Clio se alejó de la multitud y comenzó a buscar a Prisma.
~¡Lo haré! Convierte a Sofía en una campesina. Gritó mientras su vista se oscurecia.
~Sabia que cambiarias de opinión.
Clio tomó el espejo de su habitación y vio su rostro en él. Era muy bella, pero no lo suficientemente para conquistar el corazón de Hugo.
"Si no interfieres, Sofía se casará con él".
Clio vio reflejada esa imagen y lanzó el espejo provocando que se convirtiera en mil pedazos.
De pronto todo su mundo se desvaneció. Provocando que la joven cayera en un sueño profundo.
A la mañana siguiente, al despertar intento buscar alguna diferencia, sin embargo todo parecía normal.
~¡Vaya! Todo fue un sueño, estaba cegada por los celos ¿Cómo pude pensar en destruir la vida de Sofía? Sonrió con tranquilidad.
Cuando intentó verse al espejo encontró el piso lleno de pequeños pedazos de vidrio. Eso le hizo saber que su deseo se había cumplido.
Inmediatamente voló hasta Encantia con la esperanza de encontrar a Sofía paseando por el jardín, lamentablemente no fue así.
~Buenos días Clio. Sonrió Amber ofreciéndole su mano.
~Buenos días Amber... ¿Has notado algo diferente?, Contestó apretando sus manos.
~Nada nuevo, lo mismo de siempre, James ha entrenado todo el día y papá está en su estudio revisando acuerdos comerciales. Exclamó llevándose las manos a la barbilla.
~¿Alguien más? Titubeo esperando que mencionara a Sofía.
~Balleywick actúa con naturalidad, ¿Por qué me haces tantas preguntas?
~Te lo diré después, ahora debo visitar el pueblo. Gritó antes de salir corriendo.
A lo lejos se escuchaba la voz de Amber ~¡Debes decirme lo que te pasa! Una princesa educada no huye de esa manera.
Clio no podía escuchar razones, no después de haber arruinado la vida de Sofía.
Rápidamente subió a su carruaje y fue dirigida al centro de Dunwiddie. Recordaba que unos años atrás Sofía las había llevado a ella y su grupo de amigas a su antigua casa, quizás ella vivía todavía en ese lugar.
La zapatería se encontraba abierta, con un estante lleno de zapatos de diferentes tipos.
La princesa no dudo en entrar y preguntar por Sofía. ¡Aunque estallaría en llanto al verla!
~Buen día. ¿Qué podemos ofrecerle?, Habló Miranda mientras le hacía una reverencia.
~Me... Me preguntaba si se encuentra su hija Sofía.
~Ella está en el lago, fue a recoger agua. ¿Puedo ayudarla?
~Soy una vieja amiga, estudiamos juntas en la escuela real. Dijo tapándose la boca.
~Debe ser una equivocacion, Sofía estudio en el colegio de Dunwiddie, lamentablemente no pudo seguir estudiando, pues nuestra situación económica lo impide.
Clio se frotó los ojos e intento aguantar las lágrimas que ya habían empezado a aparecer en sus ojos.
~Muchas gracias... Compraré todos los zapatos.
Miranda se asombro y una gran sonrisa iluminó su cara.
~Por supuesto señorita, se lo agradezco mucho.
El cochero llevo todo el calzado a la maletera.
~¿Ahora que haré con tantos zapatos?, Exclamó la princesa limpiando su frente.
En ese momento la silueta de Sofía dislumbró frente a su rostro. La joven venía en compañía de un apuesto joven de cabellos rojizos.
~¡Sofía! Gritó corriendo a abrazarla.
Sofía se quedó estática sin saber lo que estaba pasando, francamente era la primera vez que veía a Clio.
~Creo que me estás confundiendo.
~Lo siento mucho, me deje llevar por mis emociones, tú y yo somos amigas, acompáñame y te contaré todo.
Sofía miró de reojo al joven que la acompañaba y él inmediatamente entendió lo que quería decir.
~Claro, hablaremos... Pero no ahora. Contestó antes de tomar la mano del joven y comenzar a correr.
Clio solamente observó cómo Sofía desaparecía de su vista, le sería imposible alcanzarla ya que su calzado se lo impedía.
~¿Quién es ella? Exclamó Raoul.
~No la he visto nunca, pero parece una princesa, aunque francamente creo que está loca. Río Sofía mientras se recargaba contra la puerta de la zapatería.
~Te veré mañana, espero que esa chica no vuelva por aquí.
~Hasta mañana, contestó antes de ver cómo Clio caminaba hacia ella.
Sofía inmediatamente se apresuró a cerrarle la puerta quedando del otro lado del lugar.
~Por favor Sofía, debo hablar contigo. Gritaba mientras golpeaba la puerta con insistencia.
En ese momento, una mano la tomó con fuerza, haciendo imposible que siguiera golpeando el cristal.
~Te harás daño Clio. Susurro girandola hacia él.
~¿Hugo?
~Amber me dijo que te habías comportado de una forma extraña y me pidió que viniera a buscarte, ella es una buena amiga.
~¿Por qué estás aquí? Tú y yo... No.
~Eres mi prometida, o ya olvidaste que nuestros padres arreglaron nuestro matrimonio hace un mes.
~¡No! ¡Esto no está bien!
~Lo mismo pensé, pero no eres tan mala. Sonrió acercándose a ella.
Clio se escabullo de entre sus brazos e intento volver a golpear la puerta.
~¡Sofía! Ábreme por favor.
~¿Por qué le prestas tanta atención a esa campesina? Preguntó Hugo con interés.
~No lo entenderías.
~Abre, en nombre del rey Roland, si no lo haces, haré que te lleven al calabozo. Gritó el príncipe haciendo que Sofía abriera con precaución.
~¡No eres el rey Roland! Comentó con molestia.
~Y tú no eres una princesa... Si no hablas con mi prometida te llevaré frente a la futura reina Amber.
Sofía mordió su labio inferior y enseguida pensó en una solución.
~Lo haré, solamente si te enfrentas a mí en una carrera a caballo, debes ganarme para que yo considere hablar con ella.
Clio se asombro, pues la Sofía que recordaba era sumamente flexible y gentil, en cambio, la que tenía frente a sus ojos, tenía una picardía inigualable.
~Yo soy quién pone las condiciones. Contestó Hugo acercándose a ella.
~Como quieras, no me importa si soy llevada ante el rey Roland o encarcelada de por vida ¡No hablaré con tu novia!
~¿Por qué no? Intervino Clio.
~Porque eres muy extraña ¡Yo jamás te he visto! Aún así tú pareces conocerme muy bien. ¡Eso da miedo!
~Tal vez deberíamos hablar de esto Clio, susurro Hugo.
~No lo entenderías... Tal vez deba desistir, ella no accederá, además...si esto se arregla ¡Te perderé! Y no quiero hacerlo.
Hugo la miró con confusión e inmediatamente tomo una decisión.
~¡Competiré contigo!
~¡Perfecto! Exclamó Sofía extendiendole su mano. ~Te veré mañana frente al estanque.
~Allí estaré. Contestó tomando su delicada mano, devolviendo el apretón.
ESTÁS LEYENDO
El Amor de Clio
FanfictionClio ha vivido enamorada de Hugo desde que tiene memoria pero... ¿Él siente lo mismo?.