado de Sofía por su forma de ser, no por su físico.

~¿No te gusta? Susurró con pena.

~Me gusta más la Sofía que lucha por sus ideales sin importar los obstáculos y que a la vez, es cuidadosa con los sentimientos de los demás.

~Perdóname Hugo. Titubeó alejándose rápidamente.

Mientras tanto James se encontraba sobrevolando Encantia. La desaparición de Sofía lo mantenía preocupado. ¿Y si hacía una locura? No podría lidiar con esa carga.
Cuando estaba apunto de rendirse una idea llegó a su mente, posiblemente Sofía había ido a la escuela real para hablar con Minimus, ella solía hacerlo cuando se sentía triste o molesta, así que ya no le parecía extraño.

Hugo tenía las manos sobre su cara cuando el rubio lo encontró.

~¿Has visto a Sofía? Desapareció de su habitación.

~Ella estuvo aquí hace un momento. Titubeo escondiendo el enrojecimiento de sus mejillas.

~¿Ocurrió algo? Alzó la voz con molestia.

Hugo sabía que no podía decirle nada a James o el rubio enloqueceria. Era considerado como un hermano celoso y francamente no quería lidiar con él.

~No pasa nada James, pero Sofía está actuando muy extraño.

Clio llegó hasta una gran cueva y comenzó a gritar esperando que su hada madrina apareciera.
Un humo se extendió por el lugar y la mujer apareció minutos después, de entre la oscuridad.

~¡Por fin te encontré! Quiero volver a ser yo... Hugo no quiere a Sofía por lo hermosa que es, si no por su forma de ser. Por más que lo intente ¡No podré ser como ella!

~¡Claro que puedes! Esto apenas comienza.

~¡No! ¡Quiero volver a ser yo!

~¡No niña! No puedo devolver a Sofía todavía. Gritó Prisma revelando su verdadera identidad.

~¿Qué le hiciste? Por favor liberala, yo no quería que esto pasará... Solo quería sentirme querida por Hugo, pero no funcionó.

~Si quieres liberarla, busca la forma. Yo no dejaré que me quites la única oportunidad que tengo para destruir a Sofía.

Clio comenzó a llorar en el suelo, mientras observaba como su antigua apariencia regresaba.

~Jamas la encontrarás, está en el lugar menos esperado, además no podrás reconocerla, cambie su imagen por completo.

Amber entró a la habitación de Sofía en busca de un lazo para el cabello. Al no encontrarla decidió tomarlo por su cuenta. Al abrir el gran closet encontró a una muñeca mal acomodada, que daba la apariencia de querer caer. La rubia la tomó entre sus manos y notó lo hermosa que era.
Nunca la había visto, pero sabía que a Sofía no le molestaría que la tomara por un momento.

Así la rubia caminó hasta su habitación sin quitar la vista de la muñeca. Había algo en ella que le resultaba familiar.

Tenía ojos oscuros, piel morena y cabello crespo. Por alguna extraña razón le recordaba a alguien, pero no sabía a quien.

James volvió rápidamente y entró a la habitación de su gemela.

~¿Has visto a Sofía?

~James te he dicho que debes tocar antes de entrar, ademas no la he visto desde está mañana, ¿Le pasa algo?

~Hugo y yo hicimos algo muy tonto y ahora no puedo encontrarla, pensé que estaría en la escuela real, pero al parecer se fue antes de que yo llegara.

~Ya volverá, seguro quiere estar sola, así que, dejala descansar ¡La asfixias!

La muñeca se dejó caer sobre el suelo llamando la atención de los gemelos.

~Esta muñeca estaba en la habitación de Sofía cuando desapareció ¿Qué hace aquí?

~Yo la traje, ¿No es linda? Cuando la cargo, me siento en calma.

~¿Papá se la regalo? Jamás la había visto.

~¡No tengo idea James! Pero si es así quiero que me dé una también.

James la arrebato de las manos de su gemela y noto un pequeño amuleto igual al de Sofia.

~¡Tengo que irme! Habló dando media vuelta.

~¡Espera! Devuélveme la muñeca. Se quejó Amber.

~Te la regresaré más tarde. Le preguntaré a papá sobre ella.

James corrió hasta el estudio de su padre y tocó la puerta esperando no ser imprudente.

~James estoy ocupado, ¿Necesitas algo?

~Si... Sé que no te gusta que te interrumpa, pero esto es importante. Encontre esta muñeca entre las pertenencias de Sofía ¿Tú se la obsequiaste?

~No la recuerdo, probablemente fue un regalo de algún amigo. Ahora, si  me disculpas, me encantaría seguir, el puente entre Encantia y Zumaria no se construirá solo.

James arrastró los pies y se quedó mirando con atención a la muñeca. En ese momento apareció Clio en el panorama. El rubio no entendía porque, pero había llegado en compañía de Hugo.

~¿Está Sofía? Sonrió la joven con nerviosismo.

~No la veo desde la mañana.

~¿Has visto algo inusual? Algún objeto o animal en su habitación.

~Solo está muñeca. Mencionó con tristeza.

Clio sonrió feliz y comenzó a besar a la muñeca con alegría.

~Ahora tengo que averiguar cómo devolverla a la normalidad.

La morena subió hasta la torre del hechicero de Encantia y le planteo lo ocurrido.

~El hechizo solo se revertirá si recibe el beso de su verdadero amor. Habló Cedric recibiendo un abrazo de Clio.

La princesa bajó la mirada y llevó la muñeca hasta donde se encontraba el príncipe Hugo.

~¿Qué te ocurre Clio? Estas muy extraña. Habló James.

~Hugo, sé que sonara extraño, pero debes besar está muñeca. Hazlo para salvar a Sofía.

~¿Sofía está en peligro? Gritó con estrés.

~Asi es y sé que eres el único que puede salvarla.

~Haré cualquier cosa por ella.

~¡Espera! ¿Por qué debe hacerlo él? Intervino James.

~No puedo decirte pero confío en él.

~¡Dámela! Grito James besándola de inmediato.

En ese momento, apareció un leve resplandor que envolvió a la pequeña muñeca, sin embargo, su apariencia no cambio.

James la soltó con desilusión, dando paso a qué Hugo la tomará entre sus manos. “Espero ayudarte Sofía" susurro con amor. Poco a poco fue acercando a la muñeca hasta que sus labios finalmente se tocaron.

~¡No puede ser! Gritó Clio tapándose los ojos.

El resplandor apareció nuevamente, con más intensidad que el anterior, haciendo que la muñeca sufriera una metamorfosis y se convirtiera  nuevamente en Sofía.

Clio quedó en shock por unos momentos. Muy dentro de sí sabía el por qué de su transformación, Sofía amaba en silencio a Hugo.
Aunque no le quedaba claro por qué con el beso de James también había ocurrido una reacción.
En ese instante una idea llegó a su mente ¡Ella tenía sentimientos por James! Para Sofía era más que un hermano.

El Amor de ClioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora