Sofía abrió la ventana para dejar pasar a ese hombre extraordinario.
Su mirada se perdió en aquellos ojos color avellana.
A pesar de intuir que se trataba de Hugo, Sofía no quería encararlo, disfrutar de su compañía como en los viejos tiempos le hacía bien.La partida de James había dejado un gran vacío en su vida, que solo el hombre enmascarado podía llenar. (Así era como había decidido llamarlo).
El enmascarado extendió su mano. Sofía ni siquiera lo penso y en un movimiento la tomó. Aquellos guantes de cuero aterciopelado hacian que la joven sintiera un calor familiar.
Tomados de la mano, saltaron juntos del balcón, directo hasta un caballo volador.
Sofía se abrazo a su espalda, mientras descubría nuevos horizontes.
Lugares desconocidos, que ni siquiera su padre había visitado.~Crei que conocía toda Encantia. Susurro mientras observaba un jardín lleno de rosas.
~Siempre hay cosas nuevas por conocer. Le contestó mientras tomaba su mano.
Sofía inmediatamente notó que su tono de voz era distinto, sin embargo familiar. Se había distanciado tantos años de Hugo, que no le parecía raro que su voz se le hiciera desconocida.
Después de unas horas, el caballo aterrizó sobre su balcón. En seguida el enmascarado ayudó a Sofía a descender, mientras le entregaba una rosa de un intenso color rojo.
El rubor apareció sobre sus mejillas y dió un cálido adiós, en tanto observaba cómo la figura del enmascarado desaparecía entre la densa noche.Así pasaron algunos meses de paseos en medio de la noche.
Sin pensarlo, la princesa iba enamorándose poco a poco de aquel hombre, sin importar si se trataba de Hugo o no.Aunque intentará, no podía dejar de pensar en aquel hombre y sin saberlo esperaba con ansias su próximo encuentro.
Mientras tanto, Hugo se escabulló nuevamente por la ventana.
Su pequeña Sofí, a penas lo dejaba descansar. Todo el tiempo estaba pendiente de él y si volvía por la puerta principal, le preguntaría ¿A dónde había ido? y francamente había cosas que no estaba dispuesto a discutir con una niña de seis años.Cuando finalmente logró entrar por la ventana, sintió que había librado un obstáculo casi imposible, ya que la pequeña, ni siquiera se había aparecido por la habitación.
Cansado del día se acercó hasta el estante de libros que se encontraba frente a su cama, para deleitarse con alguna novela. Una historia de Alan Poe sería la mejor elección para acompañar un día de lluvia.
Mientras se encontraba buscando el libro, un pequeño cuaderno llamó su atención.
Era rosa con bordes de terciopelo.
19 de julio de 1830
Observó a Hugo desde la lejanía. Él se encuentra sentado sobre un gran montículo de heno. Al mirarlo me preguntó ¿Qué estará viendo? Sin saber que la respuesta está frente a mis ojos.
Sofía había llegado muy temprano para practicar sobre su caballo volador. La carrera sería en solo tres días y a penas podía mantener el equilibrio.
Hugo odia a Sofía, lo sé porque su mirada está distante.“¿Algo te pasa?" Pregunté notando que su gesto parecía fruncirse.
“Odio a esa niña, nunca permitiré que entre al equipo". Debo admitir que nunca lo había visto tan enojado, pero eso se volvió usual desde que conoció a Sofía.
Fue así hasta que corrió en su compañía, la carrera por la corona voladora.Después de eso se volvieron amigos y solía verlos juntos muy a menudo.
Un año después, nuevamente volví a encontrarlo sentado sobre un montículo de heno observando a Sofía, solo que esta vez todo era distinto.
Sofía cayó de su caballo, mientras intentaba practicar el vuelo de obstáculos. Hugo inmediatamente se levantó para ayudarla. En ese instante me di cuenta que él la quería, la necesitaba y yo nunca podría ser ella.
Cuando estoy sola observó desde la lejanía como la mira, como si fuera la única chica en el mundo.
¿Cómo es que nunca ha notado que lentamente me está matando? Me siento mal cada que lo veo y me hace darme cuenta de cuánto lo necesito.
Para él soy solo la pequeña princesa que no puede valerse por sí misma y que sigue las reglas sin objetar.
Odio tanto amarlo, pero no puedo poner a nadie delante de él.Algún día espero que pueda mirarme como lo hace con ella, que cuando me caiga, él corra hacia mi y me de un cálido abrazo.
Espero significar algo en su vida...algún día.
Hugo cerró el diario y comenzó a llorar mientras se aferraba a la libreta.
En ese tiempo, amaba a Sofía sobre todas las cosas y reconocía que aún lo hacía, aunque su amor no era el mismo, su pequeña hija Sofí había acaparado gran parte de su corazón. Sin embargo, si hubiera leído esas palabras en el pasado, jamás hubiera hecho sentir a Clio miserable.
La puerta se abrió revelando a su hermano recargado sobre la pared.
~¿Pasa algo Axel?
~Papá está enfermo, me temo que los médicos no dan muchas esperanzas de recuperación. Si las cosas siguen así, alguien tendrá que tomar el trono.
~¿Lo harás?
~No puedo hacerlo Hugo, papá considera que aún no soy lo suficientemente maduro para hacerlo y tú... No puedes hacerlo hasta que se te desvinculé con Corinthia. Aún eres el príncipe consorte aunque la madre de Clio no quiera saber de ti.
~¿Quién tomara el poder? Titubeó temiendo la respuesta.
~Nuestro tío Charles debe hacerlo.
~¿Estás seguro de que podrá hacerlo? Sé que es un hombre muy capaz, pero... ¿Si la ambición lo cega y hace cosas impensables?
~No tenemos otra opción, sabes que Albuquerque sufriría más en mi mandato.
Hugo bajó la mirada con tristeza. No podía hacer más que acatar el mandato de su padre y rogar por qué esté se recuperará.
Fue así como el joven corrió hasta los aposentos del rey Garrick para encontrar al hombre tomado de la mano de su pequeña Sofi.
~Campeón, me alegra verte. Sonrió haciendo una seña para que su hijo se acercara.
~¿Por qué no me dijiste que te sentías enfermo? ¿Por qué guardaste todo ese dolor?
~No quería preocuparlos. Además, Charles tomara mi lugar hasta que Axel este listo... O que tú dejes formalmente el trono de Corinthia.
~No puedo volver a ver a la madre de Clio. Soy un ser despreciable.
~Eres maravilloso, el mejor hombre que conozco. Contestó dándole un beso en la frente.
Las velas se apagaron y la oscuridad inundó el cuarto.
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El Amor de Clio
FanfictionClio ha vivido enamorada de Hugo desde que tiene memoria pero... ¿Él siente lo mismo?.