La decisión de Sofía.

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Sofía observó con las manos en los labios como los guardias arrastraban a Hugo por los pasillos.

~¡Hugo! Gritó intentando correr tras de él, sin embargo, Charles la tomó por los hombros para evitar que lo hiciera.

~Te dije que él era malo, pero no quisiste creerlo.

La princesa de Encantia miró de reojo el gesto en el rostro del rey Garrick.

El hombre parecía confundido, no obstante, aún creía en la inocencia de su hijo.

~¡Detén esto! Mi hijo jamás me haría algo así.

Charles se negó y azotó la puerta.

Sofía y Garrick se quedaron mirando por unos momentos.

~No puedo creer que... Qué esto esté pasando. Habló antes de caer rendida frente a la cama del rey.

Hugo fue lanzado a la sombría celda. En ella había goteras por todos lados y una infinidad de ratas corriendo por los alrededores, además de un infernal olor a muerto que abrazaba el lugar.

~¡Quiero hablar con Axel! Exigió a los guardias.

~No lo tiene permitido, además, el príncipe salió está mañana rumbo a Freezenburg.

Hugo se encontraba desconsolado, si su tío quería, podría mantenerlo preso durante toda su vida o incluso asesinarlo. Ahora él era el rey de Albuquerque y nadie podría frenarlo.

El cumpleaños de la pequeña Sofi se acercaba y Hugo se reprochaba no poder estar a su lado y entregarle la última carta de su madre. Él sabía cuánto significaba para ella.

Sofía se había propuesto volver a Encantia, de esa forma podría ayudar a Hugo desde el exterior. Sin embargo, cuando estaba a punto de partir, unos guardias cerraron su paso.

~Por órdenes del rey Charles, no puede salir del castillo.

~Debo irme o mi padre armara un lío. Gritó con seguridad.

Charles apareció detrás de ella y la hizo entrar al castillo.

~¿Te gustaría verlo? Dejaré que lo hagas una vez más, pero primero debemos poner unas condiciones.

~¿Qué condiciones? Sabes que Hugo es inocente.

~Dejare que sea libre si te casas conmigo y te conviertes en mi esposa, con todo lo que conlleva un matrimonio.

Charles se acercó por detrás y la abrazo, mientras posaba su cabeza en la comisura de su cuello.

~Suéltame. Susurro con nerviosismo.

~Eres hermosa, la mujer más perfecta que he conocido. Sé que sientes la tensión que hay entre nosotros, está pasión que se apodera de ambos, con cada roce. No te resistas más, tu mente sucumbe a mí e incluso tu inmensa defensa sucumbe a mí. Me preguntó ¿Qué fuego habrá en tu corazón y que deseo y devoción? ¿Qué fuerza encierra la pasión?

Sofía pensó en el bienestar de Hugo y en todo lo que debía estar sufriendo, así que poco a poco fue soltando la tensión que había en su cuerpo.

~El temblor me obligó a callar, ahora que estás conmigo, la atracción es tan grande. Nunca quise a Hugo de todas formas. Para mí ¡ya no existe el bien ni el mal! ¡El mundo es nuestro! Ahora y por siempre tú y yo.

~Entonces, ¿Me eliges por encima de él?

Sofía lo miró a los ojos y se paró un poco de puntitas para darle un beso.

~Asi es, me casare contigo, viviremos juntos para siempre.

~No lo creeré hasta que lo veas una vez más.

Charles chasqueo los dedos y un guardia rápidamente llegó hasta donde se encontraban.

~Lleva a la princesa con nuestro prisionero real.

Sofía sonrió para sí misma, si engañaba lo suficiente a Charles podría lograr que la dejara libre.

Mientras bajaba por la oscuridad de las mazmorras, su corazón latía con fuerza. Era cierto, había pasión en su corazón, pero toda la pertenecía solamente a Hugo.

El guardia se paró frente a una reja y giró la llave por la cerradura, permitiendo que Sofía pudiera acceder en ella.

~Los dejaré solos, tienen 10 minutos. Comentó dando media vuelta.

Apenas se sintió segura. Sofía saltó a los brazos de Hugo para darle un largo y apasionado beso.

Sus manos acariciaban una y otra vez el cabello castaño del príncipe, mientras sus labios se devoraban ferozmente.

~No sé cuando pueda volver a besarte o si me será posible hacerlo una vez más.

~¿A qué te refieres?

~Todo lo que hago es por ti Hugo. No quiero que mueras en manos de Charles. Eres el único hombre al que amo y al único al que me gustaría entregarme. Si tan solo tuviéramos más tiempo, si el tiempo se detuviera, me entregaría a ti como nunca lo he hecho.

Hugo la sostuvo con fuerza, esperando que su deseo se cumpliera y los 10 minutos de los que disponían se volvieran una eternidad.

~No quiero dejarte ir, sé que corro el riesgo de perderte para siempre.

~Hugo, si tú estás bien, yo lo estaré, así tenga que vivir atada a un hombre al que no amo, así tenga que verte todos los días sin poder besarte y tenerte de la forma que añoro. El saber que tu corazón late, me hará tener una esperanza.

Hugo rodeo su pequeña cintura y la volvió a acercar a él para darle otro beso.

Unos pasos se escucharon en el corredor. Ambos jóvenes se separaron rápidamente para evitar que aquel hombre los viera y pudiera avisar a Charles.

~Siempre te amare Hugo. Susurro en su oído antes de salir de la celda.

Cuando salió de las mazmorras, Charles la recibió con una sonrisa cínica.

~¿Cómo te fue allá abajo?

~Hugo parece estar sufriendo, pero no revolvió ningún sentimiento en mi interior. Contestó con indiferencia, mientras recorría uno de sus dedos por el pecho de Charles.

~Lo dejaré libre el día que te cases conmigo. Así que comenzaré a preparar la boda, para que sea lo antes posible. En tanto, no saldrás de Albuquerque, ni hablaras con nadie que no sea yo o la servidumbre de mi confianza.

Sofía fue encerrada en una gran habitación, con tan solo un lápiz y algunas hojas de papel.

Querido Axel

Necesito tu ayuda para recabar pruebas, Hugo fue encerrado por intentar matar al rey. Eso es lo que Charles nos está haciendo creer. Tú y yo sabemos que él fue quien planeo todo, por favor no vuelvas a Albuquerque, tú libertad también puede estar en riesgo.

Con cariño Sofía.

La princesa silbo a través de la ventana y un pajarillo se acercó hasta ella. A pesar de no tener el amuleto, ella había hecho amistad con algunos animales del bosque.

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